La Violencia sindical.

Antonio García Romero 

Aquí hay que dejar el cinismo y la irresponsabilidad, tenemos que asumir que un problema que se inicio y continua en el sector de la Construcción, donde la mayoría de los sindicatos viven enfrentado por el control de las obras y de los portones para así disponer las ventas de los empleos; la mayoría de la dirigencia Sindical, si se pueden llamar tienen bandas armadas y guardaespaldas y sueldos en cinco o más contratas. Ahora la violencia fue trasladada directamente a los portones de las empresas básicas para agredir a sus trabajadores, presidentes, gerentes y la dirigencia sindical de las mismas. En el estado Bolívar existen bandas armadas y se identifican con el proceso revolucionario, lo hacen para lograr apoyo de funcionarios de gobierno sin escrúpulos ni respeto hacia el pueblo. Esta violencia en Guayana toma matices extremos en el año 2004, cuando en un enfrentamiento mueren dos trabajadores de la construcción en el portón de ALCASA. En ese año se desata el crimen y hasta el día de hoy no se ha podido detener. A partir de ese momento se desata la anarquía, el desorden y la impunidad. Ningún organismo del Estado venezolano asume la investigación y la búsqueda de la justicia para poner fin a este espiral de violencia. Mas el libertinaje y la protección de los violentos hacen que esto se convierta en una práctica, tomado por los ciudadanos como normal; “Que se maten los sindicalistas y trabajadores de la construcción”. Lo que actualmente existe es una mafia sindical que tiene protección de funcionarios e instituciones del Estado.
No es una contradicción decir que en este momento los grupos violentos han disminuidos, porque la mayoría de la dirigencia sindical ha entendido que el mejor camino es el dialogo, pero también se han tranquilizado por haber un grupo llamado la Muralla Roja que tiene más armamentos, es más violento y cuenta con apoyo y terminan por imponer su ley. Tienen el apoyo de la gobernación y del célebre y triste grupo FBT. Esto no quiere decir que ha cesado la violencia sindical, hay otros métodos, empleo del sicariato, ahora asesinan a los sindicalistas en sus casas o sitios de habitación.
En los últimos tres meses la violencia sindical se ha trasladado nuevamente a los portones de las empresas básicas:
El mes pasado, Ramón Castillo, trabajador de la Comisión de transporte del Sindicato Único de Trabajadores Siderúrgicos y Similares (SUTISS) fue golpeado gravemente en el portón de SIDOR por oponerse a las políticas del presidente del sindicato.
En el mismo mes de mayo, dirigentes sindicales tomaron y cerraron los portones de CVG VENALUM, impidiendo la entrada del presidente de la empresa y después este se abrió paso a misma con elementos extraños armados y que no pertenecen a la institución.
El 18 de mayo fue herido por arma de fuego y golpeado José Luis Morocoima, secretario general de SINTRABAUXILUM, cuando realizaban una asamblea d protesta en el portón de la empresa, se señala como agresor al grupo denominado La Muralla Roja.

21 de mayo. Heridos 8 trabajadores de CVG BAUXILUM que protestaban, los agresores trataron de suspender el paro que mantenían los trabajadores en el portón de la Empresa.

31 de mayo. Golpeado Elio Sayago, presidente de la empresa ALCASA por sujeto integrante del FBT, al intentar ingresar a la planta tomada por la dirigencia del Movimiento 21.
9 de junio. Un muerto y dos heridos en el portón de la empresa CVG-FERROMINERA ORINOCO, cuando se realizaba asamblea para elegir la Comisión Electoral del Sindicato.
En todos estos hechos de violencia matemáticamente hay un denominador común FBT y Movimiento 21, que toma diferentes numeraciones en las diferentes empresas básicas.
Estos enfrentamientos entre trabajadores y la utilización de bandas armadas para dirimir los asuntos sindicales debe llamar a la reflexión y preocupar al gobierno revolucionario del presidente Chávez, hay que imponer la paz laboral a través del dialogo y el entendimiento, pero el gobierno tiene que actuar con mano dura, con la mano de la Ley. No puede ser que se apoyen estos hechos y que el llamado a la investigación y el esclarecimiento de los sucesos sea un simple saludo a la bandera. El gobierno tiene que garantizar el Estado de Derecho y los diferentes órganos de poder del Estado, cada uno de ellos debe asumir las funciones de estado y son los garantes de los derechos fundamentales. En Guayana han ocurrido más de cien asesinados por motivos sindicales. Es hora de hacer justicia y que el Estado someta a los grupos armados. ¿Por que existe armas de fuego entre los dirigentes sindicales? Son Legales. ¿Por qué se permite el paso de hombres armados a las empresas básicas?
Los organismos del Estado no están actuando sobre esta tragedia que viven los trabajadores de Guayana, mas la ignora al estar involucrados supuestos dirigentes revolucionario (ADECOS; COPEYANOS Y CAUSA R) mimetizado en el proceso, estos pseudos dirigentes son infiltrados y trabajan al estilo de los mercenarios. La Defensoría del Pueblo y la Fiscalía General de la Republica que tienen que ver con la problemática, omiten los hechos. Las Federaciones y Sindicatos de trabajadores no hacen nada. Si el gobierno nacional no actúa ante la gravedad de los hechos y traza una política para controlar y erradicar la violencia, esto puede diversificar y tornarse más dramática, esta situación ha enlutado a decenas de familiares venezolanos.
Llego el momento de ponerle fin a la impunidad y la ausencia de investigaciones sobre los casos de crímenes por la violencia intrasindical. El Gobierno nacional debe poner coto a la situación y revisar la situación sindical en Guayana, porque entre los grupos violentos, la corrupción y el plan desestabilizador que está en pleno desarrollo en el estado Bolívar con la participación de la derecha endógena y con la derecha golpista que pretende imponer su agenda y hacer que el pueblo trabajador venezolano pierda la fe y la esperanza en el proceso revolucionario que lideriza el presidente Chávez o activar el plan con el mismo esquema de abril del 2002.

antoniogarciaromero2010@hotmail.com