Susana B. Gamba
A los 102 años de aquel 8 de marzo nos interesa rendir homenaje a esas trabajadoras y a todas quienes vienen bregando por un mundo mejor, donde las mujeres sean sujetas plenas de derecho y ejercicio de ciudadanía.
Mucha agua tuvo que correr tras esos acontecimientos y muchas luchas y padeceres de las mujeres fueron necesarias hasta lograr concretar algunas de esas demandas. En nuestro país la perseverancia y el tesón del movimiento de mujeres - impulsadas desde el feminismo- consiguió entre otras cosas: la patria potestad compartida, el divorcio vincular, avances importantes en la legislación respecto a igualdad de oportunidades (por ejm. Ley de Cupo, Salud sexual y reproductiva, violencia contra mujeres y niñas, eliminación de leyes discriminatorias). Así como instalar las temáticas que nos atraviesan a las mujeres -con una perspectiva de género- en algunas políticas de Estado, la creación de Áreas o espacios específicos a nivel gubernamental, sindical, académico. También la firma de tratados y compromisos internacionales, en especial la ratificación del Protocolo Facultativo de la CEDAW (Convención contra todas las Formas de Discriminación hacia la Mujer), la Ley contra la Trata de personas –aunque con limitaciones importantes- y la Ley contra la violencia de género en todas sus formas cuya reglamentación está pendiente aunque el Consejo Nacional de la Mujer prevé que saldrá este año, luego de las consultas y aportes de especialistas de reconocida trayectoria en el tema.
No obstante quedan muchas urgencias y temas pendientes. Los más relevantes son la trata y tráfico de mujeres y niñas el incremento de feminicidios y la cantidad de mujeres que mueren por abortos clandestinos. También el sexismo en el lenguaje y en los medios de comunicación que sin duda contribuyen a perpetuar y consolidar la violencia y discriminación hacia las mujeres.
Para resolver esas situaciones, por un lado se necesitan reformular algunas leyes inadecuadas, crear otras -prioritariamente aprobar el proyecto de Ley del aborto-, e implementarlas a través de políticas públicas con presupuesto y un abordaje integral de las problemáticas. Y, sin dudas, una toma de conciencia y un profundo cambio cultural, en los cuales sean incompatibles cualquier tipo de discriminación u opresión.
Importancia de la fecha
El 8 de marzo constituye, desde hace más de tres décadas, una fecha clave para las mujeres de todo el mundo, ya que fue declarado "Día Internacional de la Mujer" por la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York en 1975.
Los grupos y organizaciones de mujeres de diversos países del globo se reúnen en distintos espacios (parques, plazas, parlamentos, sindicatos, teatros, etc.) para conmemorarlo y plantear sus reivindicaciones de distintas maneras. En nuestro país y gran parte de Latinoamérica, dadas las características represivas de los gobiernos dictatoriales de esos años, recién comienza a difundirse la fecha y a congregarse las mujeres en torno a la misma a partir de la apertura democrática. Es así que en Buenos Aires se realiza en 1984 la primer concentración y marcha convocada por la Multisectorial de la Mujer.
A partir de la institución oficial de la misma, los grupos feministas y del movimiento de mujeres, fueron pioneros en la organización y convocatoria a esa jornada de conmemoración y lucha. Con los años fueron sumando a cada vez más sectores, a medida que la problemática de género logró instalarse en la sociedad y comenzar a ser integrada también en los ámbitos académicos y estatales.
No obstante, cabe destacar que las mujeres obreras y trabajadoras de distintos países del mundo (fundamentalmente pertenecientes a los partidos socialistas y comunistas) lo conmemoraron con actos y/o movilizaciones desde fines del siglo XIX y comienzos del XX. [1]
Origen del 8 de marzo
Hay distintas referencias en cuánto a los datos históricos que dieron lugar al 8 de marzo, suscitándose a veces polémicas sobre cuál sería la fecha "verdadera" que dió lugar a ser declarado posteriormente "Día Internacional de la Mujer".
