Gorka Andraka
Cuatro de cada cinco europeos vivimos en ciudades. El quinto, un milagro, aún resiste en el campo, rodeado de mierda. La ciudad nos convierte en basura. A los urbanitas y al resto, a los aldeanos, a los aledaños. Donde dice Ciudad Ecológica, un sinsentido, otra mentira del mal progreso, debería decir Ciudad Escatológica.Insoportables, insufribles, intolerables… No se salva ni una. Ni grande ni chiquita. Según el último informe del Observatorio de la Sostenibilidad en España, todas las capitales de provincia consumen más recursos naturales y generan más residuos y contaminación de los que corresponden a su tamaño. Gastan más de lo que poseen, ensucian más de lo que deben.Para ciudades en el aire, metrópolis imposibles, la de Bilbao: un botxo sin fondo. La peor de todo el Estado, la más insostenible. Bilbao necesitaría un territorio cien veces mayor para cubrir sus actuales necesidades medioambientales. Una ciudad que dilapida y vomita como cien, una ciudad suicida. Si el azul del cielo pintará algo hace tiempo que habría prohibido el azul Bilbao, color emblema de esa ciudad. Ningún azul merece tanta mancha.Este martes, la Unión Europea designará las dos primeras Capitales Verdes de Europa para 2010 y 2011. Las ocho ciudades finalistas (Amsterdam, Bristol, Copenhage, Friburgo, Hamburgo, Münster, Oslo y Estocolmo), todas con más de 200.000 habitantes por exigencias de las bases del concurso, destacan por sus “excelentes logros ambientales”. Tomo el diccionario y tiro de la palabra verde: verdear, verdecer, verdecillo, verdegal, verdegay, verdemar, verderol, verdial, verdín… Verde vida. Ninguna ciudad merece tanto premio.
sábado, 21 de febrero de 2009
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