miércoles, 21 de octubre de 2009

Huele a azufre.

Judith Figueroa

“Si estoy errado, dime por qué, para enmendar mi falta.
Si no lo estoy, ¿por qué me pegas?...”.


Si alguna contribución ha dado LA RELIGION para modelar nuestra conducta, ha sido con la licencia de “borrón y cuenta nueva”: puedes hacer lo que te dé la gana, al final bastará con arrepentirte. “Estamos en un valle de lágrimas”, reza la enseñanza. “Los pobres serán recompensados en la otra vida, pues los ricos difícilmente entrarán al reino de los cielos” (vale decir: hay que dejarlos disfrutar su efímera condición ahora, después nos desquitamos…).


Como “los mochos se juntan para rascarse”, intervino una rara interpretación de LA DEMOCRACIA. Con “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” reforzamos la convicción de hacer lo que nos diera la gana “porque estamos en democracia”, siempre y cuando la cosa no atentara “contra el gobierno”.


Así, lo que no incomodara al gobierno no era problema para el país: la violencia, la excusa de “la inflación” o la “recesión mundial”, la corrupción; debían ser aceptados como cosa natural, “meras cosquillas pasajeras”, porque “eso es en todas partes…”.


La cosa no era “de gratis”: “robar y dejar robar” era la consigna. Aprendimos A PERMITIR que la clase gobernante actuara a su antojo, expoliara el país en nombre de la democracia, de la autoridad que daba el cargo, de la libertad: con la bendición de los PARASITOS SOCIALES de la Iglesia…


Con la Constitución manipulada y a nuestro servicio: al amparo de compadres, contactos y amistades influyentes, fuimos construyendo UNA SOCIEDAD DE COMPLICES. Cada quien echaba mano de un argumento distinto para infringir la Ley y colocarse al margen. Y todos los argumentos eran válidos.


“Hay que perdonar…”, decía Monseñor Alí Lebrún, cuando opinaba sobre el caso de corrupción de los jeeps que comprometía a la “segunda dama” Blanca Ibáñez… “Perdonar, hasta que nos crucifiquen…”.


Los que no podían darse el lujo de tanta indulgencia, eran los que no tenían “carro con chofer” como Monseñor; los que no sabían de dónde iba a venir su próximo plato de comida…


A raíz de la explosión social del 27-F surgió la necesidad de imponernos una nueva visión acerca de la administración del dinero: “como pedirle a un hambriento que coma menos…”.


A los que “comían menos” había que cambiarles la dieta, “porque ahora Venezuela es-oootraa…”: decía Carmen Julia Alvarez en una propaganda que nos invitaba “a comernos el corazón de la arepa en la mañana, y al mediodía puedes hacer con la concha una rica sopa…”.


Aprendimos a comer empanadas rellenas con concha rayada de plátano verde como sucedáneo de la carne; los niños tomaban tetero preparado de espaghettis licuados porque el petróleo barato para Estados Unidos sólo alcanzaba para llenar las insaciables fauces de los parásitos sociales. Y por primera vez, la estadística en Venezuela llegó a registrar niños “desnutridos al nacer”.


Orlando Urdaneta colaboró con su pequeña cuota a favor de la democracia en un programa donde se licuaban lombrices: la cosa quedaba “como un alimenticio batido de lechosa”: yo lo vi. Y creo que deberían re-transmitir esos programas (si no los han desaparecido de los archivos) para que la gente recordara...


Con la inmigración desenfrenada y sin control que generó la primera administración de CAP todos los servicios colapsaron: déficit de escuelas, viviendas y hospitales. Cuando pasó la borrachera y la fanfarronería, y “vinieron las vacas flacas”, nos encontramos “endeudados”, sin dinero, y con los problemas multiplicados, falta de seguridad y desempleo generalizado. País en caos = país en venta…


“Sálvese quien pueda” era ahora la consigna. “Hay que reflexionar…” sugerían los más optimistas. “No importa el costo social: salvaremos la democracia”, decía Carlos Andrés.


Y comprometió a Venezuela a recibir de los Estados Unidos 40.000 toneladas anuales de lodos cloacales. ¿Por qué DE ESO no se habla en el programa de gobierno alternativo de la Oposición??? Mi propuesta en “El Nacional” (20-V-92) fue escuchada, porque nos desquitamos enviándoles para allá a Carlos Andrés. Y “ellos” entraron en crisis…


Los que protestaron por el ingreso de médicos cubanos en el actual gobierno de Chávez, nunca se pronunciaron con la llegada de cien mil heladeros haitianos en el segundo gobierno de CAP.


