viernes, 6 de diciembre de 2024

Entrevista a Safia El Aaddam «El racismo no surge de la ignorancia, es un ejercicio consciente»

 Por Sara Plaza Casares


Fuentes: El Salto

Escritora, divulgadora, filóloga y activista antirracista Safia explica las raíces coloniales que sustentan la islamofobia y el racismo antimoro de este país en su nuevo libro ‘España ¿racista?’.

Un día, el padre de Safia El Aaddam (España, 1995) no pudo ir a buscarles al cole, el motor del coche no arrancaba. Agarró a su hermano pequeño y se le ocurrió pedirle a un par de policías, que aparcaban su coche frente a la escuela, que les acercaran a casa. Su hermano se negó. La familia vivía cerca de una estación de transportes donde las redadas por perfil étnico, en las que los agentes solo paran a personas racializadas, eran el escenario que el hermano de Safia divisaba un día sí y otro también por la ventana. Si se metía en ese coche de policía sería detenido, pensaba, por eso rechazaba la idea de su hermana. De fondo, el origen marroquí de su familia.

Safia es escritora, comunicadora, divulgadora y activista antirracista, además de filóloga por la Universidad de Barcelona con especialidad en estudios árabes y hebreos. Desde que tiene un potente altavoz en sus redes sociales, en donde se la conoce como @hijadeinmigrantes, se ha dedicado a denunciar el racismo que sufren las personas racializadas, especialmente las segundas generaciones de familias migrantes. También ha aprovechado para crear iniciativas como “Votar es un derecho”, que propone la cesión de votos entre personas españolas que no quieren acudir a las urnas y personas migrantes que no pueden acceder a ellas, o “Te cedo una cita”, que pone en conexión a personas que buscan desesperadamente día y hora para renovar su documentación ante el colapso en la web de Extranjería y otras que lo consiguen. Iniciativas de apoyo mutuo que tienden puentes para atravesar los grandes charcos del racismo institucional.

Esta activista visita El Salto con su nueva propuesta literaria. Tras Hija de Inmigrantes (Nube de Tinta, 2022) llega España ¿racista? (Penguin Random House, 2024), “una historia muy actual sobre las raíces del odio y nuestro pasado colonial”, tal y como explica la portada. Un libro cercano y ameno para conocer la historia de la península como nunca nos la habían contado. Y los interrogantes del titular no son casuales, para muestra la historia que hay detrás de por qué su hermano no quería subirse a un coche de policía o la suya propia, que aunque nació en España ha pasado la mayor parte de su vida sin un DNI español.

Safia, ¿por qué estos signos de interrogación rodean a la palabra racista en el titular?
Para que no se asuste la gente (risas). No, porque hay una mala definición de lo que es el racismo. Cuando cuestionas si España es racista o si las personas son racistas, en la sociedad española hay una barrera por qué la gente se ofende y hay una negativa de entrada. A mí lo que me interesa es que la gente sepa lo que es el racismo y entonces que ellos mismos lleguen a la conclusión.

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Foto: La escritora y activista Safia Aaddam reivindica su origen amazigh. Álvaro Minguito

Hay una mala definición de lo que es el racismo. ¿Tú crees que, tal y como está extendido, el racismo surge de la ignorancia?
No, para nada, surge del conocimiento puro y duro. Lo que pasa es que, como no conocemos el contexto de nuestro país y el racismo que se produce en ese contexto, cuando hablamos de racismo tendemos a mirar hacia otros lados por lo que vemos en la tele, por ejemplo Estados Unidos.

¿De qué conocimiento surge el racismo?
Pues del poder blanco sobre las personas racializadas. Es un ejercicio consciente, no es inconsciente. Cuando un país es estructuralmente racista y machista, la sociedad también lo es. Y al haber crecido con esta educación se reproducen conductas. Has aprendido cosas racistas que tú no sabías que eran racistas y lo entendemos muy bien con el machismo, pero con el racismo todavía no.

Tú eres amazigh, un pueblo originario de lo que hoy es Marruecos y buena parte del norte de África, como explicas en el libro. Un pueblo que ha sido borrado de los libros de historia. ¿El racismo empieza ahí?
Sí, también. Me gusta mucho porque en todos los sitios a los que voy ya me hablan de amazigh, tampoco se usa el término bereber, que es un término que nos adjudicaron los colonizadores que significa bárbaro e incivilizado.

