Susana Khalil
Un supremacista desprecia e ignora al otro y al ignorar al otro se convierte en un ignorante, amén de su fibra asesina. La historia la falsifica con aromático chovinismo y atrofiada lógica de dominación.
El actual régimen colonial de Israel, fabricado en 1948 por europeos del movimiento segregacionista sionista, no tiene ningún vínculo histórico, sanguíneo o genealógico con el antiguo pueblo hebreo, quien sí lo tiene es el pueblo palestino, demostrado incluso por historiadores judíos, como Shlomo Sand.
Falsos semitas (askenazíes – indoeuropeos) comprenden el 80% de la población judía y son quienes están exterminando a un pueblo semita. David Ben Gurion, ario cofundador del colonial Israel, expresaba: “Llegamos a un país poblado por árabes, aldeas judías fueron construidas reemplazando aldeas árabes. No hay una comunidad en el país que no haya tenido antes una población árabe.
El monoteísmo occidental es una herencia semita. El judaísmo, el cristianismo y el islam son herencias semitas, el hoy mundo árabe. Lo que se expandió fueron sus doctrinas religiosas que provienen de un mismo tronco. No se expandieron los judíos, cristianos y musulmanes. Que europeos hayan abrazado una religión semita no hace de ellos semitas. Imaginémonos a los chinos musulmanes proclamarse semitas o a los quechuas evangelizados proclamarse semitas.
Es un fraude histórico cuando un askenazi se denomina semita. Es la trampa para colonizar Palestina. Israel es un fiasco histórico de mucha estética.
Se pretende mutilar la historia palestina, reduciéndola al pasaje del pueblo hebreo - siglo XV A.C. Además, por falsos descendientes borrando el premonoteísmo. Jericó-Palestina lleva en su haber más de 9 mil años A.C en la luz del tiempo.
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