Hernán Mena Cifuentes
Tupac Katari, el legendario guerrero aymara, reeditó este domingo la promesa de 'volver hecho millones' al conducir con su ejemplo y memoria a los miles de bolivianos que votaron para darle otra vez la victoria a su hermano de raza, Evo Morales, quien triunfó por aplastante mayoría, a pesar de las maniobras y conjuras desatadas por el imperio y la oligarquía racista que durante siglos explotó y saqueó a su pueblo.
De todos los puntos de Bolivia, ciudades, pueblos, caseríos y aldeas ubicadas en llanos y valles, a orillas de ríos, lagos y riachuelos, millones de hombres y mujeres de todas las edades asistieron a los centros de votación distribuidos a lo largo y ancho del país para depositar su voto, mientras miles más lo hacían en el exterior, participando en una colorida fiesta democrática que daría el triunfo al indiscutible líder del pueblo boliviano.
Fue un acto histórico que consolida la victoria inicial conquistada hace cinco años por un hijo de ese pueblo originario que, después de cinco siglos de vivir esclavizado y explotado, víctima de sus opresores, imperios, transnacionales y la oligarquía criolla; logró, tras décadas de lucha, gracias a una indomable rebeldía que costó sudor, lágrimas y sangre derramada por sus héroes y mártires; alcanzar la verdadera independencia y libertad que le había sido negada.
Y la conquistó bajo el liderazgo de Evo Morales, el humilde campesino y dirigente cocalero, quien armado del espíritu indomable de sus antepasados, los aymaras, quechuas y guaraníes, se levantó contra la injusticia y explotación de la cual eran víctimas sus hermanos, y tras una lucha que le llevó varios años, durante los cuales sufrió exclusión, cárcel, ofensas y traiciones; alcanzó por primera vez en 2005 con apoyo del pueblo la Presidencia del país.
Este segundo triunfo, junto su victoria inicial y el referendo que lo ratificó como jefe del Estado boliviano, se inscribe en un contexto aún más amplio, cual es el proceso libertario que se viene dando en la región en los últimos 11 años, a raíz del triunfo de Hugo Chávez Frías en Venezuela y las victorias electorales de Lula en Brasil, los Kirchner en Argentina, Ortega en Nicaragua, Correa en Ecuador, Zelaya en Honduras, Colom en Guatemala, Funes en El Salvador, y Vásquez y José 'Pepe' Mujica en Uruguay.
Además, el hecho de que esta nueva victoria electoral de Evo haya tenido lugar un seis de diciembre le da un carácter especial, pues coincide con la que hace 11 años, un seis de diciembre, pero del año1998, conquistó el comandante Chávez, procesos revolucionarios que, a pesar de la brutal conspiración desatada por Washington y sus secuaces antes, durante y después de su aparición; han logrado sobrevivir, gracias a la habilidad política de ambos líderes y el apoyo de sus pueblos.
Y es que tanto Evo como Chávez han debido enfrentar, como sólo pudo hacerlo Fidel en Cuba, la más bestial ofensiva conspirativa desatada por el imperio y sus secuaces, que para destruirlos han utilizado las mas letales armas de sus laboratorios de guerra sucia, como son las campañas desinformativas de los medios lacayos, incursiones de mercenarios armados, golpes de Estado, conatos de asonadas, intentos de magnicidio y de separatismo, entre otras maniobras.
Porque ni Estados Unidos (EEUU) ni sus cómplices están dispuestos a perder ese botín del que se adueñaron después de que lo perdiera el imperio español, cuando la región conquistó su primera independencia en el primer cuarto del siglo XIX hasta que en Cuba, con Fidel al frente, se recuperó de nuevo la libertad, como lo haría Chávez 40 años más tarde, y luego otros gobernantes progresistas, entre ellos hace dos semanas Mujica en Uruguay y hace horas Evo en Bolivia, lo cual ha venido a consolidar ese proceso liberador.
Sin embargo, el peligro sigue latente, como lo demuestra el golpe de Estado perpetrado en junio en Honduras, nuevo esfuerzo del imperio por retrotraer a la región a épocas que se creían superadas, cuando los dictadores 'gorilas' militares y gobernantes seudo democráticos pululaban en América Latina y el Caribe protegidos por el dueño del circo que desde Washington se jactaba de que el territorio comprendido entre el sur del Río Grande y la Patagonia era su 'patio trasero'.