El amazigh es un pueblo indígena de todo el norte de África. De hecho, los indígenas y autóctonos de las Islas Canarias eran amazigh y se les aniquiló. Y hay un borrado por la colonización. Cuando hablamos de la historia de este país es que ni se les menciona, cuando han tenido contacto con la Península y han estado presentes aquí, sobre todo los primeros siglos.

Cuando alguien te dice que tú eres de origen marroquí y entonces eres árabe, tienes que ponerte pedagógica.
Sí, tengo que ponerme pedagógica porque además me extranjerizan y yo he nacido en España, por lo tanto soy española y además me adjudican una identidad que no me pertenece. Y eso nos ha pasado a los hijos de inmigrantes amazigh muchísimas veces. Crecemos pensando que pertenecemos a una identidad y que hablamos una lengua que no hablamos. Yo en mi casa hablo amazigh no árabe, que es una lengua totalmente independiente y que tiene otro conjunto de lenguas con su propia escritura, su propia cultura y su propia identidad indígena.

España no reconoce que colonizó buena parte de Marruecos y nadie habla sobre la deuda colonial con vuestro pueblo.
No se reconoce la colonización en Marruecos, se habla de un protectorado que es un falso protectorado, era una colonización. No se habla de las consecuencias que ha tenido eso en la población, los químicos que se utilizaron para atacar al Rif y como las consecuencias las siguen pagando descendientes de nuestros abuelos. Tampoco se habla de la historia de la Península en términos reales. No se reconocen las expulsiones masivas, el que se quemó a personas moras o musulmana, que se quemaron bibliotecas, se aniquiló y persiguió a la población por su perfil étnico, racial, e ideológico y como se expulsó a personas que llevaban siglos aquí, incluso autóctonas, de antes de que llegaran los musulmanes que habían sido convertidas al Islam. Y como a día de hoy ni siquiera se repara. Por ejemplo, los descendientes de sefardíes pueden optar a la nacionalidad española, los descendientes de los moros y los moriscos no. Y ni se repara en eso, ni se repara en contar la historia tal y como es.

Hablas de un genocidio y conectas el genocidio de tu pueblo con el genocidio actual, en Palestina.
Claro, de hecho hago comparaciones. Pensamos que prácticas como la Inquisición habían quedado atrás, pero de una manera u otra se siguen reproduciendo. Se sigue expulsando a gente por su color de piel, por su fe. Es que si no conoces la historia estás condenado a repetirla, pero es que muchas veces se conoce también la historia y se repite. Por ejemplo, en el caso de Palestina.

En mi libro de historia hablaban de la Reconquista. ¿Nos lo han contado mal?

Hablan de reconquista, incluso también de invasión, cuando hacen referencia al periodo de Al-Andalus, al musulmán, pero cuando hablan de otros periodos vemos que no se habla en términos de invasiones. Todo esto construye una narrativa que sigue afectando a día de hoy. Cuando hay una situación que afecta a personas migrantes en Melilla se habla otra vez de invasión, porque el norte de África es la amenaza constante. Se ha creado un enemigo por contar mal la historia, conscientemente.

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Foto: Safia El Aaddam presenta su segundo libro, ‘España ¿racista?’. Álvaro Minguito

Y hemos ensalzado polémicas figuras que tienen su nombre en universidades o centros educativos como el cardenal Cisneros.
No me puede entrar en la cabeza como este personaje puede ser un referente cuando ha quemado bibliotecas enteras con libros de poesía, de historia, de arte, de religión… simplemente porque los habían escrito personas musulmanas, y su premio es tener un reconocimiento en la educación.

Viniendo un poco a la actualidad, tú abogas por el uso del término racismo antimoro, ¿por qué?
Cada país con su realidad migratoria y su realidad histórica reproduce un racismo específico sobre una población, como el racismo antigitano. Existe el racismo antimoro por esa historia mal contada, por ese pasado del que nunca se ha hablado en términos correctos. En este país se ha creado un odio hacia el enemigo. Hoy España está siempre bajo amenaza de la invasión de los moros y con el racismo antimoro me refiero también a las personas musulmanas. La historia del Islam en la península se ha racializado. Entonces las personas musulmanas automáticamente son moras también o los moros automáticamente son musulmanes también. Cuando se habla de islamofobia intentan decir que es como una intolerancia religiosa, pero es que no es solo eso, sino más bien un tipo de racismo.

¿Tiene más entidad que la islamofobia?
Sí. Compañeras como Salma Amazian me han hablado mucho de estas cuestiones.

