Gabriel Ramírez
Luego de 10 años de francos ataques en contra de la República Bolivariana de Venezuela, su pueblo y su presidente, Hugo Chávez Frías, Estados Unidos ha diseñado, por medio de una empresa de videojuegos, una nueva modalidad de ataque al proceso de cambios del Proyecto Simón Bolívar, el juego Mercenaries 2. Desarrollado por la Compañía Pandemics, Mercenaries 2 es un videojuego norteamericano en el que se invade a Venezuela por su petróleo, un juego violento en el que se muestra a la nación suramericana como un país devastado, dominado por un tirano. La gente de Pandemics estudios señaló antes del lanzamiento del juego (31 de agosto de 2008) que sería un “videojuego de mercenarios ambientado específicamente en una Venezuela donde un tirano hambriento de poder altera el suministro de petróleo, provocando una invasión que convierte al país en una zona de guerra”. Sin duda alguna, Mercenaries 2 es otra estrategia más, como el Plan Balboa por ejemplo, para crear una matriz de opinión en la que prevalezca el carácter de tirano del líder de la Revolución Bolivariana, así como también para entrar, por medio del inmenso poder de los videojuegos, en la mente de millones de jóvenes de todo el mundo. El portal web Rebelión publicó este martes una entrevista a Chuck Kaufman, norteamericano coordinador de la “Red Solidaria Venezolana” en Estados Unidos. “Kaufman es un buen conocedor de la comunidad latinoamericana en los Estados Unidos”, relata el principio de la entrevista, señalando además que es un antiguo integrante de la “Red nicaragüense”, actualmente perteneciente a la “Alianza para la Justicia Global”. Desde su lugar, Chuck Kaufman lucha por apoyar “a muchas agrupaciones de base” y por difundir la comunicación de los sectores que se oponen a la intervención de Estados Unidos en Venezuela. “Este juego glorifica el odio y la cultura mercenaria del chantaje entre otras, como el “derecho” de los Estados Unidos a intervenir militarmente en los países”, señala Kaufman, al tiempo que advierte que “ninguno debería comprar este juego. Especialmente, desde que se supo que la productora Pandemic Studios crea juegos para entrenamiento militar de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y el ejército estadounidense”. La primera parte de Mercenaries se desarrolló en Corea del Norte, un país del “eje del mal”. ¿Venezuela es una elección casual? Obviamente no. Estamos contentos con el resultado de nuestra campaña de presión a Bono, la estrella del rock irlandés y cantante del grupo U2. Era uno de los mayores inversores en Pandemics y vendió sus intereses en la compañía. Asimismo, logramos que los diseñadores cambiasen al ‘hombre malo’ del juego de una figura parecida a la de Chávez por la de un corrupto hombre de negocios. Un momento: Cameron Brown, director de Pandemics, dijo que esto es “sólo ficción. Las películas de James Bond también se desarrollan en sitios de este planeta”. ¿Por qué preocuparnos? Bond es un agente inglés posterior a la era del imperialismo británico. Estados Unidos tiene más mercenarios en Irak que soldados. El régimen de Bush hostiga a Venezuela y a Chávez con mucha claridad. Pandemics está asociada con la guerra. Esto es más que “ficción”. ¿Y las películas de guerra? La industria del videojuego dice que es perseguida, mientras que Hollywood sale ‘de rositas’. Existe una diferencia entre mirar a alguien que mata una persona y pulsar un gatillo tu mismo. Esos videojuegos se han vuelto realistas. De todos modos no es verdad que el cine no tenga problemas con la violencia gratuita. Hay un sistema de calificación para las películas. ¿Piensas jugar a Mercenaries 2? Lo dudo. Uso videojuegos casi cada tarde y probé el primero de Mercenaries, pero lo encontré incómodo, porque todo lo que haces es pegar tiros y las cosas explotan. A mi me gustan los juegos donde tengo que resolver problemas con más habilidades. Chuck, como ciudadano estadounidense ¿qué sientes con la actitud del país en la política exterior? Trabajo con la Red de Solidaridad de Venezuela por la paz. También tenemos comités de solidaridad con Centroamérica, activistas afroamericanos, grupos basados en la fe y círculos bolivarianos en Estados Unidos. Nuestra misión es oponernos y exponer la intervención en Venezuela y apoyar los avances del proceso bolivariano. Cuando ya se conocía del juego y justo antes de que el diputado Ismael García se declarara en contra del proceso bolivariano el mismo afirmó que “el gobierno norteamericano sabe cómo preparar campañas de terror psicológico de manera que las cosas sucedan posteriormente. Es una justificación de la agresión imperialista”. La última, ¿qué piensa usted de Hugo Chávez? Chávez es un importante líder mundial, pero no importa lo que yo piense, sino los venezolanos. Y estos lo eligieron con 63% de los votos. Luego de registrar diversos medios de Internet en los que se reseña el juego y la polémica que este levantó, diversos y múltiples han sido los comentarios que condenan la actitud de sus creadores. “Típica guerra mediática hecha a la americana para hacer ver al resto del mundo como los malos y ellos los buenos. Patético sinceramente...”, es uno de los comentarios registrados en el portal web Venelogia. “Me siento ofendido que en un jueguito bombardeen mi país y se queden tan tranquilos”, es otro de los comentarios plasmados en el portal web Tribuna Latina. “Por qué no se meten los juegos en donde les quepa, su imperio me tiene cansado”, otro comentario dejado en Tribuna Latina, en el artículo referente al juego. “Soy Argentino, y aunque Venezuela esté lejos, somos todos latinoamericanos y estos yankees nos tratan como a perros y Venezuela es uno de los pocos que hace las cosas bien”. Son sólo algunos de cientos de comentarios en repudio a dicho juego que incita a la violencia y muestra a Venezuela como un país en ruinas en el medio de un insalvable caos. Kaufman planteó la cuestión de que si se trata de sólo un juego, “¿por qué no eligen Dublin o Washington D.C. como escenarios? Pandemic simplemente capitalizó la imagen negativa y desacertada que la prensa de Estados Unidos cuenta sobre Venezuela y su líder, Chávez. Este juego no es más que otra pieza de propaganda antivenezolana y que sirve para el ejército norteamericano. Así de puro y simple”.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
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