Juan Martorano
Un buen amigo y lector de mis aportes, me envió a través del guasap, un artículo bien interesante realizado por Leopoldo Puchi, un hombre opositor, pero con criterios racionales con el que se puede debatir ideas. Puchi se refirió en el artículo que me hace llegar el amigo, referido a un libro que co- escribió Donald Trump en 1987.
El libro lo escribió Trump con Tony Schwartz, y se titula "The art of the deal" que traducido al castellano es: "El arte de la negociación". En el referido libro, los autores tratan de dar "técnicas" de negociación, para poder lograr sus objetivos, fundamentalmente en el mundo de los negocios.
Lo cierto del caso es que – y como lo indica Puchi- es muy difícil que el gobierno de Estados Unidos realice una intervención militar en Venezuela (por lo menos en un corto plazo, ante los golpes nobles propinados por la diplomacia de paz en foros como la OEA y el Consejo de Seguridad de la ONU), por lo que los anuncios de voceros de la administración Trump se corresponden simplemente con su forma de negociar descrito en el libro mencionado en el párrafo anterior. Evidentemente allí Trump describió la manera de cómo se hizo multimillonario, utilizando técnicas de negociación agresiva.
Ciertamente la estrategia fundamental de Trump con respecto a la actual coyuntura en el país está basada en una neurosis, a fin de buscar la rendición de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y que esta derroque a Maduro. De ahí los insistentes llamados de Guaidó al pueblo uniformado.
Como lo manifiesta y analiza Puchi, gestos como el del asesor de seguridad de Trump, John Bolton, al mostrar de manera visible en una libreta en la que estaba escrito que se enviaría un contingente de 5.000 soldados a Colombia correspondería a esas formas de negociación. En este caso, uno de los funcionarios de Trump habría hecho uso de dos de los puntos expuestos en su libro. Por una parte, la estrategia de intimidar a fondo, expresada en la siguiente forma: "Apunto muy alto y luego sigo presionando, presionando y presionando".
La otra táctica consistiría en recurrir a actos audaces y controversiales para atraer la atención de los medios, y minimizar al adversario: "Si usted es un poco escandaloso, los medios escribirán sobre usted". Y le agregaría, impone la agenda mediática, y hasta política.
Si tenemos en cuenta estos criterios, es por ello que varios analistas descartan la invasión militar tradicional sobre Venezuela, pues un baño de sangre causado por un armamento mil veces superior, sería fatal para la imagen de Trump, sobre todo de cara al año 2020, que es electoral y donde seguramente este aspirará a la prorroga de su mandato por cuatro años más. El propio senador Bob Menéndez, del partido demócrata, no cree que Trump llegué a los extremos de una invasión militar, sino que mantendrá la presión económica.
Coincido con esta apreciación de Puchi, puesto que todo lo que se ha intentado contra Venezuela para lograr la intervención ha fracasado. Pero, indudablemente, la tarea pendiente del gobierno de Nicolás Maduro, y donde evidentemente nos han golpeado mucho más fuerte a todos y a todas, es en el ámbito de la economía, y del acceso a alimentos, medicamentos, bienes y servicios para la satisfacción de nuestras necesidades.
Es por ello, que los razonamientos esbozados por Puchi en su artículo, explican con claridad el por qué se ha escogido la presión sobre la FANB como mecanismo para cambiar al gobierno venezolano, y que sea la FANB la que capitule ante un "ejército más fuerte" y proceda a deponer al actual Primer Mandatario Nacional y Comandante en Jefe.
En el libro antes descrito, Trump señala lo siguiente: "Una de las claves para pensar en grande es la concentración total. Casi como una neurosis controlada, que es una cualidad que he notado en muchos empresarios de gran éxito. Mientras algunas personas se paralizan con la neurosis, otras son impulsadas por ella".
De modo que las expectativas de los tanques de pensamiento estadounidenses, que son los que mueven los hilos de los líderes de los planes desestabilizadores e injerencistas en el país es la de que los oficiales venezolanos se "paralicen" con la neurosis. Las evaluaciones realizadas por centros de inteligencia en Estados Unidos, estiman que no existe entre los militares venezolanos la denominada "voluntad de combate", lo que facilitaría una "rendición por neurosis", aunque no haya enfrentamiento armado.
De ahí que está planteado un escenario de negociaciones y confrontación. Puchi plantea la interrogante que se presenta y es sobre el caso en que los cálculos sobre una segura rendición del ejército venezolano antes de combatir no se correspondan con la realidad y que si exista una efectiva disposición a hacer uso de sus capacidades defensivas.
Este libro del hoy mandatario estadounidense Donald Trump no es muy amplio en cuanto a las situaciones en las que no logra imponerse al competidor o contrincante comercial por medio de su estrategia. No obstante, señala la importancia de hacer concesiones durante las negociaciones. "Lo mejor es tener algo que el otro quiere o que para él es imprescindible. Hay que usar la imaginación para convencerlo que se tiene algo que el otro necesita". En el criterio de Trump, a veces hay que conformarse con menos de lo que se quiere. Al mismo tiempo, Trump piensa que en ocasiones la única opción es la confrontación.
Lo que no ha comprendido Trump es que los asuntos comerciales y financieros no funcionan con la misma racionalidad que la política, aunque puedan tener algunas semejanzas. De allí que es válido pensar que en un esquema de confrontación pueda estar planteada a través de la intervención militar, que pudiera ser directa o a través de un hostigamiento desde Colombia.
La historia muestra que a un país pequeño siempre le ha impuesto su voluntad un país más fuerte y poderoso. Sin embargo, esos países pequeños pueden disponer de un poder disuasivo que consistiría en hacer muy costoso el derramamiento de sangre que resulta en caso de una hipotética invasión. Experiencias como Vietnam, Cuba, Siria, Corea del Norte o nuestro país son ejemplo de ello.
Esa capacidad disuasiva dependerá no solo del equipamiento militar disponible, sino que debe tener su centro en la voluntad de combate que tienen sus fuerzas militares. Si no irradia su voluntad, o si es anulada por esta "neurosis" a la que pretenden sumirnos, perderíamos toda capacidad disuasiva. Y sin esta capacidad, tampoco habrá escenario de negociación creíble, pero sobre todo, posible.
Por ello, resultan muy interesantes y oportunas las reflexiones lanzadas por Leopoldo Puchi en su artículo. Sobre todo cuando entramos en el febrero rebelde, en la que hemos conmemorado los 202 años del natalicio del General del Pueblo Soberano: Ezequiel Zamora; los primeros 20 años de la llegada de la Revolución Bolivariana y del Pueblo al Palacio de Miraflores y al Gobierno de Venezuela; los 224 años del natalicio del Gran Mariscal de Ayacucho: Antonio José de Sucre, y mañana, los 27 años de la rebelión militar comandada por Hugo Chávez el 4 de febrero, y dentro de algunos días, la instalación del Congreso y el Discurso de Angostura, pronunciado por nuestro Libertador y Padre de la Patria Grande: Simón Bolívar.
¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
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