Irma Domínguez
De la lectura de tu artículo “Santos y Chávez restablecen la hegemonía estadounidense en América Latina” me nació hacerte los siguientes planteamientos:
De la lectura de tu artículo “Santos y Chávez restablecen la hegemonía estadounidense en América Latina” me nació hacerte los siguientes planteamientos:
- No soy partidaria de ventilar las críticas y disputas, entre revolucionarios en los medios públicos. Muchas veces me muerdo la lengua queriendo responder a algunos camaradas pero, esta vez, no lo logro ante la magnitud de tus acusaciones que pasan de castaño oscuro en ese artículo, y porque no he leído ninguna réplica. Cedo por una vez, pero prometo no seguir porque yo sí creo que hay cosas que hacemos, desde el campo de la revolución que favorecen a la contra y esas peleas públicas son una de ellas.
- No me había enterado que los gringos habían perdido su larga hegemonía en América Latina desde que fueron los ganones de la segunda Guerra Mundial. Una aprende diario algo nuevo, pero lo que no logré fue encontrar pruebas en tu artículo, que avalaran tan grave traición histórica del Comandante Presidente Hugo Chávez. Hay otros que andan diciendo por ahí que el entreguismo de Chávez es en favor de los chinos, tan solo por las alianzas tácticas que se han creado en ese campo. Y todos son tan sabios, ¿pero a quién creerle? Será que a algunos les basta con poner a tronar sus chicharrones para que todo lo que digan tenga que tomarse como verdad. ¿Adónde está tu demostración? Solo podemos hacer caso a demostraciones de adeveras.
- Los revolucionarios se mueven por programas máximos y mínimos, y en Venezuela apenas se hace lo posible por echar a andar el programa mínimo, ¿qué caso tiene juzgar al gobierno antiimperialista de Chávez con el criterio del programa máximo? Eso a lo que lleva es al infantilismo del todo o nada, que parece una maldición de todas las revoluciones, como la presencia de fanáticos del todo o nada que nunca están contentos con los pequeños logros, que no voy a citar que se han alcanzado en Venezuela, y que ya quisiéramos para México y tantos países de América Latina.
- Mencionas parte de las palabras que lanzó el Comandante, en el Teatro Teresa Carreño adonde dijo que no respondía a chantajes de la ultraderecha, ni de la ultraizquierda, pero se te olvida lo que es la parte más importante, aquello de que la responsabilidad en el lamentable tema Becerra es de dos. Por una parte está el gobierno bolivariano, ¿pero adónde dejamos la de Becerra? Si andaba de inocente está mal, y si sabía lo que hacía peor tantito. Este punto es importante, Mtro. Heinz, porque tiene que ver con la estrategia del gobierno revolucionario para la actual coyuntura, cuestión que tú ni siquiera mencionas o desprecias quién sabe por qué aunque es crucial.
- La coyuntura es la del 2012 como eje, o sea la coyuntura electoral que la ultra siempre desprecia aunque bien que se aprovecha de las ganancias que sacan a cuenta del activismo de los “malditos reformistas”, “revisionistas” y populistas, y electoreros de siempre. Leyendo tu artículo parece que no te das cuenta que el 2012 se juega el todo por el todo en Venezuela, pero a los puristas de la revolución perfecta desde ya y para siempre, eso los tiene sin cuidado, preferible nada antes que lo poquito que se haga con tanto esfuerzo del pueblo sea un chochinero reformista, de ineptos y corruptos amantes de hoteles de 6 estrellas.
- La pregunta que no te has hecho es dónde está el lugar y la responsabilidad de Becerra y también las farc al interior de la estrategia venezolana para la coyuntura actual. Desde que murió Tirofijo el Comandante Chávez ha dejado claro la necesidad de revisar el proyecto de las farc. Hay que preguntar, ¿tiene caso hoy día la lucha armada en Colombia?, ¿qué significa un movimiento como ese con ligas nada claras con el narco?, ¿se vale tener a gente cautiva en condiciones infames porque vienen de la reacción, o porque hay que canjearlos por presos revolucionarios?, y muchas preguntas más a las cuales agregaría, ¿tiene derecho la ultra, las farc a condicionar la estrategia para la coyuntura venezolana? Yo entendía que el Comandante Chávez se refería a esto cuando dijo que asumía su responsabilidad, y que Becerra hiciera lo mismo, y que tú para nada mencionaste en tu artículo.
- Si el problema es que esa estrategia de los revolucionarios venezolanos incluye un pacto con Santos, ya estuvo: hay que rasgarse las vestiduras, se comprueba la verdadera naturaleza burguesa del chavismo, se demuestra que está restableciendo “la normalidad burguesa” (¿Cuándo hemos visto aquí que haya cesado en más de un siglo?). Para qué fijarse en las contradicciones entre Santos y Uribe, para qué tomar en cuenta los análisis de investigadores gringos sobre los roces entre el gobierno de Obama y Santos, para qué tener en cuenta que la política exige pactos de conveniencia por razones tácticas y de coyuntura sin que ello afecte el programa máximo y lo estratégico.
