Yamila Blanco
Mientras la mayoría del pueblo venezolano festejaba este domingo en la noche en las calles de las capitales más importantes del país el triunfo del Sí a la enmienda constitucional que posibilitará la postulación sin límites de candidatos y candidatas a todos los cargos de elección popular, la oposición al Gobierno del mandatario Hugo Chávez sacaba a relucir los valores que la caracterizan: el egoísmo y la necedad. Egoísmo Miraflores estaba colmado de gente que coreaba junto a su líder, que prometía devolverles la confianza depositada en él. “Se queda, se queda, el Comandante se queda”, gritaban. Los canales estatales transmitían las imágenes de un pueblo feliz y de un festejo que parecía interminable, pero los medios de comunicación privados mostraban una vez más las verdaderas caras de los voceros de la oposición. Un representante del partido social cristiano Copei, uno de los grupos que se encargaron de destrozar a Venezuela durante los 40 años de la Cuarta República, pedía a los venezolanos y venezolanas que al despertarse este lunes pensaran en qué beneficios directos les traería a ellos haber pasado por la jornada electoral del domingo 15 de febrero. “Todo seguirá igual. Siempre dijimos que esta elección era innecesaria”, aseguraba el presidente de esa fracción política, Luis Ignacio Planas, a través de las cámaras de Globovisión. Con esa simple frase se demuestra una vez más que los únicos beneficios que cuentan para la oposición son aquellos que se puedan contabilizar en las arcas individuales. El resultado del referendo de este domingo le otorgó más poder al pueblo, que tendrá la posibilidad de elegir libremente a sus candidatos y candidatas sin límites de tiempo, no obstante, para ciertos grupos de la sociedad, parece que eso no tiene la menor importancia. El egoísmo que mueve a ese sector se vislumbró en la campaña del No. Cuando se le consultaba a cualquier vocero ¿porqué No?, respondían simplemente con su slogan: porque No es No. Si se trataba de escarbar un poco en los motivos de esa respuesta y se les consultaba por la gestión de gobierno que se rechazaba, aseguraban que a ellos no les había traído ningún beneficio los 10 años de gestión revolucionaria. Necedad Aquí, en este punto, es donde el coctel entre egoísmo y necedad explota. Si bien podrían demostrar que es verdad que sus ansias de acumulación de capital no fueron colmadas (ansias que jamás encuentran fin) no pueden negar que su poder adquisitivo en nada ha variado, ni su nivel de vida, ni siquiera sus ganancias. Sin embargo, están en desacuerdo con las medidas del gobierno, porque “no les ha dado más”. Pero lo más increíble es que desconocen el gran avance del país, dando nuevamente una magistral clase de necedad. Afirman que la nación está al borde de un abismo y se basan en nada para demostrarlo. Es que si en números debieran apoyarse, les sería imposible. Los indicadores sociales de Venezuela demuestran los resultados de una política justa de inclusión y redistribución de la riqueza. El Centro de Investigación en Economía y Política (Center for Economic and Policy Research - Cerp) reveló en su último informe sobre la realidad venezolana que desde la asunción de Chávez, el 2 de febrero de 1999, el Producto Interno Bruto (PIB) real, corregido por la inflación, se incrementó en un 94,7 %, lo que equivale a un ritmo anual de 13,5 %. El documento asevera que durante la expansión económica actual, la tasa de pobreza se redujo en más de la mitad, desde un 54 % a el 26 % y la pobreza extrema disminuyó en un 72 %. Dichos índices están basados solamente en el ingreso en efectivo de las personas y por ende, no toman en cuenta el mayor acceso a los servicios de salud o educación. Señala también que se dieron grandes avances en la educación, particularmente en la educación superior, con un incremento en las cifras de escolarización de más del doble entre los años escolares de 1999-2000 y 2007-2008, y resalta que durante la última década, el número de beneficiarios del sistema de seguridad social aumentó más del doble y el gasto social real, corregido por la inflación, por persona se incrementó por más de tres veces entre 1998 y 2006. Realidad Tanto la necedad como el egoísmo hacen que la oposición no pueda representar realmente una alternativa viable para el pueblo venezolano, porque al desconocer la realidad sólo realizan críticas insensatas y destructivas. La razón por la que aun tienen el apoyo de una porción de la sociedad es porque comparten sus valores. La clase alta, y la clase media-alta, que después de 10 años de revolución mantienen intactas sus etiquetas de clase, es movilizada también por el egoísmo y la necedad, aunque seguramente podremos encontrar excepciones. Pero el pueblo venezolano, el que lucha con humildad por un futuro mejor para todos, sin importar el color de piel, la religión, la nacionalidad, o la formación académica, es movilizado por el amor y la solidaridad, por la alegría y las ganas de forjar entre todos y todas un futuro mejor. La realidad es que la propuesta oficial de enmienda constitucional consiguió un respaldo del 54,36 % de los votos, mientras que la opción del No obtuvo un 45,63%. Casi 10 puntos de diferencia demuestran que los venezolanos y venezolanas están de acuerdo con continuar con el proceso de cambio que embandera la Revolución Bolivariana y que, aunque muchos no lo quieran reconocer, convirtió a este país en una potencia continental en sólo 10 años. Venezuela comenzó en 1999 a transitar los caminos del socialismo, sirviendo de guía para las demás naciones latinas. A este camino, los ciudadanos y ciudadanas le dijeron una vez más Sí.
martes, 17 de febrero de 2009
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