Pero a pesar de lo ocurrido en Honduras y los intentos de EEUU de hacer que el golpe se traduzca en 'efecto dominó', cuyas piezas en su caída derriben una tras otra a las democracias latinoamericanas y caribeñas levantadas con el esfuerzo de sus líderes y sus pueblos que han construido auténticos baluartes de integración regional, como la Alternativa Bolivariana para los pueblos de nuestra América (Alba), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Petrocaribe, el Banco del Sur y otros avanzados mecanismos de integración; ello no podrá darse, ya que su unidad está consolidada.
Tampoco podrá impedirlo la instalación de las siete bases militares que el apátrida Álvaro Uribe Vélez entregó a EEUU junto con la soberanía de Colombia como parte del vergonzoso Plan Colombia, punta de lanza para la invasión de la Amazonía, porque si lo intentan, encontrarán la resistencia de unos pueblos y sus líderes 'dispuestos, como lo dice la letra del glorioso himno boliviano, a '!morir antes que esclavos vivir!'.
Y es que como esclavos vivieron durante cinco siglos los indígenas del país del altiplano, sometidos primero con la cruz y con la espada por el imperio español, uno de cuyos crímenes más horrendos fue el sacrificio de millones de sus hijos en El Potosí, y luego tocó el turno a sus herederos, los clanes de la oligarquía criolla que se adueñaron de la mejor tierra boliviana para convertirla en enorme feudo donde explotaron a hombres, mujeres y niños en el campo y las ciudades.
Pero llegó Evo y con él la libertad y soberanía de ese pueblo al que un Estado plurinacional y humanista hoy les ha devuelto el derecho que le fue arrebatado por esos predadores, como es el vivir otra vez en paz y armonía con la Pachamama que no es únicamente el suelo que se cultiva, sino la naturaleza en su conjunto con sus ríos, lagos, manantiales, una deidad a la que ellos adoran desde tiempos inmemoriales.
De allí la importancia de esta nueva victoria electoral de Evo Morales, la cual le permitirá ampliar el horizonte de conquistas económicas, políticas y sociales que adelanta su gobierno, gracias a ese triunfo arrollador que le ha permitido ganar espacios donde antes dominaban los explotadores del pueblo que ahora se han replegado a sus últimos bastiones de poder en peligro de extinción, como lo está también en Venezuela sus secuaces de la golpista oposición.
Lo confirman las palabras que este domingo pronunció Chávez al evocar su primera victoria electoral de hace 11 años.
En esta ocasión dijo que 'en esta luminosa y trascendente fecha la voluntad soberana de las mayorías liquidó definitivamente el modelo político puntofijista que desgobernó y saqueó a Venezuela durante 40 largos años, abriendo de par en par los grandes portones de un nuevo tiempo histórico: el tiempo de la revolución hecha gobierno'.
'Aquel memorable 6 de diciembre el pueblo tomó la decisión irrevocable de convertirse en protagonista de su propia historia y conductor de su propio destino. No se trataba de una jornada electoral más ni de cambiar a un presidente por otro. El pueblo quería ser y se hizo el alfarero de una nueva República, y el constructor de una Venezuela real y verdaderamente libre, real y verdaderamente soberana, real y verdaderamente independiente', expresó.
Y al referirse a las elecciones que en ese momento se celebraban en Bolivia, el Comandante manifestó que 'resuenan ya los cantos de victoria que bajan del Nevado Sajana, de las serenas aguas del Titicaca, del Altiplano, de las Salinas del Uyuní para luego agregar:Se preguntaba nuestro Libertador, '¿qué quiere decir Bolivia'' Y se respondía con absoluta convicción:'Un amor desenfrenado de libertad'. Un amor que volverá a imponerse en este día''.
Y así fue. Un triunfo que consolidó la libertad y soberanía del país de la mano de Evo Morales y del espíritu de Tupac Katari, quien poco antes de morir descuartizado a manos de sus verdugos prometió que volvería hecho millones, y lo hizo una vez más este domingo acompañando a los millones de bolivianos que le dieron la victoria a su hermano aymara, el humilde cocalero, quien por voluntad de su pueblo llegó a presidente de Bolivia, 'La hija predilecta de Bolívar'.
Y su victoria, aunada al triunfo del ex guerrillero tupamaro José 'Pepe' Mujica hace una semana en Uruguay, es señal inequívoca de que será imposible para el imperio desviar a nuestros pueblos y a sus líderes de la meta que se han trazado: integrar y convertir a América Latina y el Caribe en un polo de poder mundial, y por mucho que traten de impedirlo, junto con sus vasallos, los golpistas de las oligarquías criollas no podrán frenar su marcha arrolladora.
