martes, 8 de diciembre de 2009

Primero muerta que pueblo.


Carola Chávez

“Qué riñones tiene Chávez: decir que el dinero de los bancos no es de los banqueros sino que es del pueblo. Alguien debería explicarle a ese miserable que el dinero depositado en los bancos es de gente que trabaja, y no del pueblo amaestrado y pedigüeño que, sin mover un dedo, tiene asegurado su bozal de arepa”

Este fragmento de conversación que agarré al vuelo en el supermercado me hizo querer saber qué clase de aristócrata había descendido a tan ordinario lugar, justo al lado de los plátanos maduros, para darnos una lección del más rancio clasismo. Busqué entre ñames, papas y repollos, pero sólo encontré gente más o menos como yo, seguramente asalariados, unos más endeudados que otros, todos comprando ingredientes para las hallacas gracias al aguinaldo recibido. En fin, que si allí había una reina, era una de carnaval.

Carcomida por la intriga dejé que aquella voz me guiara hasta su dueña y allí estaba: una cuarentona teñida de rubio, vestida de marcas tan falsas como el color de su pelo, apoyada en un carrito a medio llenar con productos saborizados que iba escogiendo con sus manos sepultadas en bisutería, toda ella consagrada al más infructuoso de los esfuerzos por no parecerse tanto a lo que es: Pueblo.

Triste papel de ni chicha ni limonada que interpretan estas personas que aprendieron a no verse, a creer que el pueblo, tan ajeno a ellos, es una masa de maleantes, brutos, y de paso feos, que no trabajan, que no les duelen las mismas cosas, que no aspiran a lo mismo, que no sienten igual que la “gente decente” y que, por supuesto, no tienen cuentas bancarias. Lo que le quita la razón a Chávez y se la otorga a los banqueros. ¡Ja!

Prefieren la muerte antes que ser chicha, y se les va la vida en el imposible intento de ser limonada, preferiblemente frappé, sin sospechar que no hay nada que provoque más grima a las limonadas de alcurnia que la parejería de los guarapos de papelón a su servicio.

Despreciando lo que son sirven a quienes más los desprecian, y todavía tienen el tupé de decirse “la gente pensante de este país”.



carolachavez.blogspot.com


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