martes, 25 de agosto de 2009

Socialismo venezolano impulsó 22 trimestres de crecimiento económico.


Jesús Inojosa


La economía venezolana se caracterizó hasta 1999 por la contracción de su Producto Interno Bruto (PIB), y este comportamiento iba acompañado de altos niveles de inflación que definían al aparato productivo venezolanos como una economía en “estanflación”.

Durante este periodo los administraciones gubernamentales procedían con la aplicación de medidas económicas dictaminadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), lo cual le permitía obtener créditos para financiar las constantes caídas de la economía.

De la Venezuela saudí a las vacas flacas

Luego de una etapa de altos precios del petróleo, que caracterizó al gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979) y que permitió obtener un excedente de divisas en Venezuela, se produce una contracción de la economía impulsada por la caída de los precios de los hidrocarburos, la carencia de una política de ahorro, la fuga de capitales y, por último, una política de endeudamiento que caracterizó la administración de este mandatario.

“Recibo un país hipotecado”, fueron las palabras del socialcristiano Luis Herrera Campíns al ascender a la primera magistratura venezolana (1979-1983). Durante su gobierno la economía venezolana evidenció un comportamiento generalmente negativo, ya que sólo en dos años el Producto Interno Bruto (PIB) registró cifras azules, mientras que en 1980 (-2%); 1981 (-0,3%) y 1983 (-5,6%), los números no fueron esperanzadores.

Ya para el 18 de febrero de 1983 se produjo el llamado Viernes Negro, el cual llevó a una restricción en la salida de divisas y la devaluación de la moneda como medidas para confrontar la caída de los precios del petróleo, la insolvencia ante la banca internacional y la fuga de divisas que se produjo desde 1981.

El inicio de la crisis económica más larga y profunda en la historia venezolana es un punto resaltante de la gestión de Campíns, quien realizó ajustes salariales para responder a la elevada inflación y permitió que la deuda externa se duplicara en un quiquenio. Estas medidas se extendieron al primer año de gestión de Jaime Luisinchi (1983-1988), cuando se registró una caída de -1,4% del PIB.

Desde el inicio del mandato Lusinchi y su gabinete implementaron políticas de austeridad administrativa, control del gasto público y pago de la deuda externa. En los primeros años de gestión, el gobierno refinanció la deuda y se comprometió a pagar 26 mil millones de dólares a la banca acreedora, lo que resultó en que las cuotas fijadas fueran muy altas y disminuyeron las reservas internacionales del país.

FMI y la Agenda Venezuela

Cinco años más tarde, en 1989, cuando asume la presidencia Carlos Andrés Pérez, cuyo período estuvo caracterizado por desequilibrios macroeconómicos e insuficiencia de recursos para atender demandas sociales, debido a que el barril de crudo era expendido a precios pírricos, la economía registra una fuerte contracción (-8,6%).

Pérez apuesta por las recetas neoliberales y firma una carta de intención con el Fondo Monetario Internacional (FMI), a partir de lo cual prometió a la banca equilibrio fiscal, eliminación de barreras arancelarias al comercio y devaluación del bolívar, entre otras cosas, lo cual provocó que 25 días después de haber hecho este anuncio se generara una rebelión popular conocida como 'El Caracazo”.

Las medidas fueron “ablandadas” producto del estallido social del año 89 y surtieron efecto en los índices de la macroeconomía por tres años, producto de la política de privatizaciones que permitió el incremento de la inversión privada y la entrada de divisas que permitían mostrar un aumento de los niveles del PIB.

Cuando se inicia el segundo período de gobierno de Rafael Caldera (1994-1999), la caída del PIB es de -2,3% y se produce la crisis financiera venezolana y para 1996 se registra de -0,2%.

El Gobierno entrante del presidente Hugo Chávez, para ese primer año evidenció con una cifra de -6%, la crisis generada por la aplicación de políticas incorrectas enmarcadas en la Agenda Venezuela durante el Gobierno de Caldera.

Crecimiento torpedeado

El presidente Chávez redirecciona la política económica que habían mantenido su antecesores y apuesta por la recuperación de los precios del petróleo, la inversión por parte del Estado en las áreas productivas, así como la ruptura con las políticas económicas dictadas por el FMI.

Esto provocó que durante los años 2000 y 2001 se registran ascensos del PIB superiores al 3%, esfuerzo que fue estropeado por el golpe de Estado contra el mandatario nacional en abril de 2002 y el golpe petrolero de 2003 provocando que se registrara una caída del PIB de 8,9% y 7,7% respectivamente.

Posterior a estos hechos desestabilizadores, se reanuda la actividad petrolera y se retoman las políticas económicas que venía ejerciendo la administración del presidente Chávez, la economía venezolana registra un “rebote” de su PIB que se reflejó en 18,3%, lo cual ha sido la tasa más alta de crecimiento de la economía venezolana desde 1961.

Retoma del crecimiento socialista

Posterior a este periodo minado por las prácticas desestabilizadoras por parte de algunos partidarios de la oposición, Venezuela se adentra en una época de crecimiento que permitió mantener un incremento sostenido del PIB durante 22 trimestres producto de las políticas socialistas que implementó el Gobierno Bolivariano.

En 2008 estalla la crisis financiera mundial lo que provoca la caída de los precios del petróleo, la contracción de la economía mundial y la quiebra de grandes empresas empresas y bancos del mundo.

Este ambiente económico provoca que Estados Unidos en el cuarto trimestre de 2008 comenzó una etapa de caída de su PIB, lo cual se ha mantenido hasta este segundo trimestre de 2009, al igual que países de la región como México y Colombia, que desde el último trimestre del año pasado y el primero de este, han sufrido constracciones de PIB.

Recientemente las cifras del Banco Central de Venezuela, señalaron la contracción de la economía en -2,4% durante este segundo trimestre del año, quebrando la senda de crecimiento que se había mantenido pese a los embates de la crisis financiera mundial.

Los ministros del gabinete económico del Gobierno del presidente Hugo Chávez, han insistido que la caída del PIB en este trimestre obedece a una crisis coyuntural, por lo que aseguran que este índice negativo será superado con una serie de medidas dirigidas a estimular el aparato productivo.

Con esto se espera que Venezuela siga la senda del crecimiento sostenido y diversificación de su economía, que había logrado mantener la administración de un Gobierno socialista.

No hay comentarios: