miércoles, 30 de diciembre de 2009

México La TV reproduce y anima la violencia antifemenina.


Mariana Norandi

La programación de la televisión mexicana no sólo reproduce la violencia contra las mujeres, sino además la representa con la naturalidad de una conducta socialmente admitida, aseguró Aimée Vega Montiel, comunicóloga del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la Universidad Nacional Autónoma de México.



En su estudio denominado La influencia de los medios de comunicación en la representación social de la violencia contra las mujeres y las niñas, el cual será publicado como libro por el Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer (Unifem), la especialista analizó durante más de dos años el contenido de una muestra de programas televisivos emitidos en los canales de mayor cobertura y audiencia del país. En 544 horas de programación, transmitidas en diferentes formatos y horarios, registró 983 representaciones de violencia de género, de las cuales 377 se encontraron en la publicidad, 234 en las telenovelas, 139 en programas de revistas y concurso, 110 en noticiarios, 55 en películas, 43 en series, 12 en caricaturas, 12 en otros formatos y 10 en programas de debate.



En entrevista, Vega Montiel explicó que en la televisión mexicana se representan todas las formas de violencia contra la mujer: física, sexual, sicológica, emocional, económica, comunitaria y feminicida.



"La violencia más representada es la sexual, sobre todo en la publicidad, donde la mujer es representada como objeto sexual tanto para vender pañales, autos o ciertas fórmulas de estimulación sexual. Luego la sicológica, que va dirigida a afectar la salud mental de las mujeres mediante insultos, infidelidades o celos. Y por supuesto la física, donde hay golpes o jaloneos y esto se muestra con mucha naturalidad. Pero cada vez más, la mujer es representada en la publicidad como tonta y frívola, cuya mayor preocupación en la vida es ponerse bella y comprar."



Otro formato televisivo que en esta investigación se demuestra que contiene un alto nivel de escenas de violencia y discriminación contra las mujeres es la telenovela. En este género los estereotipos femeninos de la sociedad patriarcal se reproducen en dos tipos de mujeres: la figura femenina que representa la moral de la trama, buena y sumisa, la cual es objeto de constante discriminación y violencia por los demás personajes; y la mujer amenazante y competitiva con otras mujeres y con el protagonista masculino, para quien representa un obstáculo en las tareas de decisión que éste debe desempeñar en el ámbito público. La mujer de telenovela es objeto de agresiones, insultos, celos y amenazas por sus parejas como algo connatural al guión.

“La telenovela es uno de los géneros más consumidos por la audiencia mexicana; sin embargo, ese rating no es aprovechado para erradicar la reproducción del rol tradicional de la mujer ni para crear conciencia de que la violencia de género no es normal. ¿Cómo podemos, entonces, aspirar a una sociedad de igualdad si una de las instituciones claves, como los medios de comunicación, todavía tiene la batería cargada hacia la discriminación?”

Los programas de revista o concurso, según se desprende de esta investigación, continúan ridiculizando a las mujeres con chistes sexistas, insultos o agresiones sexuales contra las conductoras. Tampoco los noticiarios contribuyen a la erradicación de la violencia de género, no sólo por dedicar muy poco tiempo informativo a este tipo de sucesos, sino porque la información no es tratada con perspectiva de género.

"Supuestas mujeres violadas" en Atenco, estado de México

El estudio cita un servicio noticioso que –al mencionar el ataque sexual de policías a varias mujeres durante la represión en el municipio mexiquense de San Salvador Atenco en 2006– se refiere a esas víctimas como "supuestas mujeres violadas", poniendo en entredicho la veracidad de sus testimonios, pese a que habían sido corroborados por las autoridades.

"La finalidad de esta investigación es que los medios de comunicación comiencen a asumir su responsabilidad en la erradicación de la violencia de género e invitarlos a promover transformaciones en sus contenidos. Sin embargo, difícilmente vamos a llegar a esta transformación si las mujeres no accedemos a las industrias de la comunicación como propietarias y creadoras. No digo que con la llegada de una mujer se logre la equidad, pero es un paso fundamental."

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