Germán Yépez Colmenares
La situación económica, social, psicológica, emocional y política
venezolana en este lapso comprendido entre 2014 y este final del año
2016, se caracteriza (entre otros rasgos y expresiones) por la presencia
de un peligroso escenario escalonado de riesgo de confrontación
violenta entre las venezolanas y venezolanos, que podría comenzar en
alguna de las movilizaciones nacionales, regionales o locales convocadas
o promovidas por alguno de los grupos o partidos que integran los dos
Grandes Bloques Políticos (PSUV/GPP y la MUD) que se disputan ferozmente
el Poder Político Nacional y en consecuencia la administración y
distribución de la atractiva Renta Petrolera, aún con precios por debajo
de 50 $ por BDP (dólares por Barril De Petróleo), ya que la inmensa
riqueza petrolera/gasífera sigue debajo de la tierra y ahora aumenta su
atractivo con el inicio de la explotación de grandes yacimientos de oro,
diamantes, coltán, uranio, mármoles, bauxita y una larga lista de
minerales con importante valor en los mercados internacionales.
El problema es que esa peligrosa confrontación violenta puede comenzar en cualquier momento, pero no sabemos cuándo y en cuáles circunstancias de ruina, muerte, mutilaciones físicas y neuro/psicológicas, desolación, enfermedades endemo/epidémicas, destrucción, odios profundos y desagregación nacional quedarían los sobrevivientes del conflicto. Es indudable, conociendo los casos de países que atravesaron conflictos internos violentos entre finales del siglo XX y comienzos del XXI, como seríamos sometidos a procesos de intervención internacional patotera por parte de países, potencias y empresas multinacionales "expertas" todas en "procesos de reconstrucción" de infra - estructuras, reducción extrema del Estado y aplicación de severas recetas de ajustes económicos liberales como el que le aplicaron a Yugoeslavia, Irak, Libia, Sudán, Palestina, Yemén, Malí y actualmente intentan también destruir y doblegar a Siria como una Nación Soberana.
Las perspectivas dramáticas que se vislumbran en una posible confrontación violenta por mantener o acceder al control del Poder Público en Venezuela, coloca al país en un escenario hacia el abismo de la confrontación armada y la guerra fratricida. Es como tener un gran espejo salpicado de manchas de sucio removible (ineficacia, corrupción, sectarismo nepótico y corporativista, desestabilización económica y política, inflación, devaluación y especulación) y se decidiera romper el espejo porque así se aspira soluciona el problema. Es obvio que el resultado de romper el espejo en miles de pedazos no permitirá limpiarlo y hacerlo útil, adicionalmente se corre el riesgo de convertir cada pedazo del espejo roto en un instrumento filo-cortante que puede funcionar como un arma para herir o asesinar otros seres humanos. Es por ello que apostamos a favor del proceso de diálogo, negociación y acuerdos que actualmente adelantan las dos grandes fuerzas políticas que se disputan el Poder del Estado y el Gobierno en Venezuela. Con la facilitación y acompañamiento de la UNASUR, los ex -presidentes de España, República Dominicana y Panamá, así como el Representante del Estado del Vaticano enviado por el Papa Argentino Francisco, muchos venezolanos aspiramos que se pueda llegar a acuerdos que desmonten la gran cantidad de Minas Explosivas que dificultan el por- venir de la inmensa mayoría de quienes habitamos y amamos esta Patria llamada Venezuela.
Las personas que desean con mucha fuerza y vehemencia que Venezuela se convierta en un nuevo escenario de guerra fratricida donde puedan poner en práctica sus habilidades, destrezas y capacidades para el combate armado, para la aniquilación selectiva y masiva de seres humanos, podrían evaluar las posibilidades de ofrecerse y/o trasladarse como voluntarios hasta alguno de los diversos escenarios de guerra abiertas o encubiertas que actualmente existen en el mundo. Ojalá (Oh Alá) triunfe la POLITICA sobre las emociones manipuladas y las ambiciones desbocadas, permitiendo a la inmensa mayoría de quienes conformamos este país seguir trabajando, estudiando, paseando, bailando, cantando, llorando, comiendo, bebiendo, apoyando a nuestros equipos del beisbol profesional y las numerosas vinotintos que ahora tenemos, compartiendo con los amigos, familiares y compañeros, criando a los hijos y disfrutando a los nietos en el proceso de envejecimiento natural.