Según las investigaciones, en principio, habría dos acontecimientos trágicos relacionados con la lucha de mujeres trabajadoras, que ocurrieron en Nueva York un 8 de marzo. Las confusiones posteriores surgen de que, paradójicamente, ambos hechos fueron protagonizados por obreras textiles en la misma ciudad, un mismo día de diferentes años.
El primer 8 de marzo es de 1857. Ese día, trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York marchan por la ciudad en protesta por las deplorables condiciones laborales a las que se veían sometidas. Las mismas sufrieron una brutal represión policial que tuvo como saldo gran cantidad de mujeres presas y heridas. Estas últimas yacían tendidas por las calles sin que se les brindara ninguna atención médica.
El segundo 8 de marzo protagonizado también por obreras textiles fue en 19082, en la fábrica neoyorkina Cotton. Las operarias de la misma realizan una huelga en demanda de mejores condiciones de trabajo, incluyendo la toma del establecimiento fabril. Los ejes de la protesta se resumen en tres temas muy caros para las mujeres trabajadoras, algunos aún hoy pendientes, a saber:
· Igual trabajo por igual salario
· Jornada laboral de 8 horas
· Descanso dominical
Según la versión más difundida3 la protesta terminó trágicamente con una masacre en la que murieron 129 trabajadoras. Fueron encerradas y quemadas vivas dentro del mismo establecimiento, según parece, por el propio dueño.
Por otro lado, en 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas realizada en Copenhague, el Partido Socialista Norteamericano presenta a través de sus delegadas L. Morrow Lewis y M. Wood Simons, la propuesta de establecer el “Día Internacional de la Mujer”. Gracias al decidido apoyo político de Clara Zetkin, esta iniciativa fue votada y aprobada en esa oportunidad.
También en EE.UU. en las primeras décadas del siglo XX (diferentes versiones aluden a 1912 o 1922) obreras textiles en huelga redactaron un manifiesto que se llamó "Pan y Rosas", en el decían que “las mujeres queremos pan, pero también queremos rosas” . Con posterioridad esta experiencia fue recogida y reivindicada en diversos países del mundo, fundamentalmente por mujeres socialistas.
Cuando comenzó a conmemorarse la fecha del 8 de marzo, se hacía referencia al "Día Internacional de la Mujer Trabajadora", dado que los hechos a que dieron lugar a esa conmemoración fueron protagonizados por obreras. Más recientemente, a medida que la concientización sobre la discriminación que sufrimos las mujeres en todos los ámbitos fue asumida por más mujeres - aceptando la diversidad que esto implica- se ampliaron las reivindicaciones y demandas, involucrando a distintos sectores de mujeres, generalizándose así esa conmemoración como Día de todas las mujeres.
Como toda esta historia se ha banalizado mucho, y como tantas otras fechas célebres trágicas también fue tergiversada en su sentido original, nos parece importante recuperarla como día de lucha por los derechos de las mujeres.
Por último cabe destacar que será muy bienvenido el día en que no sea necesario tener un Día Especial para la mujer, pues significará el fin de la discriminación.
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[1] Ver Ana María Portugal, Boletín electrónico de Isis Internacional, en www. Copia disponible en el Centro de Documentación de la Dirección General de la Mujer, Carlos Pellegrini 211, 7ª, Ciudad de Buenos Aires.
2 Según Ana María Portugal, quien retoma las investigaciones realizadas por la historiadora canadiense Renée Côté, no habría pruebas de que tal incendio ocurriera provocando la muerte de esas trabajadoras. También otras investigadoras francesas, (a las que Portugal cita en su artículo ) expresan que las versiones de los distintos acontecimientos ocurridos en esas fechas son dudosas y polémicas. No obstante, nos parece atinente dar cuenta aquí sobre esa historia, basándonos en las fuentes y datos más difundidos y “aceptados” por las feministas -incluso desde artículos de Naciones Unidas- y a la vez abrirnos a la posibilidad de seguir indagando y dar a conocer otras versiones.