¿ Cómo afecta directamente este racismo a los hijos e hijas de inmigrantes?
Pues en todos los aspectos de nuestra vida, ya que desde que nacemos, si nuestros padres son inmigrantes automáticamente se nos adjudica también un Número de Identidad de Extranjero (NIE) de manera obligatoria. Si nuestros padres están en situación irregular, nosotros también. Eres extranjero, eres una persona emigrante sin haber emigrado. Y luego eso se reproduce también en el ámbito educativo y en la sociedad. Cómo te cuestionan que tú no eres de aquí, te dicen que te vuelvas a tu país, que de dónde eres, que de dónde son tus padres. Y al final también tenemos que exponernos a situaciones violentas en las instituciones. Por ejemplo, tenemos que acompañar a nuestros padres a hacer de traductores en la sanidad pública, porque no hay intérpretes. Entonces un niño hijo de inmigrantes con ocho-nueve años se está enfrentando a una carga a la que no se enfrentan otros y eso impacta en su salud mental. Además está el cómo heredamos toda esta carga emocional de nuestra familia.

¿Has tenido que demostrar siempre que sabes más que el resto?
Totalmente. Sí las mujeres tenemos que demostrar el doble que los hombres para ocupar espacios, las mujeres migrantes y racializadas tenemos que demostrar el triple para ser merecedoras de espacios. Actualmente el panorama tanto político, como televisivo e institucional refleja todo esto. Está lleno de personas blancas, pero no hay personas racializadas y migrantes. Y no porque no existamos, existimos en este país, pero no se nos dan esos espacios porque tenemos que demostrar muchísimo.

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Foto: Safia El Aaddam durante la entrevista en El Salto. Álvaro Minguito

¿Y en el cole tú no te sentías siempre la sospechosa de que iba a suspender?
Sí, a parte de la sospechosa ya te lo dicen. Te dicen que igual deberías optar por hacer ciclos formativos en vez de una carrera universitaria, porque no puedes. También se criminaliza a los niños migrantes y racializados cuando llegan al instituto, se les perdona menos el cometer errores, se les tolera menos que a un niño blanco. A la mínima hay una expulsión o hay una queja cuando está haciendo lo mismo que otro niño blanco. Hay un racismo específico contra niños y niñas en el sistema educativo.

Una cosa que cuentas en el libro que me ha impactado es que en algunos colegios incluso se impide que se relacionen y hablen la misma lengua o dialecto.
Puedes encontrarte colegios en los que se prohíbe que se hable en árabe, cuando igual su alumnado no está hablando ni siquiera árabe, sino que está hablando dariya amazigh. Pero como también es un tema desconocido, pues prohíben el árabe y ya está, si se habla en francés o en inglés, se les aplaude. A los hijos de inmigrantes franceses e ingleses se les dice que muy bien que sean bilingües y se les pone una medalla. Pero cuando somos hijos de inmigrantes africanos nuestras lenguas maternas no valen y siempre son sospechosas. Ya lo vemos en la calle con miradas que desde pequeños nos crean esa incomodidad. Ayer, por ejemplo, un compañero me comentaba que él sentía vergüenza de hablar amazigh y que por eso no sabe hablar, por escuchar incluso reproches de “aquí se habla español, no hables en moro”.

Pasemos al tema del racismo policial. Cuando uno es pequeñito, es gracioso, se le saluda, se le acompaña. Y cuando creces eres el sospechoso número uno. Cuentas en el libro que a tu hermano no dejaban de pedirle el carnet de moto. ¿Cómo te has enfrentado tú a esto?
A veces el racismo actúa de manera diferente con jóvenes racializados. Nuestros hermanos se ven expuestos a esta criminalización. En mi libro cuento que un día no nos vienen a buscar al colegio y mi hermano no quiere entrar en el coche de policía que nos iba a acompañar a casa. Él tenía miedo de que le llevaran detenido con ocho años, porque él veía todos los días frente al portal de casa a todos los chavales migrantes y racializados que se parecen a él, como los desnudaban, los registraban, los metían en un furgón policial y se los llevaban.

Tú naciste aquí, tienes a tu familia aquí. Pero hay niños y niñas racializados que lo tienen aún más difícil, llegan solos y se enfrentan a un aparato institucional que, lejos de protegerles, les desprotege. Cuéntanos.
La mayoría de ellos están segregados en centros que están en manos de fundaciones privadas. Y vemos como estos centros de menores siempre tienen peores infraestructuras que, por ejemplo, un CRAE (Centro Residencial de Acción Educativa) público. Tienen peor comida, peor atención, no se contratan a trabajadores con perfiles sociales sino más bien securitarios. Estamos hablando de niños de entre 12 y 18 años.