- Por supuesto que hay un pacto de Chávez con Santos, y es así porque le conviene a ambos, y a la América Latina antiimperialista. Es un pacto coyuntural, o sea bueno para un momento concreto. Elemental Watson: Mao pactó con Chiang Kaishek y el Kuomintang, hasta la derrota de los imperialistas, y luego derrotó a esos que fueron sus aliados. En política cuenta mucho atinarle al enemigo principal en una coyuntura. Dr. Heinz, ¿cuál es para ti el enemigo principal. o eso no tiene ninguna importancia?
- Pero no, ahí viene el camarada Heinz, y desde su cubículo en la UAM-Xochimilco avienta la neta del planeta: ese pacto es para reposicionar a los gringos y a Obama, en América Latina, o sea un reacomodo de la vieja doctrina Monroe, y no para garantizar la continuidad del complejísimo proceso venezolano de revolución acosada por toda una runfla de enemigos internos y externos, sin represión, ni gulags, ni procesos estalinistas, ni siquiera con un control sobre los medios de la canalla mediática. Pretendes que nos chutemos tu idea de que una golondrina táctica hace un verano estratégico. ¿Qué pruebas aportas para semejante acusación? Ninguna, para qué. Basta con que el gran teórico lo diga para que sea una verdad que nadie había visto, como un nuevo Hegel cuando dice que si la realidad no se adapta al análisis teórico peor para la realidad. Por cierto Heinz, todavía estoy esperando la autocrítica por tu profecía sobre Kadafi, ya que al comienzo de la nueva intervención imperial contra Libia le dabas máximo 15 días naturales, al caudillo tribal que no me inspira ninguna simpatía.
- Los ultrosos siempre se autoendilgan el derecho a decidir lo único bueno para los demás, tienen todo el derecho de exigir más y lo mejor, pero también deben respetar las apreciaciones de los demás aunque no seamos tan puramente revolucionarios como ellos. En México está ha sido una de las causas, entre muchas, de que el movimiento de masas encabezado por López Obrador no llegara al gobierno en el 2006. En Venezuela hay muchos logros y sería mucho peor todo si no fuera por el proceso bolivariano, que ud niega como si tuviera el poder de santificar y mandar gentes a la hoguera. Aunque sea como el “pioresnada” (que por supuesto no es, porque es un proceso sumamente valioso y sino pregúntaselo a Fidel) hay que defender a muerte el proceso venezolano, y más si como dices Obama ya le entra al PNAC. Unidad, unidad y más unidad tiene que ser la consigna precisamente porque el proyecto del siglo es devorarnos a todos los excluibles de la tierra latinoamericana.
- La crítica entre revolucionarios se vale, y hay que impulsarla al máximo, pero más hay que impulsar la autocrítica, para ver la responsabilidad de cada uno en los procesos políticos, y las dos hay que hacerlas en las instancias y los canales que favorezcan el fortalecimiento del proceso. Yo sí creo que la crítica hecha en el momento y el lugar indebido es contrarrevolucionaria, o sea que una cosa buena como la crítica, dialécticamente se convierte en algo malo.
- Y ahí es adonde ubico las partes más destructivas de tu artículo. Dices que no hay que achicopalarse tanto si Venezuela se pierde para la revolución, ya que se perdió mucho más en la URSS. De veras que aquí ya se te botó la canica, ya que con esa lógica todo tu argüende se viene abajo. ¿O qué no te das cuenta que si aplicamos la misma lógica cuantitativa al caso Becerra no tendrías que está haciéndola de tos?. ¿Total qué importancia tendría tanto pleito por una persona comparada con todo un proceso supercomplejo y costoso con los últimos 12 años en Venezuela? Camarada Dr. Heinz: el tema es cualitativo, estratégico y táctico.
- Por eso no se vale el peligroso dramatismo chantajista que introduces al final de tu artículo, llamando a combatir de frente al proceso encabezado por el Presidente Chávez, exhortando a la organización y la movilización de masas, repito como si se tratara no solo de un enemigo sino el principal, hablando del grave costo político de una decisión inevitable en el cuadro de estrategia para la coyuntura que trato de exponer (y fíjate que todavía el tema Becerra está muy lejos de Krondstat). No sé con qué derecho lo haces, pero habemos muchos y muchas que sí tenemos conciencia, en México y América Latina de los acosos en contra de la revolución en Venezuela, y de sus maravillosos aunque parciales logros, así es que no puedes hablar en nuestro nombre.
- Por último, te recomiendo en buena onda que le bajes a la amargura, ya que no es bueno que insultes así a camaradas que han dedicado toda una vida (empezando y más que nadie por el propio Comandante, ¿quién te crees para descalificarlo así?) a luchar por los pueblos de Venezuela y América Latina, ni tampoco ayuda en nada que nos menosprecies porque no somos revolucionarios tan puros como tú. Mejor piénsale a algo que impulse la unidad táctica y estratégica, y redirijas tus energías por ese camino, en donde todos cabemos y podemos emparejar las cargas hasta lograr una verdadera transformación de las relaciones sociales en cualquier lugar del mundo.
- loboestasahiii@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario