Luisa Estela Morales L.- Narra Winston Churchill sobre la segunda guerra mundial que el presidente Roosevelt, ya en medio de los hechos que desataron la confrontación, le interrogó sobre el nombre que debía colocarse a ese nuevo desastre para Europa…respondió “La guerra innecesaria”… Acertó porque el surgimiento de una guerra, el derramamiento de sangre con él solo fin de la ambición hegemónica, es una abominación no obstante más abominable aún son los Judas apátridas que se venden por un plato de lentejas. Los hechos que hoy ocurren podemos decir sin temor a equivocarnos que tienen por destinatario a Venezuela pero se desarrolla fuera de nuestras fronteras. Las tropas extranjeras pisan suelo colombiano brasileño o de las islas colonias de los Países Bajos. La decisión de invadir Venezuela ha sido promovida desde el extranjero y “convalidada“ por un ciudadano que sin ningún asidero legal mucho menos constitucional, fuera absolutamente de las normas democráticas, se auto proclama Presidente, en defensa de la democracia.
¡No pasarán! Afirma la nación venezolana. Esa injerencia abstracta comienza con el desconocimiento de nuestra Carta Magna, y por ende de nuestra soberanía, al obviar absolutamente nuestra jurisdicción, es decir nuestra soberanía.
Es sobre la negación de nuestra soberanía que se convocó a intervenir Venezuela por vías de hecho por los EEUU, asumiendo una vez más como acostumbra a hacer en cualquier país del mundo el papel de Big Brother.
Difícil describir con coherencia los acontecimientos por la prominente escasez de lógica y sindéresis, pero aún más difícil predecir las consecuencias a priori y después de ocurridos los hechos juzgar a posteriori. ¿Quién asume las consecuencias de tal irresponsabilidad? Luego de provocar una guerra en un país pacífico, democrático, soberano, con una gloriosa historia de libertad e independencia, responderán con la desfachatez que acostumbran. ¡Me equivoqué!
El cabecilla prófugo, luego de observar junto a su pandilla de cómplices su derrota en el intento, anunció que se reunirá de nuevo con sus jefes para recibir nuevas órdenes…..La historia juzgará esa demencial conducta. Escribirá nuestra Patria otra gloriosa página que consolidará nuestra independencia. De eso no tenemos duda; no obstante lo que se debate en nuestro suelo es un nuevo paradigma que establecerá el nuevo orden mundial.
Luisa Estela Morales L.
lemoralesl@gmail.com
Luisa Estela Morales L.- Narra Winston Churchill sobre la segunda guerra mundial que el presidente Roosevelt, ya en medio de los hechos que desataron la confrontación, le interrogó sobre el nombre que debía colocarse a ese nuevo desastre para Europa…respondió “La guerra innecesaria”… Acertó porque el surgimiento de una guerra, el derramamiento de sangre con él solo fin de la ambición hegemónica, es una abominación no obstante más abominable aún son los Judas apátridas que se venden por un plato de lentejas. Los hechos que hoy ocurren podemos decir sin temor a equivocarnos que tienen por destinatario a Venezuela pero se desarrolla fuera de nuestras fronteras. Las tropas extranjeras pisan suelo colombiano brasileño o de las islas colonias de los Países Bajos. La decisión de invadir Venezuela ha sido promovida desde el extranjero y “convalidada“ por un ciudadano que sin ningún asidero legal mucho menos constitucional, fuera absolutamente de las normas democráticas, se auto proclama Presidente, en defensa de la democracia.
¡No pasarán! Afirma la nación venezolana. Esa injerencia abstracta comienza con el desconocimiento de nuestra Carta Magna, y por ende de nuestra soberanía, al obviar absolutamente nuestra jurisdicción, es decir nuestra soberanía.
Es sobre la negación de nuestra soberanía que se convocó a intervenir Venezuela por vías de hecho por los EEUU, asumiendo una vez más como acostumbra a hacer en cualquier país del mundo el papel de Big Brother.
Difícil describir con coherencia los acontecimientos por la prominente escasez de lógica y sindéresis, pero aún más difícil predecir las consecuencias a priori y después de ocurridos los hechos juzgar a posteriori. ¿Quién asume las consecuencias de tal irresponsabilidad? Luego de provocar una guerra en un país pacífico, democrático, soberano, con una gloriosa historia de libertad e independencia, responderán con la desfachatez que acostumbran. ¡Me equivoqué!
El cabecilla prófugo, luego de observar junto a su pandilla de cómplices su derrota en el intento, anunció que se reunirá de nuevo con sus jefes para recibir nuevas órdenes…..La historia juzgará esa demencial conducta. Escribirá nuestra Patria otra gloriosa página que consolidará nuestra independencia. De eso no tenemos duda; no obstante lo que se debate en nuestro suelo es un nuevo paradigma que establecerá el nuevo orden mundial.
Luisa Estela Morales L.
lemoralesl@gmail.com
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