La Iglesia sacó provecho del décimo lugar en analfabetismo en el mundo que alcanzó Venezuela al final de la “Cuarta-República”. Los representantes preocupados por la educación de sus hijos y en condiciones de pagar educación privada, optaron por esa única alternativa, ante la creciente decadencia de la educación pública, maestros mal-pagados permanentemente en huelga, y escuelas con infraestructuras colapsadas. Recordemos la huelga de dos meses por allá por mayo de 1995… No es extraño que Monseñor Urosa Sabino ponga tanto empeño en defender esos logros del gobierno cuarto republicano.


Estábamos tan habituados a que nos soben el lomo calificándonos de “pueblo noble”, que se conmovieron hasta las piedras cuando el Dr. Uslar Pietri reconoció públicamente “que somos un pueblo pendejo”. La rebelión de los esclavos el 27-F terminó en La Peste. “Hasta la Biblia se acordó de nosotros: los pendejos heredarán la tierra…”.


No hemos madurado mucho: ahora somos “El Soberano”, tenemos “poder”. Poder para ordenar, para exigir a las instituciones, para “chapear”, para “darnos ínfulas rechazando una solicitud de autorización”… Poder, pero sin el compromiso que genera la responsabilidad compartida.


Cualquier “gatopardiano” entiende claro que le eligieron Vocero para reclamar beneficios, para “improvisar” disposiciones al margen de la Ley; nunca para responder a necesidades, responsabilidades y compromisos. Guapetón y arrebatado, sólo responde bien al estímulo de “caer en cayapa”, cuando hay garantía de impunidad.


En la Oposición, es implacable en la crítica (pregúntenle a Chávez). Como “Soberano” ama la “libertad de expresión”: pero CONDICIONADA: siempre que no lastimes con el tono hablado o el estilo escrito. Y que no andes “hablando pendejadas por ahí… Ser hipócrita no es de revolucionarios…”. Las cosas se ventilan “a la cara”, así que CALLATE…


El que tiene el valor de defender sus opiniones es descalificado por “problemático”, “conflictivo”. Que alguien se presente a una reunión a sugerirles que tampoco se les puede criticar “porque ellos son los que trabajan”, es simplemente “la tapa que le faltaba al frasco”. Licencia para hacer lo que les dé la gana, con la garantía de que nadie les censura o los controla. Si no toleramos la crítica, ¿cómo nos vamos a corregir?


40 años de “democracia” dejaron su impronta en la conducta social del venezolano. Cambió la Constitución, cambió el gobierno, estamos en un Proceso distinto; y hacemos causa común para defender intactos los mismos vicios.


Así gobernaron los “cuarta-república”: así se enquistaron en el poder, sin que nadie les objetara su peculiar manera de dirigir la hacienda pública, sin que nadie los criticara. Y así quieren seguir en el poder…


El “gatopardiano” cree en el gobierno “compartido”, pero “de manera vertical”. No favorece la participación: “ellos” deciden. Fue así que “ni una sola voz” se opuso en una asamblea ante la sugerencia de que se impidiera la entrada de los vecinos a las reuniones de Voceros (1). Si cobarde es no subscribir una iniciativa con el riesgo a equivocarnos, no lo es menos el no asumir “como propia” la propuesta del compañero si en su momento nos pareció adecuada.


¿Estaremos preparados para asumir el reto?

¿Está “el Soberano” a la altura de su compromiso?

¿Hasta cuándo vamos a vivir de glorias ajenas?


Debemos reconocer con humildad que tenemos muuucho trecho por recorrer. No es suficiente con aceptar que “como el Proceso es nuevo tenemos derecho a equivocarnos”, para cometer las mismas vagabunderías con una excusa distinta: urge gente de compromiso, gente capaz de asumir con seriedad una tarea y llevarla a cabo, gente capaz de subscribir lo que propone y defender la idea. Gente seria.


CONCLUSION: La “religión”, la “democracia”, el cuento de “tío tigre y tío conejo” (la victoria “del más vivo que los demás”); la “piñata” (el que no se avispa, “no agarra”), fueron condicionando nuestro comportamiento social. Para tratar de revertir eso, hace falta una REVOLUCION MORAL Y CULTURAL….


Aquí-está-enquistada-la-Cuarta-República. Huele a azufre…


(1) El incidente se refiere a una reunión de Voceros de los Concejos Comunales de San José, celebrada en el Parque “Agustín Zubillaga” el martes 15-09-09.




Correos: judith.yufi@gmail.com - judith_figueroa_jf@yahoo.es

No hay comentarios: