José Sant Roz
- Vi en la marcha tipos sin camisa y en shores, balanceando burdamente el trasero, con sus libérrimas felicidades incongruentes al aire, y a unas chicas ensimismadas con sus quijadas caídas marcando el paso al compás de una estridente música gringa. La más ruidosa era una comparsa de seminaristas cantando un tedeum de victorias, disfrazados de CAPITÁN AMÉRICA y que gritaban golpeando tambores: "¡Guerra!, "¡Guerra!", "¡Queremos GUERRA!"… detrás seguíanles monjas, curas, obispos y un cardenal en rezos lúdicos: "Dios te salve María, llena eres de gracia…"
- Vi nenas ancianas con protérvicos lentes oscuros como cucarachas, y gorras tricolores alzando y bajando los brazos y torciendo los tobillos con movimientos estrábicos. En verdad, habían gafas de todos tipos y colores, zapatillas de plataforma, botas extravagantes, pechos apolillados y flotantes, barrigas descuajadas y basculantes; rabos unos perfectos y otros imperfectos y boyantes, sinfonía de tatuajes en cuellos, piernas, pechos y brazos…
- Guaidó emocionó a su fanaticada cuando colocó en un twitter la imagen de un muñeco que representa a la estatua de la libertad gringa, y luego estampó un texto en el que le pide a la virgen María por Venezuela. Pero todo alrededor de las jaranas opositoras, el sábado 2 de febrero, respiraba el más abominable sifrinismo jamás visto, como si en efecto se hubiese trasplantado a ellas toda la parafernalia de Disneyworld o Hollywood a Altamira. Un joven gritaba histérica y grotescamente: "¡Queremos ser como Puerto Rico!", "¡Cómo te amo Trump!"…
- Así ocurrió en el muchos lugares de Venezuela este 2 de febrero, digo: una pavorosa carnavalada de disfraces de Capitán America, Robocops, Superman, Mickey Mouses, Hombres Arañas, Batmans y Bati Chicas, Mujeres Maravillas, Llaneros Solitarios con El Zorro y La Zorra…, muñecos siderales, mariners, misiles, piratas del Caribe, banderas estadounidenses y sionistas… Por ningún lado usted veía una imagen de Bolívar, Sucre o Urdaneta, de Reverón o ni siquiera de Andrés Eloy Blanco… ¿para qué?
- En la mañana, yo escuché el escándalo en el vecindario, porque le gritaban a un pobre anciano: "-Viejo del carajo vete a la mierda!, vamos sal de la casa, no te queremos a ti ni a los que son como tú, que a todos los deseamos muertos, desearles la muerte!". Es una familia de siete hermanos y además está la señora, y el pobre viejo, que tiene 75, y que años es chavista…
- Qué importa si se perdió la condición humana, si ya se carece del valor de la dignidad o de la vergüenza; qué importa el valor del conocimiento, de la tierra que pisamos y de su historia; ¿acaso podrá tener sentido alguno la lealtad, la amistad, el espíritu, la noción de respeto y gratitud de cuanto nos ha sido legado por nuestros mayores creadores (próceres, poetas, pintores, músicos,…) en este país llamado Venezuela?
- Hay quienes llevan 20 años en recia oposición: en cerrada, furibunda y obtusa guerra contra el chavismo. Nada los cambia, creen en brujos y adivinos, en necios y en bestiales agoreros, están perturbados de bola, enceguecidos, dislocados, balbuceando sandeces como perros de Pavlov y ahogados en sus propias reverdecidas bilis. Decía el poeta Schiller: "-A un imbécil no lo cambia nadie". Decía el sabio Ramón J. Sender: "- A un canalla… ni modificándole el sistema cerebro-espinal se salva…".
- Un tipo que llevaba un megáfono, repetía sin cesar este estribillo: "El coño tunante/ brilla en el palo/ el que coja garrote/ álcelo y lo mátelo". Otro tartajeaba: "Le quito el fusil/ me monto en el lomo/ coge tu mono/ pa’lante paladín…". Yo veía a miles de jóvenes y viejos de laboratorio, alzando y bajando los brazos, como maniquíes…; que los habían macerados con ácidos amalgámicos de cera, gasolina o coca cola. Un Olimpo de astronautas en caída libre hacia el paraíso perdido de las especies trastocadas en alaridos pidiendo salvación, manías y fiebres de bandullo.
- "¡Que Dios nos mande bomba en lugar de bendiciones!", rogaba en mil rezos el cura de los Capitanes America. Motines, balas, fuego, crujir de carnes quemadas. Benditos Torquemadas, por eso te amamos Trump, hijo tierno del Ku Klux Klan, vértigos de anatemas, …
- Y al cerrar la marcha una diosa de los mares sulfurosos exclamó: "Viene, viene el cigarrón/ viene, viene sin control/ … échenle fuego…". …Colorín colorado qué cuento más largo…
Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.
jsantroz@gmail.com @jsantroz
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