sábado, 29 de diciembre de 2012

Inocentes.

ROBERTO MALAVER


Es 28 de diciembre y el Centro Comercial San Ignacio muestra desolación. Desde el cafetín de siempre, donde converso con Cinthya Machado Zuloaga, se pueden ver pocas personas con caras de resaca y pocas con caras de feliz Navidad y próspero año nuevo 2013.
El mesonero se acerca con mi café negro y –en vista de que no hay nadie en el cafetín– me pide si puede sentarse a conversar conmigo. Toma asiento y pregunta por “la mujer más linda del mundo, que cuando esa mujer no está aquí, amigo, hay luto activo en todo el centro comercial”. Le digo que se fue a recibir el año nuevo en los Alpes suizos, y el hombre sonríe. “Esa mujer si se la goza bien, amigo, y ¿dónde quedará ese lugar? Esa debe ser una vaina bien lujosa, con venaditos y nieve y pajaritos que cantan y seguro que se llevaron un mesonero personal de la casa para que la atienda allá”.

La poca gente que camina por el Centro San Ignacio va como pidiendo perdón por haber comido demasiado. Las tiendas están abiertas pero no hay clientes. Y el mesonero sigue diciendo: “Esa pava también se nota que es muy inteligente, sabe de política y se burla de sus amigotes de la oposición porque por lo visto se han vivido todos a su familia”. Le digo que parece que escucha muy bien nuestras conversaciones y el hombre sonríe y sigue diciendo: “Le puedo confesar una vaina, amigo, hoy, día de los inocentes, debo decirle que los únicos inocentes aquí somos nosotros, o mejor dicho, los pendejos, porque hasta la gente de la oposición se da la gran vida y siguen diciendo que todo es culpaechávez”.

Le cuento que Cinthya vuelve el 3 de enero de 2013 de los Alpes suizos. Le digo que seguramente le trae un regalo. Y el hombre sonríe y me dice que: “usted me va a dejar que le pregunte cómo es ese lugar, porque seguro que allá vive San Nicolás y hay arbolitos de Navidad todo el año y muñecos de nieve, y ojalá venga con unas postales o unas fotos para ver cómo es la cosa por allá”. Desde la barra lo llaman y el hombre –Antonio, me dijo que se llamaba– sale rápido al llamado.

A lo mejor es verdad lo que dice Antonio, aquí los únicos inocentes, o mejor dicho, pendejos, que es otra categoría, somos nosotros, los que desde este lado vemos la Navidad y el nuevo año como una buena costumbre que pasa una vez al año.

robertomalaver@cantv.net

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