miércoles, 14 de octubre de 2009

¿DISIP de la cuarta en la quinta?


Hindu Anderi

Con estupor, para no decir más, hemos conocido de las denuncias de torturas a las que habría sido sometida una militante del PSUV, por parte de funcionarios de la DISIP. Y es que no somos ingenuos y nos creemos que ahora sea una institución completamente renovada. Sin embargo, debemos confesar que pensábamos que se estaba haciendo un esfuerzo por eliminar de raíz las prácticas fascistas y criminales, que sufrimos en el pasado reciente, quienes nos atrevimos a enfrentarnos contra el sistema que dominaba, prácticas que aún persisten y se resisten a morir.


Si la víctima detenida y acusada injustamente fuese culpable, es muy probable que la DISIP también lo sea de prácticas brutales como las que se denuncian en el artículo publicado en la página de Aporrea (http://www.aporrea.org/ddhh/n143667.html).



Pero lo que no nos podemos perdonar, es la criminalización que desde algunos sectores, se pretende hacer de la joven y la defensa automática de los funcionarios y funcionarias de la DISIP.



Un personaje perseguido por la DISIP, fue el Ché ¿o no recordamos ya que quien vistiera una camisa con su imagen o cargara un libro con su pensamiento era detenido y torturado por los hombres y mujeres de negro? El Ché, quien hace poco cumplió 42 años de ser asesinado y su muerte estamos seguros no fue en vano, dijo: "el pueblo sepa exactamente cuáles son los problemas que hay, que no todo es belleza, que no todo es efectividad (...) y que lo único que nos salva es nuestra decisión, cada vez que hay un error, de resolverlo, de nunca tapar los errores y tratar de que no se produzcan más, para alcanzar las metas fundamentales de la Revolución, que es la dignificación del hombre".



No podemos, desde nuestras trincheras permitir que se criminalice al movimiento popular, que se condene la denuncia y que en contrario, se victimice a los verdugos. No podemos aceptar que bajo el chantaje de que “estamos poniendo en riesgo el proceso”, se comentan las mismas injusticias que nos movieron a avanzar hasta donde hemos llegado para reconstruir la Patria.



Otro hombre que debemos mencionar ahora es a Sergio Rodríguez, el flaco del 23, quien con la sabiduría de la lucha, de la utopía, de la resistencia nos dijo: “Cuando ya no nos asombre la injusticia tampoco nos asombrará la traición…”



Si no se nos es permitido solidarizarnos automáticamente con Mairim Delgado de 29 años, militante activa del PSUV y estudiante de Educación en la UCV, mucho menos lo haremos con la DISIP, que en el pasado muy reciente detuvo, persiguió, torturó, asesino a nuestros luchadores y luchadoras. Y es que nos cuesta creer que sus funcionarios, en unos años se hayan convertido cual evangélicos, o mimetizado en la figura de Mahatma Gandhi. Somos revolucionarios, no estúpidos.




hindu.anderi@gmail.com

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