domingo, 11 de noviembre de 2007

La odisea de una marcha sin retorno

Eileen Padrón

Ese adefesio que se llama “Comando Nacional de la Resistencia” (C.N.R.) cuyo nombre tiene más letras que personas adeptas, ya no tiene remedio. Es triste ver todavía a personas como acuden a una concentración convocada por estos ilusos rufianes, para escuchar una estupidez tras otra y sentirse realizados políticamente. El grupito de seres irracionales que vitoreaban cada palabra de Ledezma, Escarrá (el malo) y Cabeza de motor, daban la sensación, con todo respeto, de tener algunos vestigios de “burundanga”, ya que de otra forma no concibo que una sarta de pendejadas amenazantes, los hiciera gritar y aplaudir como si estuviesen viendo a “Shakira” moviendo las caderas. Hay que estar bien disociado para creer que el gordo Escarrá va a asistir a una “marcha sin retorno” ¿él?, quien en el caso de una revuelta, no podría correr porque su voluminoso cuerpo no respondería, además creo que sus amigotes no pensaron en él para estas aventuras propias de adolescentes. Primero, no es prudente que ese señor aguante sólo con los gatorade y chocolates que el insano de Cabeza de Motor dice que deben llevar en la “Mochila por el NO”, no tengo nada contra los gordos, pero se imaginan no más que le caigan mal los chocolates y ese pobre gordo carcomido ya por el odio, que afecta el sistema digestivo, no tenga donde hacer su necesidad, no está fácil la cosa. Suponiendo que coloquen unos baños portátiles, ese señor no entra por esa puertica, es muy estrecha, y si logra entrar porque Cabeza de Motor y Ledezma, corresponsales de este acto, lo empujan, se atascaría sin duda y ocurriría lo inimaginable, ¡se hizo! ¿Y después quién lo sacará? Piénselo doctor. Segundo. Si las personas deciden pernoctar en sus vehículos, no podrían dormir tranquilos, pensando que Cabeza de Motor anda merodeando el sitio y los “baje de la mula”, es una angustia y eso también afecta el sistema gastrointestinal, lo que ocasionaría una verdadera congestión en los bañitos. Tercero, las señoras encopetadas quienes ya han sido victimas de sendos palos de agua, que perdieron el “catiónico mas secado”, no estarían dispuestas a dormir a la intemperie y dejar que las “otras”, sus colegas de marchas, las vean roncando o babeándose, o peor aún, una flátula escapada, eso es muy común es esas acampadas. Me imagino que los caballeros después de una buena pea, porque no van a sacrificarse sin estar “aliñaos”, jugarán dominó y echarán una canita al aire, con alguna solterona que asiste a esas marchas a buscar su resuelve, o con la casada que quiere vivir una aventura y mas si comparte el mismo “ideal” ¡Qué éxito!. Los que decidan pasar la noche o las noches en vela, bien sea para vigilar a Cabeza de Motor o porque sufren de “insomnio político”, infofrenia, disociación psicótica, tendrían un dilema, si ven la programación de Globovisión y RCTV en sus televisores portátiles para mantenerse activo, o sea, la escualidolina alta o calarse a Antonio Ledezma dando sus clases magistrales de desobediencia civil, el 350, paros-sabotajes, guarimbas y golpes de estados frustrados. Sinceramente tienen un problema no saber que es peor. De pana piénsenlo antes de volver a creer en ellos. Si estos disociados deciden pararle bolas a los tres chiflados, me quito el sombrero ante tanta valentía, son dignos de reconocimiento público, no es tan fácil hacer el ridículo y fracasar tantas veces. En fin, tienen razón, las marchas sin retorno es para los muertos y ellos políticamente lo están. ¿A quién siguen? Nosotros SI y SI tenemos nuestro gallo pinto.
eileenpadron@gmail.com

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