lunes, 1 de septiembre de 2008

Vivienda: concepción de una política pública responsable

Elsy Laucho Contreras

Un buen gobierno demanda no sólo a los gobernantes, sino al pueblo en general, su corresponsabilidad frente al ejercicio de la función pública. La definición de una política coherente en la materia de vivienda, supone la confección concertada de unos instrumentos, programas y proyectos que atiendan los siguientes puntos básicos: suelo urbano, servicios y equipamientos básicos, asistencia técnica, financiamiento y movilizaciones de recursos sociales y económicos oportunamente, participación intersectorial, facilitación de las licencias y permisos correspondientes. Todos éstos elementos no son sinónimo de multiplicar a nuestras ciudades al infinito, por mas suelo que tengan; pasa por redensificar el suelo existente, modificar los instrumentos de planificación territorial en aras de un mejor equilibrio, y contrarrestar las huellas ecológicas de cada ciudad, metrópolis o centro poblado de nuestro país. La puesta en marcha de estos mecanismos son mas acuciantes aún para los constructores populares y las constructoras populares, a quienes se les ha reconocido su aporte en diferentes leyes y decretos-leyes de la República. Estos sectores siguen teniendo severas dificultades para acceder a los componentes, elementos y sistemas constructivos, que les permitan acotar los plazos relacionados con la terminación de la casa de sus sueños y posibilidades. Sobre todo si estas gestiones pasan por la administración pública, tantas diligencias y trabas llegan a grados verdaderamente ofensivos... “venga Usted la semana que viene”, y “vuelva Usted la semana que viene”, “el funcionario Fulanito de Tal, no ha podido firmar los documentos”, “no se sabe cuándo van a bajar los recursos”, “Espere...”, “estamos en campaña, después de las elecciones...”, “Hay que estar pendiente, vuelva dentro de...” . La vivienda para los constructores populares no es un producto acabado, sino un proceso largo de esfuerzos sostenidos “que si las paredes hablaran”, seguramente darían fe de los pequeños y grandes sacrificios de las familias y en especial de las mujeres, por alojarse en un espacio digno, un lugar para el descanso, para el cobijo, para el adecuado desarrollo de las relaciones sociales y familiares, en otros casos para compartir también un trabajo remunerado. Este llamado es en especial a las escalas nacional y municipal, por sus competencias expresas en la materia; a los Consejos Comunales como nuevo sujeto de descentralización, conjuntamente con sus constructores y constructoras populares para seguir arrojando la creatividad, el esfuerzo, la constancia, la presión cuando sea necesaria y la esperanza. Éste tren de la historia no nos pasará dos veces, y tomarlo significa un compromiso y una responsabilidad con nuestra propia vida, y la de nuestros descendientes, con nuestro espacio vital y con el mismo planeta. Avanzamos. elsy.lauchocontreras@gmail.com

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