Aguante Magglio que como a este pueblo, lo que te sobra es dignidad.

Marisabel Arteaga

He revisado algunos escritos y comentarios aparecidos sobre el reciente abucheo por demás estrafalario el cual fue realizado por “fanáticos venezolanos” en el Dolphin Stadium de Miami. Al parece y según se observaba y se escuchaba a través de la trasmisión de televisión en vivo, el blanco de tales abucheos era uno de nuestros peloteros integrantes de la selección nacional de béisbol cuyo nombre es Maglio Ordoñes. A estas alturas confieso francamente no conocer a profundidad de béisbol, pero dado este incidente me permito opinar mas por venezolana que por fanática del deporte orgullo nacional.He escuchado que muchas voces cargadas de indignación por los sucesos ocurridos durante el juego Venezuela-Holanda, se ha hecho solidarios con lo ocurrido a este pelotero, cosa que no me sorprende en absoluto pues los venezolanos (salvo algunas nada honrosas excepciones) solemos ser solidarios, bondadosos y respetuosos con nuestros congéneres tanto dentro como fuera de las fronteras de nuestro país. No por nada, hemos sido y seguiremos siendo un pueblo revolucionario y solidario hasta los tuétanos con nuestras naciones hermanas (tanto latinoamericanas como de otros continentes).Sin embargo, mas allá de estas reacciones de las cuales también me hago participe por lo bochornoso del asunto, mi reflexión (si la pudiera leer) se dirige a ese muchacho (Maglio como familiarmente lo llamamos en Venezuela) que aguantó con dignidad en el campo deportivo los embates del fascismo, del clasismo y de la ignorancia en la que lamentablemente se encuentran inmersos algunos compatriotas.Este país así como tú, ha aguantado con dignidad y entereza un paro petrolero que le quito durante muchos meses los teteros y el alimento a los niños de los barrios, este país y su gente re-instauró el orden constitucional porque la razón y el derecho lo asistía, allá lejos por abril de 2002 (ni lo olvidamos, ni lo olvidaremos) cuando la derecha (nacional e internacional) se tomo por asalto el poder ignorando la voluntad popular. Es en este país y no en otro, es en el que diariamente aguantamos saboteo alimentarios y comerciales, abusos en los precios, medios de información sesgados mintiendo y desinformando a la población, la iglesia abusando e insultando desde sus púlpitos a los feligreses que por ser “chavistas” merecerían el infierno, empleados públicos que por el solo hecho de laborar en organismos oficiales y militar en las filas de la revolución constantemente somos atacados y tildados de corruptos y/o tarifados, abusos cometidos en algunos “colegios de prestigio” en donde se ha señalado y atacado a los “hijos de chavistas” tal y como ellos despectivamente nos tildan y que por el contrario para nada es un moquete que nos ofenda, aguantamos diariamente la impunidad que acecha en el sistema judicial y que hace mella cada día en nuestra querida y sufrida revolución.En fin, más que nombrar los innumerables abusos cometidos por la derecha fascista y por sus tontos útiles de siempre (que sin siquiera saber lo que defienden la siguen e imitan); mi reflexión es para que aguantes con dignidad este embate. Tal y como el pueblo al que perteneces (y que supongo por puro amor defiendes, a través de tu identificación con la revolución bolivariana), lo hace diariamente. Porque la derecha se comporta y comportará como lo que es, como lo que siempre ha sido y como lo que siempre sera. Es decir de manera cobarde y ventajista. Porque seguramente si algún día alguno de los títeres que te abucheo en el estadio te encuentra en la calle seguramente te pedirá un autógrafo.Esto que hoy te ocurre a ti, quizás no es más que la consecuencia de una elección auténtica y diferente al resto de los que te rodean en esta etapa de tu vida en las grandes ligas. No quería terminar este escrito sin decirte que siento una profunda emoción al ver que de una u otra manera has sido sensible al solidarizarte con tu pueblo venezolano al respaldar el proceso revolucionario que tanta esperanza le ha traído a los mas desposeídos de tu país. Lo que te digan que importa, recuerda a tu pueblo que día a día aguanta duro, con valentía, con tesón, con trabajo, con honestidad pero sobre todo con mucha pero mucha dignidad.
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