TribunaFeminista La Comisión
para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres ha organizado, por
segundo año consecutivo, una Jornada Internacional en Madrid sobre
Prostitución y Trata. La novedad de este año es que las mesas de
expertos han estado ocupadas, únicamente, por hombres. Los ponentes han
hablado sobre el papel de los hombres en la erradicación de la
prostitución.
La Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres
celebraba el jueves pasado la Jornada Internacional sobre Prostitución y
Trata de Mujeres en el Ayuntamiento de Madrid. Se trata de la segunda
jornada consecutiva que organiza la Comisión alrededor de este tema.
Asunción Miura, representante de la Coalición Internacional contra la
trata de Mujeres en España (CATW), Rosario Carracedo, representante de
la Plataforma de organizaciones de mujeres por la abolición de la
prostitución, y Susana Martínez, Presidenta de la Comisión para la
investigación de malos tratos a mujeres, han sido las encargadas de
presentar el acto. Susana Martínez, presidenta de la Comisión, ha
agradecido la colaboración a las organizaciones participantes y al
Ayuntamiento, lugar en el que se han celebrado estas segundas Jornadas.
“Nuestras jornadas, desde los años 90, han tratado la materia desde
diferentes perspectivas: tráfico internacional, tratamiento informativo,
anuncios… Ahora queremos saber cuál es la responsabilidad de la
demanda”, comenta. “Queremos complementar la jornada del año pasado y
conseguir un punto de vista más novedoso mediante la implicación de los
hombres en la erradicación.
Que sean ellos los que aportan y cuestionen los comportamientos de otros
hombres que entienden las relaciones sexuales entre mujeres y hombres
de forma dominante”, defiende la presidenta de la Comisión. Martínez ha
añadido el efecto que esto tiene en la juventud: “Hay que cambiar el
imaginario social”. “Esta Jornada gira en torno a los hombres porque las
abolicionistas pensamos que la prostitución y la trata existen porque
hay hombres que pagan por ello”, comienza Miura, explicando el porqué de
una jornada con solo expertos. “Cada vez hay más hombres en desacuerdo
con la prostitución, dispuestos a seguir luchando por una sociedad libre
de violencia hacia las mujeres, entre las que se incluyen la trata y la
prostitución”, asegura. Miura ha resaltado que “con la violencia, es
imposible la igualdad”.
Necesidad de avances
España es uno de los países con más demanda, con más prostituidores. Por
ello, el posicionamiento de los poderes públicos es fundamental. “Los
partidos políticos tienen que considerar intolerable esta práctica y
tienen que incluir en sus programas medidas reales y efectivas para
acabar con esta lacra”, propone la representante de CAWT. Rosario
Carracedo ha resaltado la importancia de que exista un debate en torno a
esta temática. “En 22 años, hemos avanzado conceptualmente. El tema ha
formado parte del debate del movimiento feminista, de la doctrina
académica… Hemos avanzado y presionado a que los partidos políticos
hayan tenido que introducir en su agenda alguna mención, aunque tibia”,
reflexiona Carracedo. En el año 1995, el proxenetismo fue despenalizado
y, desde entonces, ha habido un total de 30 modificaciones legislativas
en el Código Penal. “En 2003 conseguimos que se volviera a incluir la
penalización de nuevo.
El Tribunal Supremo lo derogó. En 2015 parecía que lo conseguíamos, pero
volvieron a parar la reforma”, cuenta Carracedo. Mientras esto sucede
en España, en Europa sí que se ven avances. Francia es un país
pro-abolición y ha desarrollado políticas públicas compatibles con la
igualdad. Por otro lado, en 2016, el Parlamento Europeo reflejó que la
prostitución, el consumo sexual de mujeres por un precio, constituía una
práctica de desigualdad. Richard Poulin es uno de los hombres que la
Comisión ha seleccionado para estas jornadas. Poulin es Profesor Emérito
del Departamento de Sociología y Antropología de la Universidad de
Ottawa y profesor asociado del Instituto de Investigaciones y Estudios
Feministas de la Universidad de Quebec. También es autor, entre otros,
del libro Sexo, capitalismo y crítica del valor. Su ponencia se ha
basado en estos pilares que considera inseparables.
Relaciones construidas en desigualdad
“Una de las primeras preguntas que hay que hacerse es cuál es la ventaja
para un hombre cuando paga por tener sexo. Lo único que existe es el
placer de saber que es más humano que la persona a la que está pagando,
porque al pagar por ella la estás convirtiendo en un objeto”, explica
Poulin, comparándolo con el racismo, donde hay un sentimiento de
superioridad. Es en el “creerse superior” donde se encuentra su
felicidad. “La prostitución tiene una relación directa con la violencia
sexual, porque mediante el pago se asume un ‘consentimiento’ y
conviertes a una persona en prostituida”, refleja Poulin. En España, un
40 por ciento de hombres pagan por tener sexo. Esto fomenta la creación
de relaciones en desigualdad, en una sociedad violenta desde el punto de
vista sexual.
