María Linares
En el mundo existe multitud de contradicciones de lo más distintas. Tropezamos continuamente con ellas en la vida diaria. Precisamente las contradicciones son la fuente del desarrollo de la sociedad, de un objeto y de un fenómeno. Las contradicciones internas inherentes al Poder Ejecutivo del gobierno bolivariano si no se resuelven no serán de ninguna manera fuente de desarrollo de la sociedad venezolana. [Son contradicciones internas la interacción y lucha de las tendencias contrapuestas]. Por consiguiente, si no se resuelven las mismas en el gobierno bolivariano, entonces la revolución socialista nunca se construirá porque los momentos históricos prerrevolucionarios pasan y las masas populares se cansan. En suma, la revolución socialista del siglo XXI se desgastará y el pueblo otra vez engañado abandonará el proyecto bolivariano. En los distintos Ministerios (27 en total) están presentes tendencias o fuerzas internas (revolucionarias y contrarrevolucionarias) que mutuamente se excluyen. Existe una lucha permanente entre estas dos tendencias contrarias. En pocas palabras, lo viejo y lo nuevo, lo que está naciendo y lo que está muriendo en el Poder Ejecutivo, no pueden menos de entrar en contradicción. En los Ministerios parece que lo que tenía que morir salió de cuidados intensivos. Y eso que logró salir de cuidados intensivos se expresa en desidia e indiferencia ante el sufrimiento del pueblo; corrupción; poder mal ejercido; atropello y engaño a los necesitados. En pocas palabras boicot político y económico a la revolución. Mientras que el Comandante Chávez busca incansablemente resolver los innumerables problemas de los excluidos, de los desasistidos. En cambio, muchos funcionarios públicos, sobre todo, aquellos que ocupan altos cargos se dedican solamente a saborear las mieles que les da el poder. Los rasgos que distinguen a estos “revolucionarios de orilla” son la prepotencia, la indolencia, la mentira, la soberbia, la indiferencia, el oportunismo. En fin, a ellos no les importa nada el sufrimiento que padece nuestro pueblo, ya sea que viva en Venezuela o resida en el exterior. Finalmente, puesto que las contradicciones internas determinan el desarrollo de la sociedad, en la actividad práctica es necesario, es urgente, es indispensable, ante todo, saber descubrir y resolver precisamente estas contradicciones. La consigna es pues solución acertada de las contradicciones internas, sin olvidar el antagonismo existente entre la clase burguesa y la clase trabajadora.
miércoles, 18 de febrero de 2009
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