viernes, 30 de noviembre de 2007

A Cabeza e’ Motor, la Nunciatura y el deprimente final de Hermann Escarrá

José Sant Roz

De muchachito Cabeza e’ Motor era muy rezandero y tan precoz en su amor a la religión católica, que hizo su Primera Comunión a los 27 años, con vestido de blanco, medallitas de oro, Cruz de oro, cadenita, pulseras esclavas y banquete a todo dar. El muy bellaco, apenas recibió la hostia la escupió en un monedero que le dio su madre. De la fiesta salió con su pandilla de arrebatadores a beber ron en una de las casas que Luis Alfaro Ucero tenía en Río Chico (cuando el caudillo tenía vara larga para dirigir las altas cuestiones de su partido AD y de la propia Venezuela). Eso sí, Cabeza e’ Motor siempre ha sido muy justo con sus compinches; él, en el producto de sus fechorías reparte y reparte y siempre se queda con la peor parte. Como suele darse en el mundo católico, después de la Primera Comunión, los invitados deben dedicarse a ver películas, y en lugar de disfrutar de “La Bella Durmiente” a los “101 Dálmatas”, Cabeza e’ Motor se metió un gran atragantón de cochinadas pornográficas como “Carne, Pasión y Fuego”, “Sansón, Dalila y Cabilla Negra”, “Sodoma y Camorra” y “Los Siete Pilares de la Orgía Sin Fin”. Pasaba Cabeza e’ Motor los tragos con pernil valenciano, chicharrón guanareño, chinchurria zuliana y mucha morcilla carupanera. Qué tiempos aquellos, cuando se iniciaba como cuidador de estuches, maletines y paraguas en la Alcaldía Libertador con Antonio Ledezma. Los tiempos en que Antonio Ledezma severamente prohibido (¿se acuerdan, coño?) todas las manifestaciones en Caracas.Por cierto, Toñito Ledezma le regaló en aquella oportunidad una Biblia y Cabeza e’ Motor, la utilizaba para sujetar una mesa quebrada que tenía en su cocina. ¡Ah, qué tiempos aquellos! Con razón, que de aquella vida tan recatada, tan dulce y beatífica él por fuerza tuviese que evolucionar hacia direcciones más supremas entre los santos luchadores de Iglesia de la Resistencia venezolana.Pese a esta vida tan recatada, o por ella misma, sin liviandades de ningún tipo, Cabeza e’ Motor pasó a misticismo de los niples con rabo de plomo; a las penetraciones de copones para consagrar con C-4; para esto hizo contactos, primero con el Padre Luis Ugalde y más tarde con la Conferencia Episcopal en pleno. Finalmente su encuentro más sagrado fue con Hermann Escarra quien lo introdujo en el OPUSDOI (es decir, la consigna del supremo amor cristiano: “haz que das para que luego recibas con creces de lo que no tienes”). Esta fue la época de mayor ilustración y recogimiento para Cabeza e’ Motor. Desde el momento en que Nixon se refugia en la Nunciatura, Cabeza e’ Motor sufre una conmoción espiritual y es por ello por lo que le visita tres veces cada semana, para rezar con su impar par. Allí juegan tresillo, truco, dominó, ajilei, doblefase, remate y matagallo. Hermann entró en la comandita, casi siempre presidida por Antonio Ledezma, hace más de tres meses. De vez en cuando, el Nuncio Apostólico, Monseñor Berlocco se unía a las partidas.Luego, Cabeza e’ Motor comenzó a visitar la residencia de Hermann en Valencia. Casi todos los fines de semana iba a rezar en familia con Escarrá, a echarse un piscinazo, además de planificar misas, procesiones y ensayos sobre resistencia física con alimentos energizantes. Allí se le ocurrió a Hermann lo de la Marcha Sin Contorno. La semana pasada Hermann encontró que le faltaban unos cubiertos de plata, dos ceniceros, una pluma papermate, un radio portátil, dos toallas con el sello del Vaticano, media caja de ron, dos botellas de cocuy, y algunas menudencias que adornaban su escritorio. Hay muchas otras cosillas desaparecidas y él todavía está evaluando el desastre. Lo peor fue, que cuando Hermann le exigió respuesta sobre estos objetos, Cabeza e’ Motor le contestó: “Mira, lo que tú debes hacer es comenzar a marchar desde ahora, y que Dios te ampare y de favorezca, rolo e’ gordo mentiroso y de lengua floja. ¿Ahora qué carajo le explico yo a mis curas, a mi gente? Yo tengo un historial de altísimo respeto por mi gente, bandido. Yo no sabía que eras tan pesado…”Ahora Hermann ha tenido que retirarse, con todo el dolor de su alma, del Comando de la Resistencia. Porque previamente, Cabeza e’ Motor le mandó con un emisario sólo tres mil quinientos veinte dólares de lo que la embajada norteamericana había decidido pagarles por la genial idea de la Marcha Sin Contorno; Hermann cuando vio aquel paquetico le soltó por teléfono: “-Nojoda, chico, ¿y el resto te lo cogiste para rezar con Cacho Quemao (así le dicen a Baltazar Porras)?” Fin de fines.

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