Tupac Katari, el legendario guerrero aymara, reeditó este domingo la promesa de 'volver hecho millones' al conducir con su ejemplo y memoria a los miles de bolivianos que votaron para darle otra vez la victoria a su hermano de raza, Evo Morales, quien triunfó por aplastante mayoría, a pesar de las maniobras y conjuras desatadas por el imperio y la oligarquía racista que durante siglos explotó y saqueó a su pueblo.
De todos los puntos de Bolivia, ciudades, pueblos, caseríos y aldeas ubicadas en llanos y valles, a orillas de ríos, lagos y riachuelos, millones de hombres y mujeres de todas las edades asistieron a los centros de votación distribuidos a lo largo y ancho del país para depositar su voto, mientras miles más lo hacían en el exterior, participando en una colorida fiesta democrática que daría el triunfo al indiscutible líder del pueblo boliviano.
Fue un acto histórico que consolida la victoria inicial conquistada hace cinco años por un hijo de ese pueblo originario que, después de cinco siglos de vivir esclavizado y explotado, víctima de sus opresores, imperios, transnacionales y la oligarquía criolla; logró, tras décadas de lucha, gracias a una indomable rebeldía que costó sudor, lágrimas y sangre derramada por sus héroes y mártires; alcanzar la verdadera independencia y libertad que le había sido negada.
Y la conquistó bajo el liderazgo de Evo Morales, el humilde campesino y dirigente cocalero, quien armado del espíritu indomable de sus antepasados, los aymaras, quechuas y guaraníes, se levantó contra la injusticia y explotación de la cual eran víctimas sus hermanos, y tras una lucha que le llevó varios años, durante los cuales sufrió exclusión, cárcel, ofensas y traiciones; alcanzó por primera vez en 2005 con apoyo del pueblo la Presidencia del país.
Este segundo triunfo, junto su victoria inicial y el referendo que lo ratificó como jefe del Estado boliviano, se inscribe en un contexto aún más amplio, cual es el proceso libertario que se viene dando en la región en los últimos 11 años, a raíz del triunfo de Hugo Chávez Frías en Venezuela y las victorias electorales de Lula en Brasil, los Kirchner en Argentina, Ortega en Nicaragua, Correa en Ecuador, Zelaya en Honduras, Colom en Guatemala, Funes en El Salvador, y Vásquez y José 'Pepe' Mujica en Uruguay.
Además, el hecho de que esta nueva victoria electoral de Evo haya tenido lugar un seis de diciembre le da un carácter especial, pues coincide con la que hace 11 años, un seis de diciembre, pero del año1998, conquistó el comandante Chávez, procesos revolucionarios que, a pesar de la brutal conspiración desatada por Washington y sus secuaces antes, durante y después de su aparición; han logrado sobrevivir, gracias a la habilidad política de ambos líderes y el apoyo de sus pueblos.
Y es que tanto Evo como Chávez han debido enfrentar, como sólo pudo hacerlo Fidel en Cuba, la más bestial ofensiva conspirativa desatada por el imperio y sus secuaces, que para destruirlos han utilizado las mas letales armas de sus laboratorios de guerra sucia, como son las campañas desinformativas de los medios lacayos, incursiones de mercenarios armados, golpes de Estado, conatos de asonadas, intentos de magnicidio y de separatismo, entre otras maniobras.
Porque ni Estados Unidos (EEUU) ni sus cómplices están dispuestos a perder ese botín del que se adueñaron después de que lo perdiera el imperio español, cuando la región conquistó su primera independencia en el primer cuarto del siglo XIX hasta que en Cuba, con Fidel al frente, se recuperó de nuevo la libertad, como lo haría Chávez 40 años más tarde, y luego otros gobernantes progresistas, entre ellos hace dos semanas Mujica en Uruguay y hace horas Evo en Bolivia, lo cual ha venido a consolidar ese proceso liberador.
Sin embargo, el peligro sigue latente, como lo demuestra el golpe de Estado perpetrado en junio en Honduras, nuevo esfuerzo del imperio por retrotraer a la región a épocas que se creían superadas, cuando los dictadores 'gorilas' militares y gobernantes seudo democráticos pululaban en América Latina y el Caribe protegidos por el dueño del circo que desde Washington se jactaba de que el territorio comprendido entre el sur del Río Grande y la Patagonia era su 'patio trasero'.