3 Ver Ana María Portugal, op. Cit. Página anterior
A los 102 años de aquel 8 de marzo nos interesa rendir homenaje a esas trabajadoras y a todas quienes vienen bregando por un mundo mejor, donde las mujeres sean sujetas plenas de derecho y ejercicio de ciudadanía.
Mucha agua tuvo que correr tras esos acontecimientos y muchas luchas y padeceres de las mujeres fueron necesarias hasta lograr concretar algunas de esas demandas. En nuestro país la perseverancia y el tesón del movimiento de mujeres - impulsadas desde el feminismo- consiguió entre otras cosas: la patria potestad compartida, el divorcio vincular, avances importantes en la legislación respecto a igualdad de oportunidades (por ejm. Ley de Cupo, Salud sexual y reproductiva, violencia contra mujeres y niñas, eliminación de leyes discriminatorias). Así como instalar las temáticas que nos atraviesan a las mujeres -con una perspectiva de género- en algunas políticas de Estado, la creación de Áreas o espacios específicos a nivel gubernamental, sindical, académico. También la firma de tratados y compromisos internacionales, en especial la ratificación del Protocolo Facultativo de la CEDAW (Convención contra todas las Formas de Discriminación hacia la Mujer), la Ley contra la Trata de personas –aunque con limitaciones importantes- y la Ley contra la violencia de género en todas sus formas cuya reglamentación está pendiente aunque el Consejo Nacional de la Mujer prevé que saldrá este año, luego de las consultas y aportes de especialistas de reconocida trayectoria en el tema.
No obstante quedan muchas urgencias y temas pendientes. Los más relevantes son la trata y tráfico de mujeres y niñas el incremento de feminicidios y la cantidad de mujeres que mueren por abortos clandestinos. También el sexismo en el lenguaje y en los medios de comunicación que sin duda contribuyen a perpetuar y consolidar la violencia y discriminación hacia las mujeres.
Para resolver esas situaciones, por un lado se necesitan reformular algunas leyes inadecuadas, crear otras -prioritariamente aprobar el proyecto de Ley del aborto-, e implementarlas a través de políticas públicas con presupuesto y un abordaje integral de las problemáticas. Y, sin dudas, una toma de conciencia y un profundo cambio cultural, en los cuales sean incompatibles cualquier tipo de discriminación u opresión.
Importancia de la fecha
El 8 de marzo constituye, desde hace más de tres décadas, una fecha clave para las mujeres de todo el mundo, ya que fue declarado "Día Internacional de la Mujer" por la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York en 1975.
Los grupos y organizaciones de mujeres de diversos países del globo se reúnen en distintos espacios (parques, plazas, parlamentos, sindicatos, teatros, etc.) para conmemorarlo y plantear sus reivindicaciones de distintas maneras. En nuestro país y gran parte de Latinoamérica, dadas las características represivas de los gobiernos dictatoriales de esos años, recién comienza a difundirse la fecha y a congregarse las mujeres en torno a la misma a partir de la apertura democrática. Es así que en Buenos Aires se realiza en 1984 la primer concentración y marcha convocada por la Multisectorial de la Mujer.
A partir de la institución oficial de la misma, los grupos feministas y del movimiento de mujeres, fueron pioneros en la organización y convocatoria a esa jornada de conmemoración y lucha. Con los años fueron sumando a cada vez más sectores, a medida que la problemática de género logró instalarse en la sociedad y comenzar a ser integrada también en los ámbitos académicos y estatales.
No obstante, cabe destacar que las mujeres obreras y trabajadoras de distintos países del mundo (fundamentalmente pertenecientes a los partidos socialistas y comunistas) lo conmemoraron con actos y/o movilizaciones desde fines del siglo XIX y comienzos del XX. [1]
Origen del 8 de marzo
Hay distintas referencias en cuánto a los datos históricos que dieron lugar al 8 de marzo, suscitándose a veces polémicas sobre cuál sería la fecha "verdadera" que dió lugar a ser declarado posteriormente "Día Internacional de la Mujer".