Historiador – Profesor de la UCV
Germilio.yeco@gmail.com
El problema es que esa peligrosa confrontación violenta puede comenzar en cualquier momento, pero no sabemos cuándo y en cuáles circunstancias de ruina, muerte, mutilaciones físicas y neuro/psicológicas, desolación, enfermedades endemo/epidémicas, destrucción, odios profundos y desagregación nacional quedarían los sobrevivientes del conflicto. Es indudable, conociendo los casos de países que atravesaron conflictos internos violentos entre finales del siglo XX y comienzos del XXI, como seríamos sometidos a procesos de intervención internacional patotera por parte de países, potencias y empresas multinacionales "expertas" todas en "procesos de reconstrucción" de infra - estructuras, reducción extrema del Estado y aplicación de severas recetas de ajustes económicos liberales como el que le aplicaron a Yugoeslavia, Irak, Libia, Sudán, Palestina, Yemén, Malí y actualmente intentan también destruir y doblegar a Siria como una Nación Soberana.
Las perspectivas dramáticas que se vislumbran en una posible confrontación violenta por mantener o acceder al control del Poder Público en Venezuela, coloca al país en un escenario hacia el abismo de la confrontación armada y la guerra fratricida. Es como tener un gran espejo salpicado de manchas de sucio removible (ineficacia, corrupción, sectarismo nepótico y corporativista, desestabilización económica y política, inflación, devaluación y especulación) y se decidiera romper el espejo porque así se aspira soluciona el problema. Es obvio que el resultado de romper el espejo en miles de pedazos no permitirá limpiarlo y hacerlo útil, adicionalmente se corre el riesgo de convertir cada pedazo del espejo roto en un instrumento filo-cortante que puede funcionar como un arma para herir o asesinar otros seres humanos. Es por ello que apostamos a favor del proceso de diálogo, negociación y acuerdos que actualmente adelantan las dos grandes fuerzas políticas que se disputan el Poder del Estado y el Gobierno en Venezuela. Con la facilitación y acompañamiento de la UNASUR, los ex -presidentes de España, República Dominicana y Panamá, así como el Representante del Estado del Vaticano enviado por el Papa Argentino Francisco, muchos venezolanos aspiramos que se pueda llegar a acuerdos que desmonten la gran cantidad de Minas Explosivas que dificultan el por- venir de la inmensa mayoría de quienes habitamos y amamos esta Patria llamada Venezuela.
Las personas que desean con mucha fuerza y vehemencia que Venezuela se convierta en un nuevo escenario de guerra fratricida donde puedan poner en práctica sus habilidades, destrezas y capacidades para el combate armado, para la aniquilación selectiva y masiva de seres humanos, podrían evaluar las posibilidades de ofrecerse y/o trasladarse como voluntarios hasta alguno de los diversos escenarios de guerra abiertas o encubiertas que actualmente existen en el mundo. Ojalá (Oh Alá) triunfe la POLITICA sobre las emociones manipuladas y las ambiciones desbocadas, permitiendo a la inmensa mayoría de quienes conformamos este país seguir trabajando, estudiando, paseando, bailando, cantando, llorando, comiendo, bebiendo, apoyando a nuestros equipos del beisbol profesional y las numerosas vinotintos que ahora tenemos, compartiendo con los amigos, familiares y compañeros, criando a los hijos y disfrutando a los nietos en el proceso de envejecimiento natural.
Historiador – Profesor de la UCV
Germilio.yeco@gmail.com
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