*JUAN
MARTORANO.
Confieso que para el momento en que escribo estas líneas, se
conmemoran 198 años del Congreso de Angostura. Hay muchas cosas que
referirse sobre ese preclaro discurso dado por nuestro Libertador y
Padre de la Patria en esa fecha, pero de 1819, sobre todo en lo
concerniente a la Revolución Moral, pero de ello podemos referirnos
en próximos artículos.
Y tan inspirado es el tema de la Revolución Moral y de la
Conciencia, que me lo ha inspirado el más reciente libro que estoy
leyendo, el del General en Jefe Jacinto Pérez Arcay, Jefe del Estado
Mayor de la Comandancia en Jefe, titulado: “Hugo Chávez, Alma de
la Revolución Bolivariana en Cristo y Bolívar”. Realmente,
recomiendo la lectura de ese extraordinario libro.
Pero, volviendo al tema que hoy nos ocupa, hemos podido observar, a
pesar de nuestro alejamiento un tanto de las teclas, contrastar y
observar un intento desesperado del fascismo criollo por reavivar en
algunos casos, y escalar en otros, en los conflictos, y para muestra
un botón: Las acusaciones de narcotráfico en contra del
Vicepresidente Ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela,
Tareck El Aissami así lo demuestran.
Pero no solo ello, sino que llama poderosamente la atención que en
los últimos doce (12) días, se han registrado varios ataques a
nuestro Sistema Eléctrico Nacional (SEN), cuyo saldo ha sido el de
diez (10) personas fallecidas, ante estos evidentes intentos y actos
de sabotaje.
Asimismo, se han registrado ataques a personal e instalaciones de la
Gran Misión Vivienda Venezuela, de acuerdo a las mismas
informaciones suministradas por el Ministro del Poder Popular para
Vivienda y Hábitat, General Manuel Quevedo.
Pero de esos temas nos referiremos en próximos artículos.
Hoy queremos referirnos a un tema referido a servicios públicos,
como lo es el transporte, y en específico, del transporte aéreo.
Me sumo a lo expresado por el compatriota Simón Andrés Zuñiga, en
artículo escrito y publicado en aporrea el 24 de octubre de 2013.
refiriéndose sobre el bloqueo aéreo en Venezuela, referido,
fundamentalmente, a como aerolíneas extranjeras vinieron recortando
sus frecuencias de vuelos al país, además de vender los referidos
boletos con sobreprecios.
Recordaba Zuñiga allí, al bloqueo que potencias imperialistas como
Alemania, Inglaterra e Italia realizaron en el año 1902 para exigir
sus “acreencias” en contra de nuestro país.
Las
aseveraciones de Zuñiga referidas a que lo que vienen haciendo las
aerolíneas debe motivar una profunda investigación por parte de
nuestro Estado, y de todos aquellos que les duela la soberanía de
nuestro país, es decir, a nuestro pueblo. ¿Qué están
haciendo las compañías aéreas? ¿Cuál es el modus operandi de
estos corsarios?¿Qué autoridad nacional le dio la patente de
corso?
Pero,
días antes, el 10 de octubre de 2013, el entonces presidente del
Indepabis, Eduardo Samán, explicó y advirtió de un incremento de
200% los precios de los boletos aéreos , en ese entonces de
Venezuela hacia el exterior.
El
25 de enero de 2014, el portal Maduradas.com, se expresó de la
“crisis aérea que perjudica la entrada y salida de venezolanos y
venezolanas del país”. Todo esto, producto de las presiones de las
aerolíneas internacionales en contra de las autoridades, al
suspender temporalmente la venta de boletos en el país, y que se
suman a esto, las agencias de viajes.
Igualmente,
y como fue señalado en el portal laiguana.tv, vértigo es lo que
estamos sintiendo las venezolanas y venezolanos que planeamos y
debemos viajar en avión; pero este vértigo no es ocasionado
precisamente por las alturas, sino que en el lapso de los últimos
seis (6) meses, los precios de los boletos aéreos han subido en más
de un 820%.
La
galopante inflación que aqueja al país hace de las suyas en todos
los sectores, y las aerolíneas y los costos de los pasajes no se
salvan. Para la temporada vacacional escolar 2016 (agosto-septiembre)
un tique para viajar, por ejemplo, entre Maracaibo-Caracas tenía un
costo de 7.838,33 bolívares. En la actualidad, el pasaje para ese
mismo destino está en Bs. 45.878,36.
Lo
más cumbre es que a dos semanas de la llegada del asueto de Carnaval
se observa que aerolíneas —como Conviasa— ya muestran en su
página un aumento progresivo y sostenido en los próximos días de
febrero.
Por
ejemplo, un boleto entre Maracaibo-Caracas muestra un precio de
45.878,36 para el 11 de febrero. Si el viaje es el día 12 indica que
la cantidad a cancelar es Bs. 61.382,52, dos días después (14) se
cotiza en Bs. 62.090,52; mientras que al 15 de febrero está a Bs.
72.300,55.
Estos
comentarios y estas informaciones las colocó, para ponernos en
contexto de lo que a continuación quiero expresar, tal y como lo
hice en artículo escrito el 3 de febrero de 2014, en ese entonces
referido al boicot aéreo de las aerolíneas internacionales.