“La prostitución no es un acto individual, no es una elección ni una
relación de compra-venta en igualdad. Los hombres compran sexo para
sentirse superiores y esto no afecta solo a las prostituidas, sino a
todas las mujeres. Desconocemos que es una relación social de
desigualdad entre sexos”, comenta Poulin.
En las últimas décadas, hemos asistido a un crecimiento de la
prostitución, de la trata de mujeres con fines de explotación sexual,
del turismo sexual y de la pornografía. “Estamos fomentando la aparición
de violadores cada vez más jóvenes, insensibles ante la violencia
sexual por el consumo de la pornografía. Su imaginario sexual se
construye a través de esas imágenes que cada vez consumen más pronto. El
único placer importante en la pornografía es el masculino”, denuncia
Poulin. Actualmente, los niños comienzan a consumir pornografía hacia
los 12 años y las niñas alrededor de los 13.
Regular la prostitución es banalizarla “La banalización de la
prostitución se origina en los estados en los que se regula. Desde ese
momento, el Estado avala esas relaciones sociales desiguales y, además,
vemos cómo crece la prostitución”, plasma Poulin. El porcentaje de
prostituidores en los países donde se ha legalizado, como Países Bajos
(60), Alemania (66), Camboya (65) o Tailandia (95), es mucho mayor que
en otros donde no es legal como Canadá (11,1), Suecia (13), Francia
(12,5), Noruega (13) o Estados Unidos (16).
Con la legalización, hay una expansión de la prostitución, por lo que se
recurre a mujeres extranjeras para satisfacer la demanda que crea el
turismo sexual, ya que hay un mayor número de prostituidores locales y
extranjeros.
Con la legalización, hay una expansión de la prostitución, por lo que se
recurre a mujeres extranjeras para satisfacer la demanda que crea el
turismo sexual, ya que hay un mayor número de prostituidores locales y
extranjeros. “La trata de mujeres hace que los precios bajen y se
fomenta el turismo sexual. Son las políticas del neoliberalismo”,
denuncia Poulin, que incluye la perspectiva económica. “No se pueden
separar los distintos niveles de análisis”, justifica.
Ideología neoliberal
Los estados con políticas neoliberales han fomentado la desregulación y
el fin del Estado del Bienestar. “La ideología imperante es que cada uno
es responsable de su suerte. Si has fracasado no es culpa del estado o
del sistema, sino tuya, por eso nos encontramos ahora tantos manuales de
psicología para tener ‘éxito’ en la vida”, comenta el Profesor.
Siguiendo esa línea, Poulin denuncia que a estas mujeres se les inculca
la idea de que son culpables y que si están en el mundo de la
prostitución es porque quieren. “Estas mujeres no son vistas como
víctimas, sino como responsables”, destaca. Y añade: “Además, no tenemos
que intervenir en contra de su prostituidor, porque los proxenetas son
considerados empresarios o protectores”.
Todo lo que puede hacer el Estado, si considera a las mujeres
responsables de su prostitución, es tener una legislación a la que
puedan recurrir como cualquier otra persona trabajadora. El Estado
permite así que las mujeres evolucionen en ese medio en condiciones que
dicen aceptables. “El Estado presenta dos caminos: la creación de
burdeles y zonas de tolerancia; y la penalización a quienes no lo hacen
legalmente. En ambos casos, quienes pierden son las prostitutas. Si
optan por el primer camino, sus ingresos se verán ampliamente reducidos
en favor del burdel. Si no lo hacen, serán criminalizadas por el propio
Estado”, denuncia Poulin.
La educación como solución principal
“Para luchar con eficacia contra eso, se debe permitir por ley que las
mujeres puedan estudiar. Muchas mujeres han dejado su hogar jóvenes, sin
estudios, y se han visto sin alternativa a la hora de encontrar un
trabajo. Sin otra opción, solo pueden practicar la prostitución para
sobrevivir. Es una perpetuación sin fin”, refleja. Asimismo, el Profesor
asegura que –además de la legislación- se debe educar al alumnado de
los centros educativos para que se impida la captación, pero también
para evitar que los niños se conviertan en futuros prostituidores. “Sin
clases de educación sexual, el discurso pornográfico es el que enseña a
la juventud. Tenemos un problema si ese es el aprendizaje. Si el porno
es lo que construye su imaginario, la violencia sexual será considerada
como algo común y banal”, reflexiona Poulin.
Para finalizar la ponencia, Richard Poulin ha asegurado que la industria
del sexo se debe analizar como un todo, que aúna prostitución, trata de
mujeres, turismo sexual y la industria pornográfica, que sirve como
propaganda para todo lo demás. “La igualdad se conseguirá cuando no haya
relaciones mercantiles”, culmina.
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