Además, se llevan a cabo prácticas mafiosas para echarlos de los centros porque molestan y para hacer ver que se van por su propia voluntad, cuando realmente no se están yendo por su propia voluntad, sino que les están amenazando con que no les van a tramitar los papeles o incluso les abandonan sin papeles, sin familia y sin ningún tipo de apoyo emocional. La extrema derecha se aprovecha de esto, que un gobierno progresista permite que pase, y crean bulos y atacan a estos menores. Incluso se organizan para ir a pegarlos a los centros y crean las lonas que vemos en los metros.

Tú señalas en el libro algunas prácticas que se realizan de manera ilegal, como por ejemplo las pruebas óseas para determinar su edad cuando sí tienen documentación del país de origen donde se refleja esa edad.
Sí, hay muchas denuncias al respecto. Llega un niño y te dice su edad, te trae un pasaporte que dice que él tiene 16 años, pero aún así se le expone a pruebas óseas para determinar su edad. Esto es una práctica ilegal porque ellos ya tienen documentación. Además no se tiene en cuenta que estas pruebas están basadas en niños blancos y hay un margen de error. Hay niños que se quedan en la calle porque una prueba dijo que él era mayor de edad. En Girona hubo un chaval que se suicidó porque le pasó precisamente esto.

Safia, para ti, ¿qué es el 25N?
Para mí el 25N es una fecha en la que se sigue ignorando a las mujeres migrantes y racializadas. Mujeres migrantes que tienen que recoger los cristales del techo de cristal que han roto otras. Seguimos pidiendo que se nos escuche incluso en espacios que se dicen que luchan por la justicia, pero realmente luchan por la justicia de las mujeres blancas.

Tú has sufrido agresiones por llevar velo. Hay ataques que vienen tanto por la derecha como por un sector del feminismo ¿Cómo casa esto?
Yo no llevo el velo, pero cuando me lo he puesto alguna vez de pequeña he sufrido alguna agresión física por ello. Cuando me pongo el turbante amazigh o el pañuelo amazigh siento miradas. Las mujeres musulmanas veladas sufren ataques de la derecha y de espacios que se dicen feministas, pero más que feministas son feminacionalistas.

Vemos a hombres de partidos de extrema derecha diciendo que los musulmanes tratan mal a sus mujeres y que eso no lo pueden tolerar en España pero lo que ellos hacen es usar el feminismo con fines políticos e ideológicos.

Muchas veces, mientras señalamos el velo, nos olvidamos del machismo que sufrimos directamente nosotras.
Claro, el machismo de Amed es peor que el machismo de Paco, ¿no?

Eso no es feminismo, es usar el feminismo, que en realidad es una lucha por la igualdad de todas las mujeres, con fines racistas. Se intenta justificar el racismo, a través del feminismo blanco hegemónico.

Tú has elegido no llevar velo. Nos tiene que quedar claro que hay una libre elección, ¿no?Únicamente las mujeres musulmanas tienen que demostrar su libertad de elección, pero las mujeres blancas no tienen que demostrar ninguna libertad de elección. Es esa mirada etnocéntrica y eurocéntrica de que todas las mujeres tienen que ser y existir como lo son y existen las mujeres europeas blancas. Y no es así.

Una puede someterte a una liposucción o una operación estética y esto es una tiranía a las que se someten las europeas y no se ve así, ¿no?
Totalmente, para mí estas son prácticas consecuencia del patriarcado y del machismo, las mujeres al final tenemos esa presión estética de no envejecer nunca. Pero no se ve de la misma manera porque hay una mirada que es racista dentro de los movimientos feministas.

Este es tu segundo libro, ¿Ya estás maquinando el tercero?
Sí pero…. Hará falta sacar tiempo para escribirlo.

¿Quieres seguir en la línea de utilizar tu altavoz para denunciar el racismo?
Quiero seguir en la línea de usar mi altavoz y de usar mi pasión por la escritura para traer historias y realidades que se desconocen, que son silenciadas. Además hacer aflorar la emoción que siento cada vez que escribo y darle el gusto a las lectoras de emocionarse también cada vez que me leen.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/racismo/safia-aaddam-racismo-no-surge-ignorancia-es-un-ejercicio-consciente

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