martes, 30 de marzo de 2010

¿Nos estamos deteniendo?


María Conde Ruíz

No me interesa como nos ven en otros paises. No me interesa lo que sucede en Colombia, ni en Brasil, y mucho menos lo que pasa en Los Estados del Norte de America. Me interesa aquí, mi país, de donde yo soy, de donde es mi hija, de donde son mis raices. Me interesa Venezuela. Y aun me importa el futuro de esta revolución. Pero parece que a muchos ya se les olvidó.

Sí, es verdad, esta revolución tuvo la fuerza de acabar con el mal pasado de Venezuela. Tuvo la fuerza de romper con aquella continuidad bicolor verdyblanca, sinverguenza, apátrida y entreguista. Aquellos gobiernos que acabaron con nuestra esencia, que se encargaron de borrar de nuestras mentes el orgullo de nuestros origenes que nos hicieron sentir como la parte mala y más olvidada de América. Y aceptaron que nos trataran como ciudadanos de tercera, "tercermundistas".

Sí, es verdad esta revolución levantó su voz por Venezuela, y más aun, por Latinoamérica, y fue tan fuerte esa voz que pasamos a sentirnos iguales, a tratarnos de tú a tú, decididos a no dejarnos pisotear nunca más. Eso estuvo muy bueno. Pero no basta. No basta, porque lo podrido quedó adentro, y creció y se está expandiendo, al parecer sin que haya remedio que sane este cancer llamado corrupción.

Me pregunto ¿Qué tipo de limpieza hará falta para que sanemos de una buena vez? Sí, es verdad, se revolucionó todo, pero al parecer quedó la cosa desordenada y no hay quien ponga el orden.

Les voy a dar un pequeño ejemplo, el de los sindicatos. Yo trabajo en construcción y lo que observo día a día en verdad que me da mucha lastima. Sindicalistas cobrando vacunas exorbitantes para no causar el caos dentro de las obras. Van armados a las obras, distribuyen sustancias , crean miedo y sosobra, y no hay nadie que le ponga corte a esto. Y no lo hacen por temor a denunciarlos, por miedo a morir. Sí parece increible, pero por miedo a morir. Y del pobre obrero no hay nadie que se encargue. Los sindicatos van cada vez peor. Nido de traficantes y delincuentes. Y lo que es más vergonzoso, se declaran rojos rojitos.

Por otro lado, alcaldías que tienen profesionales trabajando sin contrato, con varios meses sin cobrar, utilizándolos. Viví esa experiencia y en verdad que si mi espiritú revolucionario no fuera tan fuerte estaría pasándome en estos momentos a la oposición. ¿Cómo es posible que se maltrate a profesionales de esa forma sin que nadie haga nada? ¿En donde esta escondida la contraloría? ¿es que no se dan cuenta que los profesionales tambien tenemos hijos, hacemos mercado, tenemos cuentas qué pagar? Y es que si la alcaldía me hubiese pedido a mi o a cualquiera de los ingenieros con los que trabajé que lo hicieramos ad- honorem, hubiesemos podido dedicarle algunas horas a esta revolución, pero un engaño tan cruel en donde se te ofrece un contrato por un monto que al final es incierto y nadie sabe nada de nada? Señores , esto es una locura!. Y lo que es peor dicha alcaldía es roja rojita.

Cambiando de tema, las autopistas. Creo que caos mayor no puede existir. Es increible la suciedad, huecos, defensas rotas, falta de alumbrado, postes cayendose y la locura de los conductores, sin que exista ninguna patrulla que los controle. ¿Por qué se les quitó el mantenimiento de las autopistas a las gobernaciones de los estados, si no eramos capaces de mantenerlas? Esto me da pena.

Y así un sin número de cosas que si me pongo a escribirlas no podré terminar. No podemos hacer revolución, sin poner luego un orden a las cosas. ¿O es que yo estoy equivocada y la revolución que ibamos a hacer era la del desorden y nada más? No señores, llegó el momento del orden. Llegó el momento del orden, porque si no es así la situación se nos va a escapar como el agua entre los dedos. Escojamos a los mejores, a las personas con más ética, con ganas de hacer bien las cosas,con la intención de vivir bien, no de ser ricos, sino de vivir bien.Y para vivir bien debe haber un orden, en nuestro sitio de trabajo , en nuestra casa, en nuestra comunidad. Somos como un engranaje, el movimiento de cada uno de nosotros debe encarjar perfectamente. Si hay alguna pieza que funcione mal, el sistema se detiene. Yo siento que muchas piezas están funcionando mal, muchísimas y están haciendo que esta revolución se detenga. Y mi pais no se puede detener, ya pasamos por la experiencia de estar casi tres meses detenidos, y esto no puede volver a suceder, nunca más.

mtconde69@hotmail.com

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