Luis Britto García.
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En 1814 vive la Patria su peor momento. José Tomás Boves dirige una insurrección de las llamadas castas viles (negros, indios, pardos) que arrasa las fuerzas independentistas. José Félix Ribas añade a sus menguadas tropas una leva de adolescentes y seminaristas, y con ellas desbarata el 12 de febrero en La Victoria a la temible caballería del Taita. Se conmemora este triunfo como Día de la Juventud, aunque Venezuela perdió en la Guerra de Independencia más de la mitad de su población, casi toda joven. Desde entonces la mocedad va de primera al sacrificio. Pablo Neruda llamó a nuestra Lucha Armada de los sesentas y los setentas una insurrección de niños tiernos. La juventud es una apuesta por la esperanza. En su terrible Historia Venezuela porfiadamente ha renovado y perdido este lance ¿Cuáles son nuestras expectativas?
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Más de la cuarta parte de la población del planeta y casi un tercio de la de los países en desarrollo es hoy joven. Para 2013 el 18,8% de los venezolanos (unos 5.350.428 compatriotas del total de 28.459.085) tiene entre 15 y 24 años, franja de edad que arbitrariamente se asimila a la juventud. La edad promedio de los compatriotas es de 26,6 años. Pasaron los tiempos de abrumadora preponderancia juvenil, que para 1960 situaba la edad promedio en 18 años. Según el último censo de población, la tasa de crecimiento ha bajado de 4.0 en 1961 a 1,6 en 2011. Pasamos, de una pirámide demográfica de base ancha en 1990, con 37% de la población de 1 a 14 años, 58,7% de 15 a 64 y sólo 4,0% mayores de 65 años, a otra pirámide con base restringida en 2011, con 27,6% menores de 14 años, 66,6% entre 15 y 65, y 5,8% mayores de 65.
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Los nuevos venezolanos nacen en familias cuya jefatura es crecientemente ejercida por mujeres. Según el Censo, en 2001 el 71% de los hogares era encabezado por hombres y el 29% por mujeres; en 2011 sólo el 61% de los hogares es dirigido por hombres; por mujeres, el 39%. Las madres son también cada vez más jóvenes: según Jorge González, del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Venezuela, la tasa de embarazo adolescente en América Latina es de 20%; en Venezuela de 23%; al año nacen 8.000 bebés de madres adolescentes (Últimas Noticias, 29-11-2013). Cada vez ingresan más mujeres al mercado de trabajo; la doble función de proveedora y de criadora es problemática y dificulta la socialización de los niños.
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¿A qué país llegan estos tempranos retoños? No me canso de repetir ciertos hechos. Nacen en una Venezuela que redujo la pobreza de una tasa del 70% a fines del siglo XX, a 23,9% en 2013. En una nación libre de analfabetismo, en la cual el gobierno ha creado 15 nuevas universidades y la matrícula universitaria se duplicó de 894.418 educandos en 2000 a 2.109.331 en 2009, en la cual para ese año estudian 9.329.703 personas: uno de cada tres venezolanos; la inmensa mayoría en establecimientos gratuitos. Nunca antes había tenido la juventud tantas posibilidades para formarse.
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Pero el estudio es preparación para el trabajo. Los jóvenes venezolanos forman parte de una fuerza laboral que ha crecido sin pausas en los últimos años, desde unos 9.900.000 trabajadores en 1999, hasta unos 13.1655.887 en diciembre de 2013, casi la mitad de la población. De ella, 8.169.527 (el 62,1%) trabajan en el sector formal; 4.996.360 (el 37,9%) en el informal; el desempleo ronda el 7,5% (INE). Algo así como un 53% de los venezolanos está en una relación de dependencia, vale decir, no forma parte de la fuerza de trabajo: un 9,5% de adultos mayores y el 43,7% de los jóvenes estaría en esa situación
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Depender de otros es estar propenso a caer en situaciones problemáticas. Como el sector privado no crea las plazas de trabajo necesarias, corresponde al sector socialista proveerlas, evitando la tentación de la violencia. La vejez golpea al mundo de la usura. Venezuela es todavía joven.
Escritor, historiador, ensayista y dramaturgo.
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