sábado, 24 de octubre de 2009

¿Nobel para la guerra?


José Gregorio González Márquez

En este mundo de paradojas, ya nada nos sorprende. Sin embargo, jamás imaginamos ni remotamente que el premio Nobel de la Paz se le concedería a Barack Obama. Con apenas nueve meses en el poder y sin sacrificar un poco de su tiempo para analizar los problemas del mundo más allá de su pensamiento capitalista, Obama no ha sido capaz de acabar con el genocidio que su ejército realiza en Irak y Afganistán. Dos frentes cruentos de guerra que dependen en forma directa de la Casa Blanca y cuyo jefe no es otro que el presidente de los Estados Unidos. Resulta insólito que un premio dedicado a reconocer el trabajo desinteresado de quienes se dedican a luchar por la paz, le sea conferido a un hombre que hasta la presente fecha no ha demostrado el más mínimo interés por retirar sus tropas de los escenarios de guerra que mantiene en el Medio Oriente.


Pareciera que el jurado adjudicador del Premio Nobel de la Paz juega a una doble moral. Quizás consideran presionar a Obama para que cambie el rumbo de la guerra o tal vez pretenden disfrazar – situándose como cómplices – el curso de la conflagración armada que a diario asesina a miles de iraquies y afganos. No olvidemos que desde el inicio de la Guerra de Irak se ha contabilizado más de un millón y medio de muertos, la mayoría de ellos civiles cuyo único delito es ser considerados “daños colaterales”. Mujeres, ancianos y niños conforman la población más afectadas. Barack Obama no ha movido un ápice de su conciencia para acabar con este genocidio; en realidad está dispuesto a enviar cuarenta milnuevos soldados a Afganistán.


El escritor alemán Herman Hesse sostenía que la paz era un concepto abstracto pues no se podía concebir más allá de las intenciones belicistas de quienes deseaban la guerra; que la paz podía configurarse como un periodo donde se preparaba a la humanidad para la guerra. EEUU y sus presidentes – sin excepción – han generado infinidades de conflictos bélicos. Asumiendo su papel de policía y con el cuento de llevar la democracia a todos los rincones del planeta, han intervenido militarmente en muchos países . Desde que asumió el poder Barack Obama noha hecho méritos para merecer el galardón; al contrario, sus acciones están orientadas a mejorar su curriculo guerrerista. Así podemos mencionar la firma de acuerdos para instalar las bases militares en Colombia, apoyo al gobierno sionista de Israel, envío de tropas a Afganistán e Irak, apoyo a la activación de la cuarta flota en el Caribe y la cantidad de acciones encubiertas para desestabilizar gobiernos. Si el mérito reside en apoyar la guerra, entonces que le cambien el nombre al premio.

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