Earle Herrera
Hoy domingo 8 de mayo, día de las madres para más señas, en el primer intermedio del Kiosco Veraz, se me informó desde la gerencia de producción de VTV que debido al operativo especial de la Gran Misión Vivienda, suspendiera el programa para no estar sometido a sucesivos cortes y pases de prensa. Periodísticamente, me pareció un disparate y una improvisación, pero no quedaba otra, ni era la primera vez que se incurría en semejante forma atropellada (y atropellante) de hacer las cosas.
La víspera, me encontraba en el sur de Anzoátegui y me regresé el sábado para cumplir con el programa y su audiencia, responsablemente. Desde producción, se me había pedido información el sábado en cuanto a si el Kiosco iba y respondí afirmativamente. O sea, estaban al tanto.
Los operativos especiales pueden (y deben) hacerse en combinación con la programación regular del canal. Esto le da a los mismos mayor dinamismo y amenidad, pero quienes deciden allí, manejan unos criterios verdaderamente mata-audiencia. Hoy mismo, domingo 8 de mayo, Eleazar Díaz Rangel, en su columna de Ultimas Noticias, destaca que “la cuota de audiencia de los canales estatales es mínima, actualmente de sólo el 5%”. ¿Le importa a alguien este guarismo?
El Kiosco Veraz aparece después del golpe de abril de 2002, como un segmento del programa “Golpe de Gracia”, respuesta de VTV, bajo la presidencia de Chucho Romero Anselmi, a la guerra mediática de la derecha. Allí estuvimos con Roberto Hernández Montoya, Roberto Malaver, Néstor Francia y Régulo Pérez. Luego, el programa echó a volar solo.
El Kiosco Veraz fue un esfuerzo ad honorem, sin el menor emolumento, lo que yo llamo mi “trabajo voluntario” en este hermoso proceso que tanto nos reclama. Eso es una vaina. Otra muy distinta es que te prestes gratuitamente para que irrespeten tu trabajo, te interrumpan cuando a alguien le vaya en gana, te corten más por ignorancia periodística que por otra motivación, etc., etc., no se promocione el programa, en fin.
Después de más de siete años de trabajo voluntario e incomodidades gratuitas, he decidido cerrar el Kiosco Veraz. Cuarenta años de ejercicio periodístico, 26 de docencia universitaria y varios libros escritos sobre comunicación social, no son suficientes para que los sabios te pidan al menos tu opinión a la hora de cortar o interrumpir el programa que conduces.
La endogamia comunicacional, el endogenismo informativo y la contemplación periodística umbilical no son buenos para ningún proceso. Cuando fundé el Kiosco Veraz, no lo hice para que me sirviera de catafalco. Yo me voy, antes de infartarme la mañana de un domingo cualquiera.
earlejh@hotmail.com
Hoy domingo 8 de mayo, día de las madres para más señas, en el primer intermedio del Kiosco Veraz, se me informó desde la gerencia de producción de VTV que debido al operativo especial de la Gran Misión Vivienda, suspendiera el programa para no estar sometido a sucesivos cortes y pases de prensa. Periodísticamente, me pareció un disparate y una improvisación, pero no quedaba otra, ni era la primera vez que se incurría en semejante forma atropellada (y atropellante) de hacer las cosas.
La víspera, me encontraba en el sur de Anzoátegui y me regresé el sábado para cumplir con el programa y su audiencia, responsablemente. Desde producción, se me había pedido información el sábado en cuanto a si el Kiosco iba y respondí afirmativamente. O sea, estaban al tanto.
Los operativos especiales pueden (y deben) hacerse en combinación con la programación regular del canal. Esto le da a los mismos mayor dinamismo y amenidad, pero quienes deciden allí, manejan unos criterios verdaderamente mata-audiencia. Hoy mismo, domingo 8 de mayo, Eleazar Díaz Rangel, en su columna de Ultimas Noticias, destaca que “la cuota de audiencia de los canales estatales es mínima, actualmente de sólo el 5%”. ¿Le importa a alguien este guarismo?
El Kiosco Veraz aparece después del golpe de abril de 2002, como un segmento del programa “Golpe de Gracia”, respuesta de VTV, bajo la presidencia de Chucho Romero Anselmi, a la guerra mediática de la derecha. Allí estuvimos con Roberto Hernández Montoya, Roberto Malaver, Néstor Francia y Régulo Pérez. Luego, el programa echó a volar solo.
El Kiosco Veraz fue un esfuerzo ad honorem, sin el menor emolumento, lo que yo llamo mi “trabajo voluntario” en este hermoso proceso que tanto nos reclama. Eso es una vaina. Otra muy distinta es que te prestes gratuitamente para que irrespeten tu trabajo, te interrumpan cuando a alguien le vaya en gana, te corten más por ignorancia periodística que por otra motivación, etc., etc., no se promocione el programa, en fin.
Después de más de siete años de trabajo voluntario e incomodidades gratuitas, he decidido cerrar el Kiosco Veraz. Cuarenta años de ejercicio periodístico, 26 de docencia universitaria y varios libros escritos sobre comunicación social, no son suficientes para que los sabios te pidan al menos tu opinión a la hora de cortar o interrumpir el programa que conduces.
La endogamia comunicacional, el endogenismo informativo y la contemplación periodística umbilical no son buenos para ningún proceso. Cuando fundé el Kiosco Veraz, no lo hice para que me sirviera de catafalco. Yo me voy, antes de infartarme la mañana de un domingo cualquiera.
earlejh@hotmail.com
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