Patrañas opositoras tienen en la mira al CNE

Jesús Hernández

Con patrocinio oligárquico, la oposición venezolana continúa una arremetida mediática en contra de la nación, y el Consejo Nacional Electoral (CNE) aparece nuevamente como un objetivo estratégico para este sector político en su empeño por generar caos en el país antes de las elecciones regionales del 23 de noviembre. No sorprende que la misma cúpula opositora, la cual propició la muerte de venezolanos en los sucesos de abril de 2002 y haber generado pérdidas millonarias a la nación durante el paro petrolero, pretenda escribir otra página de odio en Venezuela sin importar las consecuencias que deriven de semejante ensañamiento en contra de la población venezolana. Basta con leer el diario privado El Universal para comprender que lo antes dicho dista de ser una conjetura; en la edición del domingo 7 de septiembre, en el cuerpo 1 éste medio, sin consideraciones éticas y morales expone a las instituciones venezolanas al escarnio público vinculándolos con hechos ilícitos. Ojear el referido diario es pasearse por un país sin esperanza, ése que el Gobierno Nacional, liderado por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, heredó de la IV República, cuando la población (más de 70%) fue catapultada por la oligarquía y la clase política imperante a la miseria y los entes gubernamentales se convirtieron en madrigueras para los corruptos. Critican en ese diario, constantemente, las 26 leyes habilitantes, al igual que lo hicieron antes de perpetrar el golpe de Estado en 2002, para vender la idea que muy pocos compran de que en Venezuela no hay democracia. Debe comprender la oposición la diferencia, entre 2002 y 2008, y es que la población y las instituciones venezolanas maduraron en su conjunto, no son las mismas que fueron sorprendidas por el imperio y sus acólitos en el país con un plan que incluía asesinatos para crear la matriz de opinión de que Chávez era un criminal. La ciudadanía opositora se divorció de su dirigencia desde que fue abandonada el 11 de abril y quedó expuesta a la concreción del nefasto plan. Allí estaban los muertos que se necesitaban para sacar a Chávez de la presidencia. Por su parte, la población afecta al Gobierno Nacional ha tenido la posibilidad mediante las misiones de incorporarse a la vida productiva, negada en la IV República. Sin embargo, esta realidad conocida muy bien en los laboratorios mediáticos no aleja a la oposición en su afán por perturbar a la población, en todo caso, de ser necesario, abandonaría al igual que lo hizo en 2002 a sus seguidores. La oposición venezolana conocedora del carácter estructural de los problemas que enfrenta Venezuela se vale de esa situación para manipular sobre la supuesta ineficacia del Gobierno. A ellos les tomó cuarenta años destruir un país, y ahora, de manera descarada, intentan impedir la reconstrucción de Venezuela. Elecciones Regionales 2008 La poca imagen que tenía la oposición se desgastó desde que firmaron el “acuerdo unitario” el pasado 23 de enero, con el objetivo de elegir mediante sondeos de opinión los lideres que los representarían en el evento comicial. Corrupción, presencia de cogollos y peleas internas demostraron en ese tortuoso camino, que iniciaron 17 organizaciones opositoras hace siete meses, de qué está hecha la oposición. Ante la grave situación opositora, sin respaldo popular, dividida y corrupta los laboratorios oligárquicos, ante la falta de méritos propios, los opositores continuarán, con el apoyo mediático, atacando por todos los flancos al Gobierno Nacional. A pesar del prestigio internacional del máximo órgano electoral venezolano, el CNE está bajo el escrutinio opositor. Bueno es recordar que todos los procesos electorales celebrados en el país, organizados por el CNE, como las elecciones presidenciales de 2006, han sido avalados por cientos de observadores internacionales. Pero una vez más esto no será obstáculo para la oposición y de ahora en adelante el ente comicial, al igual que todo lo que pueda ser desacreditado, será utilizado por la dirigencia opositora para ocultar sus debilidades e intentar crecer sobre su propio estiércol.