lunes, 20 de febrero de 2017

Conspiran y nos atracan

La burguesía conspira no tanto porque la “chusma” está empeñada en avanzar hacia el socialismo del siglo XXI, sino porque ya aprobó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) y exige que la respeten.
¿Por qué? Porque la CRBV va en contra de los intereses de una majunche clase dominante/dominada que se creyó dueña de la tierra y la riqueza petrolera-minera de nuestro país hasta que el Comandante Hugo Chávez “mando a parar” y en 1999 el pueblo de Venezuela aprobó la nueva Constitución.
¿Qué les molesta? Que en la CRBV se prioriza la satisfacción de las necesidades humanas, por encima de lo meramente económico y se obliga al Estado a garantizar “conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos”, incluyendo el derecho a un “salario suficiente que le permita vivir con dignidad…”.
¿Qué implica eso? Destinar una importante proporción de los ingresos del Estado a la inversión social, incluido el pago de la gigantesca deuda con el pueblo marginado contraída por quienes dominaron al país durante la Cuarta República. En otras palabras, implica un esfuerzo financiero gigantesco a favor de los trabajadores.
¿Cómo ha reaccionado la burguesía? Además de conspirar, ha ideado toda clase de estratagemas tanto para conservar privilegios que traen desde la Cuarta, como para meterle la mano en el bolsillo a los trabajadores. Ejemplos de ello:
Lograron mantener los impuestos en el nivel fijado durante el gobierno neoliberal de Carlos Andrés Pérez (solo recientemente se aprobó un incremento mínimo e insuficiente del impuesto a los empresarios);
Trasladaron su obligación de financiar el presupuesto público a la población trabajadora obligada a pagar IVA;
Reciben del Gobierno, que tratan de tumbar, recursos e incentivos para producir (ensamblar) y exportar. Hacen trampa, se quejan porque no les entregan recursos suficientes y exigen administrar el 100% de los dólares provenientes de sus exportaciones;
A pesar de que las clínicas privadas viven de las pólizas de HCM que paga el Gobierno, rechazan el control de los honorarios médicos y denigran de centros de salud públicos y los médicos que allí trabajan;
Con fines políticos, y obviamente económicos, han cercado a la población en dos áreas básicas: alimentación y medicamentos. Controlan la cadena que va desde la importación/ensamblaje a la venta al consumidor, inducen la escasez de productos y el incremento descontrolado de los precios, despojando así a los trabajadores de los ingresos que les garantiza el Estado. Etc., etc., etc.
Como ama de casa, deduzco que más temprano que tarde se va a trancar el serrucho. No hay ingreso que alcance para financiar la contradicción entre la norma constitucional y los intereses de la burguesía.
Y como simple ciudadana, deduzco hacia dónde se va a inclinar nuestro Gobierno amigo del pueblo…
¡Viviremos y venceremos!

Autor: 

Mariadela Villanueva

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