*JUAN MARTORANO.
Sin duda, como lo señalo el
compañero Elías Jaua, estamos viviendo días muy peligrosos. El asesinato de
Robert Serra y de su compañera María Herrera, pudiéramos señalar como parte del
inicio de una campaña terrorista contra la Patria de Bolívar y Chávez. Se ha
iniciado una nueva oleada desestabilizadora para dar al traste con los sueños
de una Patria libre y soberana, y tenemos que estar “ojo pelao”.
Aunado a ello, se presenta una
situación irregular en Quinta Crespo, por la Avenida Baralt, en donde
aparentemente el colectivo Escudo de la Revolución o 5 de Marzo, se enfrentan a
Comisiones del CICPC. El sub-director del Cuerpo detectivesco, Douglas Rico
señala que era un procedimiento en contra de personas solicitadas por una serie
de delitos, uno de ellos el homicidio. Por parte de los colectivos, no es nada
de eso, y lamentan que cuerpos policiales volviesen a llevar a cabo prácticas
cuartarrepublicanas de los cuerpos de seguridad e inteligencia del Estado
Venezolano para reprimir y acallar líderes emblemáticos del movimiento popular.
Lo cierto del caso, es que este
es un hecho irregular, desde mi punto de vista, y que tiene elementos aún no
suficientemente claros. Tan delicado es este caso, que han sido fustigados
tanto el Ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y
Paz, Miguel Rodríguez Torres como el mismo Presidente de la República, Nicolás
Maduro. Y es necesario resaltar en estos momentos álgidos que atraviesa la
República, que no es una política de Estado, no lo fue con Chávez ni tampoco lo
es con Maduro, el terrorismo de Estado y la criminalización de los colectivos y
movimientos sociales como si ocurría en la Cuarta República.
Sin embargo, más allá de las
políticas públicas y la arquitectura jurídica revolucionaria que hemos ido
construyendo, estoy plenamente consciente que aún hay rémoras de prácticas que
permanecen “vivitas y coleando”. Que haya individualidades dentro de nuestros
cuerpos policiales que no han superado sino en limitada medida los vicios
heredados del pasado. Conformados en una visión represiva y de violación
permanente de los derechos humanos, llenos de corruptelas, vínculos con la
delincuencia organizada, inmersos en una terrible red de complicidades y de
ominosos vasos comunicantes. Se ha hecho un esfuerzo importante por superar
estas situaciones, pero no hay duda que no hemos podido lograrlo del todo. Aquí
cabría preguntarse: ¿Actúo el CICPC en el procedimiento de Quinta Crespo con
total apego a los Derechos Humanos? ¿Aplicarían métodos de negociación que por
lo menos intentara evitar el enfrentamiento violento que hubo? ¿Hicieron uso
proporcional y diferenciado de la fuerza del Estado, incluso la potencialmente mortal?
Esta situación sin duda nos hace
sentir como en una incómoda resaca por los efectos de este hecho tan poco
conveniente en estos momentos, en medio de los ecos del asesinato de Robert
Serra, cuando la Asamblea Nacional, para el momento en que se suscitaban estos
hechos, se reunía para comenzar a debatir esa situación y condenar
justificadamente a Uribe Vélez y su combo por este luctuoso hecho. ¿Casualidad?
Uno tiene todo el derecho de
preguntarse si acaso es coincidencia que la escaramuza de la Baralt haya
ocurrido inmediatamente después del asesinato de Serra. En los dos bandos que
se enfrentaron, la infiltración de agentes enemigos es relativamente fácil. Penetrar
nuestros cuerpos de seguridad del Estado es una acción típica de los
laboratorios enemigos. Infiltrar a “grupos radicales de izquierda” ha sido de
uso común por esos laboratorios también. No tengo, repito, suficientes
elementos para afirmar o negar hipótesis, pero si me puedo permitir plantear
dudas sobre la espontaneidad de esa balacera que duró un poco más de ocho (8)
horas y que desembocó en cinco (5) muertos y en toda la bulla mediática que
eclosionó de inmediato, apenas cuando acabábamos de sembrar al camarada Robert.
