Es evidente que en Canadá, como lo han demostrado las reuniones del G8 y G20 en Toronto este pasado fin de semana, los gobiernos sean federal o provincial - están dispuestos a pisotear los derechos de sus ciudadanos cuando les convenga.
El sábado los ciudadanos de la generalmente pacífica ciudad de Toronto, quedaron horrorizados de ver como un pequeño grupo de anarquistas interrumpieron una manifestación pacífica organizada por el Congreso Laboral. Rompieron vitrales e incendiaron cuatro autos de policía – que sospechosamente fueron abandonados cerca de la marcha. Los anarquistas no atacaron a ninguna persona, sino que dañaron la propiedad privada. Pero los ciudadanos de Toronto se quedaron aun más pasmados de ver como, apesar de la presencia cercana de miles de policías –unos 5 mil- que protegían el cerco de metal que delimitaba el area de las reuniones del G20- éstos no detuvieron los desmanes de unos pocos.
Como sucedió ésto? Fue que unos cuantos cabeza calientes se burlaron de una policía incompetente o fué que le convenía a la policía que hubiera violencia para asi justificar los recursos y poderes que le dieron?
El núcleo central de la ciudad donde se reunían los líderes mundiales, fue aislada con un cerco de metal y concreto. Clausuraron clases en escuelas y las universidades del centro, suspendieron el transporte público, cantidades de empresas, servicios, instituciones, se han visto afectadas, y las personas que viven en esa area no podían salir. Estas medidas, como se queja el Alcalde de la ciudad David Miller, no fueron discutidos ampliamente con él ni con el Consejo Municipal. O sea, el poder federal no se dignó consultar con el poder municipal. Siendo éste un país tan inmenso, es tradición política que los varios niveles de gobierno -federal, provincial, municipal, regional, aborigen-se consulten entre si para para el buen gobierno.
El gobierno de Dalton McGuinty (LIberal) primer ministro de Ontario, le otorgó a hurtadillas, a la policía poderes que unicamente se le otorgan en caso de guerra y para proteger las cortes: estos poderes incluyó el poder registar, interrogar, y encarcelar a cualquier ciudadano que se acerque a 5 metros de la muralla de metal. Esto ha caído como un plomo, tanto más porque estos poderes fueron otrogados EN SECRETO, sin haber consultado a la Legislatura de Ontario, ni los jefes de partido y el Alcalde Miller se enteró a través de los periódicos. Los medios - que generalmente apoyan a los gobiernos- se refieren a esto como "la ley secreta".
Cuando se vieron criticados por no poder parar los desmanes de los anarquistas, dentro de unas horas, la policía desplegó un nuevo plan: apresamientos masivos. Con gusto se abogaron a aplicar no solamente sus nuevos poderes, sino poderes que no tenían - la policía ha tenido que admitir que los amplió sin derecho alguno- hostiganado a los ciudadanos que fueron a ejercer su derecho democrático de protesta, y arrestado incluso a personas que simplemente estaban de paso; llegaron a 900 los presos. El jefe de la policia tuvo la desfachatez de llamar a los delincuentes “terroristas” y dijo que los protestantes indirectamente los ayudaron, como si se hubiesen lanzados bombas y masacrados inocentes.
Con el pretexto de suministrar seguridad a los jefes de estado del G8 y G20, la ciudad de Toronto fué tomada policialmente con la bendición del gobierno federal y el provincial. Nunca se había visto aqui tal despliegue de militarización policial: policías con armaduras usaron gas lagrimógeno por primera vez en esta ciudad, usaron balas plásticas, helicópteros circulaban la ciudad, amenazaron en usar una nueva arma-sirena que revienta los oidos, hubo allanamientos sin órden de la corte a unos hogares y a una residencia universitaria, muchos fueron golpeados por los policias; total de cuenta, brutalidad y hostigamiento hacia manifestantes y ciudadanos pacíficos. Y los reporteros no se salvaron pues varios fueron golpeados y puestos presos, entre ellos, periodistas de The Guardian de Inglaterra, de la televisión CTV y del periódico National Post, entre otros.
El gobierno de Harper - que continuamente alega que hay falta de fondos , que hay que "apretarse el cinturón", que no hay dinero para cubrir los gastos de hospitales, de escuelas, de guarderías, de remedios para los enfermos, de universidades, para el medio ambiente y cambio climatico - ha gastado SOLAMENTE EN LA SEGURIDAD para las reuniones del G8 y G20, el monto obsceno de 1.3 billon de dolares. Los ciudadanos que pagan los impuestos que financian al gobierno, estan asombrados y disgustados. Esta ha resultado ser la reunión de líderes mundiales mas costosa - diez veces mas costosa que la última en Cleveland.
Si realmente querían seguridad, han debido alquilar un barco turisticos, y realizar las reuniones en el medio del Lago de Ontario, allí hubieran podido tener seguridad sin violar derechos, gastar un monto incredible, ni afectar la vida diaria de los ciudadanos. Prefirieron controlar a toda una ciudad con la mano dura.
En Venezuela, con tantas manifestaciones de la oposición que han habido, a la policía no se le ha dado derechos extraordinarios, ni han apresado de un golpe a 900 manifestantes, apesar de la violencia que grupos de los manifestantes ha desplegado, incluyendo asaltos a muchos de la policía que han salido heridos. Si algún representante canadiense vuelve a criticar el estado de democracia en Venezuela, como suelen hacer, y alegar que el Presidente Chávez es autocrático, será mejor que se miren en el espejo después de estos acontecimientos pues Canadá se ha encharcado políticamente ante los ojos de su propio pueblo al sacrificar los derechos del ciudadano ante el lucro y la conveniencia política.
En cuanto a los logros del G8 y G20, la experiencia demuestra que estos grupos que se han auto-elegido líderes del mundo, no han podido alcanzar los logros o promesas que se han propuesto en el pasado. Sus reuniones son un ejercicio costoso y poco fructífero para manipular una imagen. Se concentran en asuntos secundarios cuando los asuntos realmente criticos son ignorados - están arreglando las sillas en la cubierta del Titanic, y no se dan cuenta que el barco se hunde.
Circulo Bolivariano Louis Riel de Toronto (Vocera)
mpaez@sympatico.ca
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