Judith Hernández B.
El próximo 27 de febrero, día que recordamos los luchadores sociales de esta Patria, por el dolor inmenso que aún nos producen los sucesos terribles de aquella gesta del año 1989 por un pueblo pobre, cansado en su propia desesperanza y que fuera el campanazo que retumbó en todo el ser de Hugo Chávez para luego insurgir tres años más tarde, según su propia narrativa; también nos lleva ahora a recordar con un profundo dolor, que desgarra lo más esencial del ser humano, un episodio nefasto que nunca ha debido ocurrir, que además de la incertidumbre que produce desconocer el paradero de una persona, darla por desaparecido, genera ese sentimiento de inmensa rabia al tener que reconocer que en estos tiempos, tiempos de solidaridad, tiempos de justicia social, de la esperanza, del renacer de la Patria bonita como decía el poeta Alí Primera, tiempo de los sueños, pero también de la utopía, la creencia en esas ideas libertarias y de construir una sociedad de iguales, todo lo cual estamos empeñados en hacer realidad, siguen ocurriendo hechos que empañan y producen en nosotros reacciones de profundo rechazo ante conductas que siempre hemos combatido, que hemos condenado con toda la fuerza que nos da la moral revolucionaria, la ética como línea de conducta que siempre nos hemos obstinado en seguir como faro luminoso de las ideas que profesamos, Un 27 de febrero de 2015, Alcedo Mora Márquez, luchador social de Mérida y trabajador de la Gobernación del estado “desapareció”, algunos días después, “desaparecen” los hermanos Vergel Prado, Eliecer y Jesús, de nacionalidad colombiana, amigos de Mora Márquez, quienes le acompañaban en unas investigaciones y denuncia que hacía Alcedo Mora con relación al contrabando de gasolina desde la planta de llenado de PDVSA El Vigía (Estado Mérida) hacia Colombia. Esto a manera de resumen de los hechos que presuntamente dan origen a la desaparición de los compañeros ya mencionados. Mi sentir, que me recuerda lo dicho por el Cantor Alí, ENTRE LA RABIA Y LA TERNURA, es que estamos intentando colocar los cimientos para la construcción de esa sociedad que todos anhelamos pero…y es terrible reconocerlo, aún persisten las prácticas perversas de la cuarta república, no es posible que aún hoy, a cuatro años de estas desapariciones, no se tenga una respuesta a sus familiares, trágica situación de la que no podemos menos que sentirnos atribulados aquellos que creemos y defendemos los DERECHOS HUMANOS. NO nos queda otra que exigir a nuestro gobierno bolivariano que profundice las investigaciones en este caso, que se revisen las declaraciones de familiares y amigos, que el Fiscal general ponga empeño en esta investigación, porque es triste para nosotros, con un gobierno chavista y revolucionario tener ese estigma que ensombrece todo lo bueno que se hace por nuestro pueblo. Siempre hemos combatido la corrupción, siempre hemos defendido los Derechos Humanos, siempre hemos sido libertarios, hagamos honor a nuestra estirpe, en momentos en que está en peligro la soberanía del suelo patrio, hagamos honor a la familia de estos ciudadanos, porque nos negamos a reconocer que hayan sido desaparecidos por los órganos de seguridad del estado a causa de sus denuncias, y si así fuere, entonces que se aplique todo el peso de la justicia, porque los revolucionarios, los que militamos en las ideas, jamás aceptaremos esas conductas reñidas con nuestros pensamientos de izquierda. Seguimos preguntando: ¿Dónde está Alcedo Mora y los hermanos Vergel? .
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