Las acciones del Presidente de los EEUU, Donald Trump, no pueden analizarse, sin esforzarnos por comprender la profundidad de las tensiones internas que lo explican y la propia dinámica que lo caracteriza. Si no se entiende que Trump es ajeno al «Estado Profundo», es decir al triángulo formado por los lobbys en el Congreso, las empresas asociadas a la industria militar y al aparato de seguridad interna de los EEUU, no podríamos comprender el afán de confrontación, tanto interno como externo, que observamos . Trump no viene de la estructura histórica del sistema bipartidista de EEUU (republicanos y demócratas). Es un outsiders que surge de las lógicas del capital, y por eso actúa amedrentando y amenazando a todos (jueces federales, gobernadores, representantes a lo interno y a lo externo, a países y presidentes ).
Se trata de crear su propio espacio y dinámica política, y por ello la agresividad. Es la lógica del amedrentamiento que utilizo (con éxito) en el mundo inmobiliario y de negocios. Es el traslado a la política de las lógicas -sin reglas- del capital. Las dificultades derivadas de esto, vienen tanto a lo interno como a lo externo. A lo interno, es enfrentarse con una estructura de poder que se ha mantenido intacta durante más de 200 años, y al hacerlo, recurre a herramientas provistas desde las lógicas del posfascismo; es decir, una violencia xenofóbica que adquiere más dinamismo y radicalismo, una acción enmarcada en la migrantofobia (miedo y culpabilidad de todo a los migrantes ) pero también, en el uso de una violencia institucional que no respeta las normas y leyes de protección contra el trato cruel y los derechos laborales de los migrantes. A lo externo, una guerra de aranceles que puede generar un quiebre de los ya frágiles lazos de EEUU con el G7. Adicionalmente, la confrontación con Canadá amenaza la dotación de energía para suplir las necesidades de la industria y los hogares norteamericanos.
En ese escenario, Trump coloca en el epicentro el tema Venezuela, por múltiples razones. Una, que nosotros hemos Sido una tarea pendiente en sus objetivos desde su 1er mandato y en ese sentido, que haya permanecido firme los venezolanos y el Presidente Nicolás Maduro, es casi que una afrenta. Finalmente, debe buscar controlar el tema del petróleo venezolano y con ello, debemos estar preparados para mayores agresiones a futuro.
Historiador/politólogo
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