En todo caso, y la verdad sea
dicha, es que algunos compatriotas de esos “colectivos” estén ayudando mucho
con su intemperancia. Hace unos días, salió Humberto López, mejor conocido como
el “Ché” venezolano, dando unas declaraciones que nos parecen desatinadas,
sobre todo por en este momento. López afirmó lo siguiente: “Los colectivos están en pie de guerra y no apuestan a la muerte sino a
la guerra”. Y es aquí donde caben las siguientes interrogantes: ¿Guerra
contra quién? ¿Contra el Estado, contra el Gobierno? Porque eso es lo que
pareciera decir Humberto. Hace además un anuncio agorero, al mencionar que
podría suscitarse otra rebelión popular como la del Caracazo: “Va a ocurrir lo mismo que pasó el 27 de
febrero, este pueblo no va a medir quién es chavista y quién no lo es, va a
bajar de los cerros. Cuando nosotros tomemos las calles, hasta el indigente va
a portar un fusil”. Nuevamente me planteó la interrogante: ¿Qué es esto, un
desafío al Gobierno Revolucionario? Quiero pensar más bien que las
declaraciones de nuestro camarada López hayan sido tergiversadas, porque es muy
grave lo que contienen, ya que implican de manera explícita el llamado al
alzamiento armado contra la Revolución.
Pero tampoco le podemos quitar
razón a algunos señalamientos que formuló López, y que andan en la boca de
nuestra gente, sobre algunos problemas urbanos que han aparecido con la Gran
Misión Vivienda Venezuela, como eso de que están habitados por colombianos, a
quienes se les dieron cédulas y gente que también protesta contra el Gobierno: “La Gran Misión Vivienda Venezuela es el
cerro metido en la ciudad? ¿O si no qué es lo que hay en Chacao? Por toda la
Avenida Libertador ¿Quiénes crees tú que están metidos ahí?... Claro que
tenemos cualquier cantidad de colombianos oportunistas a los que les dimos
cèdula, igualmente están metidos ahí y
tocan cacerola, pero también nosotros no somos pendejos, sabemos quiénes son y
vamos por ellos porque así fueron por Juan Montoya”. Sin ánimo de
incentivar la xenofobia en nuestro país. El pueblo colombiano es un pueblo hermano
del pueblo venezolano, pero, nuevamente me surgen interrogantes: ¿Estamos
infestados de paramilitares en los barrios y también en los urbanismos de la
Gran Misión Vivienda Venezuela? ¿Hasta dónde y hasta que punto? Por eso, está
más que justificada la presencia de las Bases de Misiones en tales urbanismos,
sin duda una excelente medida tomada por el Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.
Debemos reconocer que por este
hecho, hemos tenido un manejo comunicacional muy malo. Lo que ha estigmatizado
a nuestro Ministro Rodríguez Torres y al Presidente Maduro, además de la
indignación de los colectivos. Todo esto, producto de un mal manejo
procedimental y comunicacional de este tipo de situaciones, y creo que es una
de las cosas que busca el enemigo de nuestra Revolución.
Mi llamado es a la paz, a la
serenidad, y a no caer en las provocaciones y “peines” que nos ponen los
enemigos de la Revolución. Creo que hay que investigar mucho sobre estos hechos,
y sancionar a los responsables estén donde estén. Ni caer en las provocaciones,
pero tampoco hacer el papel de pendejos.
¡Bolívar y Chávez Viven, y
sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado,Activista por los Derechos Humanos,Militante Revolucionario y
de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC). http://
juanmartorano.blogspot. com /http://juanmartorano. wordpre ss.com/ .jmartoranoster@g
mail .com ,j_martorano@hotmail.com ,juan _
martoranocastillo@yahoo. com. ar . @juanmartorano (Cuenta en Tuiter).
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