Por
circunstancias, viajó con regularidad a mi querida Ciudad Guayana,
fundamentalmente por motivos familiares. Durante mucho tiempo use el
transporte terrestre, léase el empleo de Rodovías y otras líneas
para dicho traslado, pero por el tema concerniente a seguridad, y
fundamentalmente que la odisea que representa adquirir este tipo de
pasajes, empecé a viajar en avión.
Sin
duda, trasladarse vía aérea por la República Bolivariana de
Venezuela es menos desgastante y mucho más cómodo. Nadie puede
negarlo. Y hasta el mismo Ché Guevara ha señalado que la Revolución
no puede estar reñida de la calidad ni de la eficiencia.
El
socialismo, no solo tiene que ver con la socialización de los medios
de producción y de la transformación del ser humano, sea hombre o
mujer, también el socialismo se traduce en la mejora de las
condiciones materiales y la satisfacción de las necesidades humanas:
“De cada quien según su capacidad, de cada cual según su
necesidad” de acuerdo a lo expresado por Karl Marx.
Pues
bien, esta última semana, ha llamado poderosamente la atención no
solo el incremento de las tarifas de los boletos aéreos de las
prestadoras de este servicio a nivel nacional como fue denunciado en
el portal de la iguana.tv, sino que desde sus páginas webs y
oficinas comerciales, no consigues boletos, sino para fechas muy
posteriores a cuando realmente se necesita viajar.
Por
ejemplo, para una persona que necesita viajar de Caracas a Puerto
Ordaz, que antes podía, de acuerdo a la oferta de las aerolíneas
nacionales, públicas y privadas, desde las 6:00 am hasta las 8:00
pm, de un tiempo para acá, han venido reduciendo sus frecuencias a
ciertos y determinados destinos nacionales. Ahora, y prácticamente a
juro, sino viajas a las 6:00 am, ni modo, debes viajar en la noche.
¿Y el tiempo y las horas/hombre de los usuarios y usuarias de este
servicio no cuentan?
Pero
además de ello, si necesitas viajar el viernes 10 de febrero, y
retornar el lunes 13 de febrero, ahora no puedes, porque
sencillamente “no hay boletos” para esas fechas y en los horarios
que más convengan a los usuarios y usuarias de este servicio (no es
una caridad ni un favor, por si los prestadores de este servicio así
lo creen). Las plataformas en internet no muestran las opciones, y en
las oficinas comerciales se agotan rápidamente.
Pero,
peor aún, ahí es cuando aparecen algunos “gestores y gestoras”
de aerolíneas nacionales (y lamentablemente, ni Conviasa se salva),
donde por una “mordida”, léase soborno, “engrase”, “ayuda”,
te consiguen el pasaje al destino nacional que tu quieras y al
destino que tu quieras. ¿Y entonces?
Hace
algunas horas, pudimos constatar por ejemplo en el Aeropuerto
Internacional Manuel Carlos Piar de Ciudad Guayana, como varios
pasajeros y pasajeras quedaron varados y varadas, y peregrinando en
cada una de las aerolíneas que hacen vida allí, las cuales han
venido reduciendo sus frecuencias de vuelos hacia esa zona, para
poder obtener un boleto aéreo, y poder trasladarse a sus destinos,
bien por asuntos laborales o de otra índole.
¿Será
que las líneas aéreas nacionales, tanto públicas como privadas,
están bloqueando ex profeso los cupos de sus pasajes, y los están
vendiendo a conveniencia? ¿A que obedece esto? ¿Por que no se
informa la situación real? ¿Casualidad o acto evidente de sabotaje?
No
solo este tema debe ser investigado por el Ministro del Poder Popular
para el Transporte, Ricardo Molina, por las autoridades del Instituto
de Aeronaútica Civil (INAC), por la Superintendencia de los Derechos
Económicos (SUNDEE), sino por los órganos de seguridad e
inteligencia, porque me podrán llamar paranoico, pero no me parece
que este hecho sea casual ni fortuito.
No
me abrogo la representación de nadie en particular, pero creo que,
al referirnos a este tema, estamos oyendo el clamor de miles y miles
de usuarios del transporte aéreo en nuestro país, que merecen
respeto y solución a este tipo de problemáticas.
Este
tipo de situación, a mi parecer, constituye una violación del
artículo 50 de nuestra Constitución, que nos permitiremos
transcribir textualmente:
Artículo 50: “Toda persona puede transitar libremente y
por cualquier medio por el territorio nacional, cambiar de domicilio
y residencia, ausentarse de la República y volver, trasladar sus
bienes y pertenencias en el país, traer sus bienes al país o
sacarlos, sin más limitaciones que las establecidas por la ley. En
caso de concesión de vías, la ley establecerá los supuestos en los
que debe garantizarse el uso de una vía alterna. Los venezolanos y
venezolanas pueden ingresar al país sin necesidad de autorización
alguna.
Ningún acto del Poder Público podrá establecer la pena de
extrañamiento del territorio nacional contra venezolanos o
venezolanas.” (Resaltado y
subrayado del articulista).
¡Bolívar y Chávez
viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria
Siempre!
¡Independencia y
Patria Socialista!
¡Viviremos y
Venceremos!
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