viernes, 16 de octubre de 2009

Eruditos, predicadores y muchedumbres vulnerables.

Antonio González Ordoñez

Durante los días 21 al 26 de Septiembre de 2009 se realizo la 64 Asamblea General de las Naciones Unidas en New York, como es sabido en esta cita participaron gran cantidad de Presidentes, Jefes de estado, Primeros ministros, Jefes de gobierno y otros altos dignatarios, luego de ver y oír las diferentes intervenciones pudimos observar con desasosiego que el capitalismo y el imperialismo (que según Lenin su fase superior) siguen teniendo preponderancia en este tipo de organismo multilateral.


Ya que en nuestro querido planeta evidentemente continua un orden económico injustísimo, el cual en los actuales momentos se prolonga, es el poder que las corporaciones sin rostro visible van teniendo sobre pueblos y gobiernos, y es que además de la retorica pacifista de presidentes como Obama y Sarkozy en sus respectivos países siguen empeñados en la proliferación de armamentos que a la par de un jugoso negocio es una manera de hacer que se maten los unos a los otros y quede más espacio disponible para los “elegidos”, en los llamados países desarrollados (G20) el dominio de los laboratorios sobre el arte de curar propiamente dicho, se valora con los constantes cambios de medicamentos cada vez más caros, estudios más complejos y la sensación de que nadie puede curarte realmente de nada si no tienes montañas de dinero a tu disposición, sentimos que cada vez está más cercana la destrucción de la naturaleza, el calentamiento global, los constantes fenómenos de poderosa magnitud impredecibles e incontrolables, son símbolos inequívocos de la hecatombe a la que nos dirigimos.


Todas las guerras actuales tienen como única lógica la codicia, la prepotencia imperial de la llamada superpotencia que se cree con derecho a opinar sobre intentos de modificar el rumbo ―el caso más reciente en Honduras― y presionar o aniquilar sin miramientos a quien se oponga a sus oscuros designios. En medio de estas dramáticas situaciones los guardianes de orden están concibiendo dentro de sus estrategias a los predicadores (Jerarquías eclesiales) disfrazados de ovejas que aprovechan el desconcierto y la miseria de muchos para ofrecerle, la certeza de que serán salvados cuando llegue el esperado momento del juicio final, de la mano de Dios.


Estos predicadores utilizan la Biblia, para convencer al rebaño de Dios si alguien pretende despojarlos de algún bien, dárselo sin resistencia y aún más, ofreciendo la otra mejilla, resinándose reconciliándose con el explotador. Esos personajes son una avanzada de los guerreros que atemorizan a los corderos.


En la misma línea estratégica los dominadores del poder también han extendido en todos los ambientes los sofistas, los que hablan, escriben y transmiten por todos los medios, insustanciales temas Frívolos o de importancia llevándolos a en el análisis superfluos a contenidos fútiles. Fácilmente se reconocen por la vacuidad de sus dichos, de cómo hacen de un tema importante y vital algo que no nos explica nada, son los que disertan durante horas sobre los TLC, y la creación de puestos de trabajo, las ventajas de la privatización de los servicios, que cada día inventan alguna supuesta enfermedad sobre la que debemos prevenirnos, que se llenan la boca hablando sobre la educación, cuando lo único que les importa, es defender los privilegios de una clase social. Son los “sesudos” que tratan de imponernos la aceptación de las “reglas de juego” sin chistar, el concebirnos insuficientemente preparados, no importa lo que sepamos o seamos capaces de crear, y miserables pues los de nuestra clase no podrán aspirar a un “gran puesto” la “importante empresa”.


Y dentro de este maremágnum, representantes imperiales que repiten lo que otros le susurran al oído, sofistas cuyo rol es distraer de lo importante y llevarnos al terreno de la trivialidad disfrazada de erudición, predicadores que quieren hacernos creer que son los elegidos para interpretar, las escrituras aduciendo que fueron dictadas por un dios caprichoso y vengativo, personajes que amasan fortunas con la desdicha o la ignorancia ajena, se puede concluir que atemorizados, prácticamente aterrorizados, los pueblos del mundo han olvidado que tienen en sí el único elemento que podría salvarlos que no es otra: que la propia conciencia, esa posibilidad llegara solamente con la organización desde la bases, desde los iguales, con la educación liberadora, pero también desde el pensamiento crítico, desde la contra información y sobre todo con una integración efectiva de nuestras culturas, el camino es el socialismo la esperanza renace en los pueblos del de América y África.


Ordonez47@hotmail.com

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