Pero a pesar de lo ocurrido en Honduras y los intentos de EEUU de hacer que el golpe se traduzca en 'efecto dominó', cuyas piezas en su caída derriben una tras otra a las democracias latinoamericanas y caribeñas levantadas con el esfuerzo de sus líderes y sus pueblos que han construido auténticos baluartes de integración regional, como la Alternativa Bolivariana para los pueblos de nuestra América (Alba), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Petrocaribe, el Banco del Sur y otros avanzados mecanismos de integración; ello no podrá darse, ya que su unidad está consolidada.
Tampoco podrá impedirlo la instalación de las siete bases militares que el apátrida Álvaro Uribe Vélez entregó a EEUU junto con la soberanía de Colombia como parte del vergonzoso Plan Colombia, punta de lanza para la invasión de la Amazonía, porque si lo intentan, encontrarán la resistencia de unos pueblos y sus líderes 'dispuestos, como lo dice la letra del glorioso himno boliviano, a '!morir antes que esclavos vivir!'.
Y es que como esclavos vivieron durante cinco siglos los indígenas del país del altiplano, sometidos primero con la cruz y con la espada por el imperio español, uno de cuyos crímenes más horrendos fue el sacrificio de millones de sus hijos en El Potosí, y luego tocó el turno a sus herederos, los clanes de la oligarquía criolla que se adueñaron de la mejor tierra boliviana para convertirla en enorme feudo donde explotaron a hombres, mujeres y niños en el campo y las ciudades.
Pero llegó Evo y con él la libertad y soberanía de ese pueblo al que un Estado plurinacional y humanista hoy les ha devuelto el derecho que le fue arrebatado por esos predadores, como es el vivir otra vez en paz y armonía con la Pachamama que no es únicamente el suelo que se cultiva, sino la naturaleza en su conjunto con sus ríos, lagos, manantiales, una deidad a la que ellos adoran desde tiempos inmemoriales.
De allí la importancia de esta nueva victoria electoral de Evo Morales, la cual le permitirá ampliar el horizonte de conquistas económicas, políticas y sociales que adelanta su gobierno, gracias a ese triunfo arrollador que le ha permitido ganar espacios donde antes dominaban los explotadores del pueblo que ahora se han replegado a sus últimos bastiones de poder en peligro de extinción, como lo está también en Venezuela sus secuaces de la golpista oposición.
Lo confirman las palabras que este domingo pronunció Chávez al evocar su primera victoria electoral de hace 11 años.
En esta ocasión dijo que 'en esta luminosa y trascendente fecha la voluntad soberana de las mayorías liquidó definitivamente el modelo político puntofijista que desgobernó y saqueó a Venezuela durante 40 largos años, abriendo de par en par los grandes portones de un nuevo tiempo histórico: el tiempo de la revolución hecha gobierno'.
'Aquel memorable 6 de diciembre el pueblo tomó la decisión irrevocable de convertirse en protagonista de su propia historia y conductor de su propio destino. No se trataba de una jornada electoral más ni de cambiar a un presidente por otro. El pueblo quería ser y se hizo el alfarero de una nueva República, y el constructor de una Venezuela real y verdaderamente libre, real y verdaderamente soberana, real y verdaderamente independiente', expresó.
Y al referirse a las elecciones que en ese momento se celebraban en Bolivia, el Comandante manifestó que 'resuenan ya los cantos de victoria que bajan del Nevado Sajana, de las serenas aguas del Titicaca, del Altiplano, de las Salinas del Uyuní para luego agregar:Se preguntaba nuestro Libertador, '¿qué quiere decir Bolivia'' Y se respondía con absoluta convicción:'Un amor desenfrenado de libertad'. Un amor que volverá a imponerse en este día''.
Y así fue. Un triunfo que consolidó la libertad y soberanía del país de la mano de Evo Morales y del espíritu de Tupac Katari, quien poco antes de morir descuartizado a manos de sus verdugos prometió que volvería hecho millones, y lo hizo una vez más este domingo acompañando a los millones de bolivianos que le dieron la victoria a su hermano aymara, el humilde cocalero, quien por voluntad de su pueblo llegó a presidente de Bolivia, 'La hija predilecta de Bolívar'.
Y su victoria, aunada al triunfo del ex guerrillero tupamaro José 'Pepe' Mujica hace una semana en Uruguay, es señal inequívoca de que será imposible para el imperio desviar a nuestros pueblos y a sus líderes de la meta que se han trazado: integrar y convertir a América Latina y el Caribe en un polo de poder mundial, y por mucho que traten de impedirlo, junto con sus vasallos, los golpistas de las oligarquías criollas no podrán frenar su marcha arrolladora.
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