domingo, 11 de noviembre de 2007

Juzgar la verdad del pasado no tiene porqué ofender a los españoles


Santiago de Chile, 10 Nov. ABN.- “Con la verdad ni ofendo, ni temo” fue la corta respuesta del presidente Hugo Chávez Frías al mandatario español, José Luis Rodríguez Zapatero, para significar que su juicio a la verdad del pasado, representado por el expresidente derechista José María Aznar, no tiene porqué ofender a los españoles ni al gobierno español actual.

Las palabras de Chávez respondieron a Rodríguez Zapatero, quien sintió como una ofensa que le dijesen fascista a Aznar, y también al Rey Juan Carlos, quien profundamente irritado le espetó al presidente venezolano: "¿Por qué no te callas?".

Agregó Chávez a su primera frase: 'el Gobierno de Venezuela se reserva el derecho de responder a cualquier agresión en cualquier espacio y momento”.

La mención de Aznar por parte del presidente Chávez se dio durante su intervención de este sábado en la Sesión Plenaria de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebra en Chile este sábado, para responder a la exposición de Rodríguez Zapatero.

El español desestimó la importancia de los factores externos en la historia de la región, y en su explicación nunca tomó en cuenta siquiera la sangrienta conquista española en el siglo XV y que se extendió hasta principios del siglo XIX, además de la intervención norteamericana todavía presente.

En su exposición, Rodríguez Zapatero puso todo el reto del desarrollo como responsabilidad única de los gobiernos hispanoamericanos, dejando afuera la historia de la región y los factores externos a Latinoamerica.

“No puede minimizarse la influencia de los factores externos en la historia latinoamericana', como la protagonizada por Estados Unidos al impedir la evolución política democrática de la región, fue una de las puntualizaciones del presidente Chávez como respuesta al discurso de su par español.

Chávez recordó la intervención de Estados Unidos en Chile en los años 70 que llevó al derrocamiento del presidente Salvador Allende, y la instauración de una sangrienta dictadura.

Recordó además la participación de ese país en el golpe de Estado de 2002 en su contra. “No deberíamos caer en el error de ignorar estos factores”, indicó.

Chávez insistió: “Yo también he tenido fusiles en mi mano y he estado preso, pero ahora estoy envuelto en un huracán revolucionario que queremos Rodríguez Zapatero que sea pacífica. Pero no depende exactamente de nosotros que sea pacífica, por eso no podemos caer en el error de minimizar los factores externos”.

También recordó que durante la implantación del gobierno de facto de Pedro Carmona Estanga en abril de 2002, los únicos embajadores que estuvieron presentes durante la juramentación fueron el de Estados Unidos y el de España.

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