Según las investigaciones, en principio, habría dos acontecimientos trágicos relacionados con la lucha de mujeres trabajadoras, que ocurrieron en Nueva York un 8 de marzo. Las confusiones posteriores surgen de que, paradójicamente, ambos hechos fueron protagonizados por obreras textiles en la misma ciudad, un mismo día de diferentes años.
El primer 8 de marzo es de 1857. Ese día, trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York marchan por la ciudad en protesta por las deplorables condiciones laborales a las que se veían sometidas. Las mismas sufrieron una brutal represión policial que tuvo como saldo gran cantidad de mujeres presas y heridas. Estas últimas yacían tendidas por las calles sin que se les brindara ninguna atención médica.
El segundo 8 de marzo protagonizado también por obreras textiles fue en 19082, en la fábrica neoyorkina Cotton. Las operarias de la misma realizan una huelga en demanda de mejores condiciones de trabajo, incluyendo la toma del establecimiento fabril. Los ejes de la protesta se resumen en tres temas muy caros para las mujeres trabajadoras, algunos aún hoy pendientes, a saber:
· Igual trabajo por igual salario
· Jornada laboral de 8 horas
· Descanso dominical
Según la versión más difundida3 la protesta terminó trágicamente con una masacre en la que murieron 129 trabajadoras. Fueron encerradas y quemadas vivas dentro del mismo establecimiento, según parece, por el propio dueño.
Por otro lado, en 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas realizada en Copenhague, el Partido Socialista Norteamericano presenta a través de sus delegadas L. Morrow Lewis y M. Wood Simons, la propuesta de establecer el “Día Internacional de la Mujer”. Gracias al decidido apoyo político de Clara Zetkin, esta iniciativa fue votada y aprobada en esa oportunidad.
También en EE.UU. en las primeras décadas del siglo XX (diferentes versiones aluden a 1912 o 1922) obreras textiles en huelga redactaron un manifiesto que se llamó "Pan y Rosas", en el decían que “las mujeres queremos pan, pero también queremos rosas” . Con posterioridad esta experiencia fue recogida y reivindicada en diversos países del mundo, fundamentalmente por mujeres socialistas.
Cuando comenzó a conmemorarse la fecha del 8 de marzo, se hacía referencia al "Día Internacional de la Mujer Trabajadora", dado que los hechos a que dieron lugar a esa conmemoración fueron protagonizados por obreras. Más recientemente, a medida que la concientización sobre la discriminación que sufrimos las mujeres en todos los ámbitos fue asumida por más mujeres - aceptando la diversidad que esto implica- se ampliaron las reivindicaciones y demandas, involucrando a distintos sectores de mujeres, generalizándose así esa conmemoración como Día de todas las mujeres.
Como toda esta historia se ha banalizado mucho, y como tantas otras fechas célebres trágicas también fue tergiversada en su sentido original, nos parece importante recuperarla como día de lucha por los derechos de las mujeres.
Por último cabe destacar que será muy bienvenido el día en que no sea necesario tener un Día Especial para la mujer, pues significará el fin de la discriminación.
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[1] Ver Ana María Portugal, Boletín electrónico de Isis Internacional, en www. Copia disponible en el Centro de Documentación de la Dirección General de la Mujer, Carlos Pellegrini 211, 7ª, Ciudad de Buenos Aires.
2 Según Ana María Portugal, quien retoma las investigaciones realizadas por la historiadora canadiense Renée Côté, no habría pruebas de que tal incendio ocurriera provocando la muerte de esas trabajadoras. También otras investigadoras francesas, (a las que Portugal cita en su artículo ) expresan que las versiones de los distintos acontecimientos ocurridos en esas fechas son dudosas y polémicas. No obstante, nos parece atinente dar cuenta aquí sobre esa historia, basándonos en las fuentes y datos más difundidos y “aceptados” por las feministas -incluso desde artículos de Naciones Unidas- y a la vez abrirnos a la posibilidad de seguir indagando y dar a conocer otras versiones.
3 Ver Ana María Portugal, op. Cit. Página anterior
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