domingo, 3 de agosto de 2008

La agresión a Gonzalo Gómez indigna pero no sorprende

Eduardo Cornejo Deacosta


El sábado 2 de agosto Gonzalo Gómez, co fundador de Aporrea, fue agredido en Catia por las huestes y turbas, estas si son turbas, de Leopoldo López. Más allá de la indignación que el hecho nos produce, uno debe preguntarse ¿debería extrañarnos? La respuesta desafortunadamente es no.
No porque en los últimos cinco años por lo menos, esa ha sido la actitud de López y sus secuaces en Chacao, básicamente, y otros recovecos de la derecha venezolana e internacional.
¿Acaso nos olvidamos de las guarimbas en el este caraqueño, en Chacao? ¿Acaso no hay fotografías del mismo Leopoldo López lanzando piedras y propagando fuego en el municipio que debería ordenar y limpiar? ¿Acaso no han sido sus huestes policiales quienes han agredido permanentemente ha militantes chavistas en la llamada Plaza del Indio de Chacao, incluyendo a damas de la tercera edad como la señora Marlene, cariñosamente llamada la Caperucita Roja?
¿Acaso no son numerosos los miembros de su cuerpo policial acusados por la violación de derechos humanos? ¿No es Chacao el municipio donde el 12 de abril se persiguió a numerosos militantes de los círculos bolivarianos para lincharlos? ¿No es el municipio en donde a la concejala bolivariana Mireya Bollet le impidieron ingresar al edificio donde vive para dejarla a merced de una turba opositora que ciega de odio y soberbia se despalazaba dando vivas por haber salido del "tirano"? ¿Acaso López no fue personalmente por Rodríguez Chacín hasta su domicilio para exponerlo al escarnio público?
¿Acaso no hay fotografías de López con miembros de su policía cerca de Puente Llaguno, aparentemente coordinando acciones represivas junto a mando de la PM contra los chavistas?
Entonces ¿de que nos asombramos? López y sus esbirros se emparentan con la derecha boliviana cuando esta apresó a un grupo de dirigentes y autoridades indígenas para, despojándolos de su ropa, arrodillarlos en una plaza pública y humillarlos, sólo por defender el proyecto político de Evo Morales y enfrentar el racismo de la derecha altiplánica.
López anda emparentado con la oligarquía colombiana, cuyo triste record la coloca como la más liquidadora de dirigentes sindicales en el mundo. Lo emparenta además con las élites de Uribe el desprecio por la disidencia, por todo lo que tenga aroma a popular, aunque ahora se ponga ropajes democráticos para su campaña política.
Seguramente habrá quien diga, "el no tuvo nada que ver con la agresión al cofundador de Aporrea". Nosotros decimos que si, porque quien contrata delincuentes para hacer propaganda política termina haciéndose responsable por sus actos. Además López parece sentirse cómodo rodeado por este tipo de gente, inclusive parece premiarlos. Por lo menos, de los policías denunciados por violar derechos humanos en Chacao, por participar en desalojos arbitrarios, pese a que no tienen competencia para ello, según han señalado dirgentes populares de ese municipio, ninguno ha sido debidamente sancionado.
Los militantes del chavismo deben tomar nota de la agresión contra Gómez, difundir el hecho y hacer ver que esa sería la Venezuela que vendría si en algún momento la derecha venezolana volviera a tomar el poder ejecutivo, o ganar más gobernaciones y alcaldías de las que ya tiene en este momento.
edu659@hotmail.com

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