ASALIA VENEGAS S.
Ya por concluir, el año 2012 dejó grandes enseñanzas. Los eventos del 7 de octubre y del 16 de diciembre quitaron el aliento a más de uno.
Argumentos de la oposición que se creían irrebatibles, se desmoronaron. Como castillos de naipes, su caída ha arrastrado a los análisis, serios o superfluos. Una retórica enceguecida por la disociación, no permite ver más allá de los límites que se trazan sus expositores: el contendor es débil, no tiene apoyo, es derrotable.
El 7 de octubre la MUD presentó tres cartas con HCR: la juventud, la experiencia, la renovación. Se caían por su propio peso. Chávez, desde los 90, recorre la patria, junto a campesinos, obreros y estudiantes; cara a cara. 14 años de gobierno son un hándicap difícil de vencer y con los logros en educación, salud y vivienda, subir la cuesta es más difícil. ¿Renovar qué? Los MCS crearon la matriz del cansancio y de que el país quería un cambio. Un discurso dirigido a los alienados por ellos.
Hay un axioma en política que señala que los triunfos globales arrastran el éxito para comicios regionales o locales. La oposición se burlaba de esto. Los MCS trastocaron las cifras del 7 de octubre, haciendo creer a sus seguidores que HCR había sido el triunfador y poniendo en duda la actuación del CNE. Bajo sofismas, voceros de la MUD pusieron en tela de juicio el demoledor triunfo del presidente Chávez.
El 16 de diciembre el Psuv debió superar varios escollos, el principal, la recaída del Presidente. La oposición hizo una fiesta, ahora sí, jaque al Rey. Sin Chávez no son nada: P. Pérez, HCR, El Gato, Salas F., Pérez V., amén del lanzamiento de aliados del Polo Patriótico, hacían ver algún triunfo para la MUD. Obstáculo para ambos contendores: la abstención. Los MCS reiteran en la victoria para los candidatos del neopuntofijismo (AD, Copei y sus aliados).
La presencia inmanente de Chávez en el imaginario colectivo, la internalización en el pueblo de la fuerza de su liderazgo. Hombres, mujeres, niños, ancianos, trabajadores. Ciudades, barrios, pueblos enteros, con su fervor, marcados por el elán vital de esa fuerza, de su líder. La franqueza, la sinceridad de un amigo, de un compañero de luchas, sin pose alguna. Chávez está aquí. Es un fenómeno histórico. El que no lo vea así, yerra. Muchos disvarían. No comprenden.
Periodista/Prof. Universitaria
El 7 de octubre la MUD presentó tres cartas con HCR: la juventud, la experiencia, la renovación. Se caían por su propio peso. Chávez, desde los 90, recorre la patria, junto a campesinos, obreros y estudiantes; cara a cara. 14 años de gobierno son un hándicap difícil de vencer y con los logros en educación, salud y vivienda, subir la cuesta es más difícil. ¿Renovar qué? Los MCS crearon la matriz del cansancio y de que el país quería un cambio. Un discurso dirigido a los alienados por ellos.
Hay un axioma en política que señala que los triunfos globales arrastran el éxito para comicios regionales o locales. La oposición se burlaba de esto. Los MCS trastocaron las cifras del 7 de octubre, haciendo creer a sus seguidores que HCR había sido el triunfador y poniendo en duda la actuación del CNE. Bajo sofismas, voceros de la MUD pusieron en tela de juicio el demoledor triunfo del presidente Chávez.
El 16 de diciembre el Psuv debió superar varios escollos, el principal, la recaída del Presidente. La oposición hizo una fiesta, ahora sí, jaque al Rey. Sin Chávez no son nada: P. Pérez, HCR, El Gato, Salas F., Pérez V., amén del lanzamiento de aliados del Polo Patriótico, hacían ver algún triunfo para la MUD. Obstáculo para ambos contendores: la abstención. Los MCS reiteran en la victoria para los candidatos del neopuntofijismo (AD, Copei y sus aliados).
La presencia inmanente de Chávez en el imaginario colectivo, la internalización en el pueblo de la fuerza de su liderazgo. Hombres, mujeres, niños, ancianos, trabajadores. Ciudades, barrios, pueblos enteros, con su fervor, marcados por el elán vital de esa fuerza, de su líder. La franqueza, la sinceridad de un amigo, de un compañero de luchas, sin pose alguna. Chávez está aquí. Es un fenómeno histórico. El que no lo vea así, yerra. Muchos disvarían. No comprenden.
Periodista/Prof. Universitaria
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