*JUAN MARTORANO.
Se inicia el mes de febrero, el mes de la rebelión victoriosa, de la
rebelión del pueblo, e inicia con el bicentenario del General del pueblo
soberano, el de las tierras y hombres libres, el del horror de la
oligarquía: Ezequiel Zamora Correa.
Nació un 1 de febrero de 1817, en Cúa, lo que es hoy el estado Miranda.
Sus padres fueron Alejandro Zamora y Paula Correa, modestos
propietarios pertenecientes al estrato de los "blancos de orilla".
Durante los primeros años de su niñez recibe la rudimentaria instrucción
que podía brindarle una zona rural todavía convulsionada
por las luchas independentistas. Posteriormente, se traslada a Caracas
donde prosigue estudios primarios en la escuela lancasteriana, siendo la
única educación formal que conoce. Sin embargo, gracias a la influencia
de su cuñado Juan Caspers, adquiere información
sobre la situación política y los movimientos revolucionarios de
Europa, los cuales llaman poderosamente su atención. En este tiempo,
completa su formación gracias a la relación de amistad que establece con
el abogado José Manuel García, quien le explica Filosofía
Moderna y fundamentos de Derecho Romano, hablándole también de los
"principios de la igualdad" y de la necesidad de su implementación en
Venezuela.
Como lo señala Oscar Jiménez en su artículo de ayer 31 de enero de 2017 publicado en aporrea.org al referirse a Ezequiel Zamora: “
nació el 1 de Febrero de 1817 en Cua, antigua provincia de Caracas
(hoy Estado Miranda) en los tiempos en que nacía la Tercera República,
se ejecutaba a Piar por traición, en Guayana y el ejercito patriota
dominaba el vasto territorio venezolano, a excepción
de las provincias de Coro y Maracaibo (actualmente Falcón y Zulia) que
no se sumaron al grito de liberación del 19 de Abril de 1810 y aun eran
zonas españolas.
Sólo 13
años tendría Ezequiel Zamora cuando muere Simón Bolívar, en
circunstancias que aun no se han aclarado, pero sin duda producto de una
traición donde José Antonio Páez tendría un papel
determinante, así como Francisco de Paula Santander.
Le
toca, pues, a Ezequiel Zamora ver morir a la Tercera y nacer la Cuarta
República; le toca crecer en el convulsionado momento de las luchas
internas en las que los "héroes" de la independencia,
se peleaban a mordiscos y colmillos por los pedazos de la patria que
empezaban a engullir con la convicción de tener derecho al festín por
"los sacrificios" que habían hecho para arrebatarles el botín a los
españoles.”
Ezequiel Zamora, su pensamiento y acción, constituye una de las Tres
Raíces fundamentales de la Filosofía Bolivariana, Socialista, Chavista y
Antiimperialista, que hoy son referencia viva en los nuevos combates
que nos planta el imperialismo y ante los complejos
retos que entraña la construcción de una nueva sociedad.
Si en el Libertador Simón Bolívar reconocemos el liderazgo supremo de
nuestro proceso revolucionario con su visión de estadista, guerrero y
fundador de la Patria Nuestramericana y en Simón Rodríguez advertimos la
imperativa necesidad de construir modelos de
sociedad conforme a nuestra idiosincrasia, plenos de creatividad; en el
General del Pueblo Soberano apreciamos un compromiso tenaz con el
pueblo campesino y trabajador, sus luchas y aspiraciones.
Fue Zamora el continuador del legado del Libertador. Treinta años
después de alcanzada la independencia, nuestra Patria se encontraba
sumida en un sistema poco menos que feudal. Así, legiones de esclavos
liberados, campesinos y pequeños artesanos vivían en
penosas condiciones de opresión económica, política y social.
Zamora, portador de una vinculación espiritual y concreta con su pueblo,
comenzó a organizar un ejército de descamisados y oprimidos, donde
hombres y mujeres se alzaron en armas y libraron la sorprendente y
victoriosa Batalla de Santa Inés, el 10 de diciembre
de 1859. En los anales históricos de la estrategia militar mundial, la
Batalla de Santa Inés ocupa un lugar destacado por su brillante diseño y
ejecución.
El legado y los postulados de Zamora aún esta vigente, y aún muchos le temen. El himno federal cuando expresa, en su cuarta estrofa señala: “Las tropas de Zamora al toque del clarín, derrota las brigadas del godo malandrín” esta mas vigente que nunca.
El legado y los postulados de Zamora aún esta vigente, y aún muchos le temen. El himno federal cuando expresa, en su cuarta estrofa señala: “Las tropas de Zamora al toque del clarín, derrota las brigadas del godo malandrín” esta mas vigente que nunca.
Esto es así, por las infelices, desacertadas, torpes, ofensivas
declaraciones dadas por el diputado Henry Ramos Allup sobre la
declaración de héroe del General del Pueblo Soberano: “Ezequiel Zamora
era un desflorador de niñas de 12 años. Chávez fue un tipo
que se ocupo de convertir en sucesos la parte más asquerosa de la
historia de Venezuela”
“Ezequiel Zamora fue un vagabundo, negrero, esclavista, delincuente,
atracador, y asaltante de camino que le quitaba la casa a cuanta mujer
había en la villa. Ponerlo como héroe nacional es una cosa pavorosa”.
Ramos Allup expresa el sentimiento de la oligarquía. El miedo y la
culicardía que le profesan esta muy presente en sus declaraciones.
La peor condena que puede recibir este mal nacido diputado, es el odio y el desprecio de nuestro pueblo.
Hoy más que ayer, debemos hacer realidad más que nunca, los postulados
de este patriota, que lucho en favor de los descamisados, de los
eternamente excluidos.
Y sobre todo, que el ave de la traición que rodea como un aura su
muerte, no vuelva a repetirse en esta Patria de Bolívar, Chávez,
Robinson, Miranda, Sucre y Zamora.
¡Tierras y Hombres Libres!
¡Elección Popular!
¡Horror a la Oligarquía!
¡Bolívar, Zamora y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
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