sábado, 11 de junio de 2011

GANA PERÚ, ¿GANA EL NEOLIBERALISMO?


La Bolsa de Valores del Perú cayó el pasado 6 de junio, justo al día siguiente que el candidato Ollanta Humala ganara las elecciones de su país, cumpliéndose así las predicciones de los “sesudos” analistas financieros, quienes en un intento de evitar que el aspirante nacionalista ganara los comicios presidenciales, tomaron esto como bandera para así aterrorizar a los electores y lograr que su contrincante Keiko Fujimori ganara las elecciones. Ese pueblo al igual que el nuestro en 1998 no se comió el cuento.

Tenemos por ejemplo que el recién electo presidente Humala se reunió con miembros de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), Fedecámaras peruana, que agrupa a los mayores gremios privados del país y los invitó a participar en el desarrollo del país, en la construcción de carreteras, telecomunicaciones, banca y minería, entre otros, además de considerar “conveniente corregir una serie de imperfecciones en la política económica y que no permiten que el crecimiento beneficie a todos los sectores, principalmente los más pobres”.

Pero ¿cómo se explica que un país como el Perú tenga un crecimiento anual de su Producto Interno Bruto (PIB) del 7% en los últimos años?, muy simple; como toda política neoliberal favorece al capital por encima del hombre y de esta manera adaptan su marco jurídico a promover paraísos para los inversionistas, sin importar si estas leyes van en detrimento de la clase trabajadora.

Definición de neoliberalismo: es un neologismo que hace referencia a una política económica con énfasis tecnocrático y macroeconómico que pretende reducir al mínimo la intervención estatal en materia económica y social, defendiendo el libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio institucional y el crecimiento económico de un país, salvo ante la presencia de los denominados fallos del mercado.

En el lenguaje coloquial -o en criollo- esto se traduce en el despido de gran cantidad de funcionarios públicos para reducir el Estado, la precarización del trabajo a través de la tercerización -y que en nuestro país estamos eliminando progresivamente-, la cual le da jugosas ganancias a los empresarios porque le elimina al empleado todo lo relativo a su seguridad social, la privatización de sus empresas básicas, con lo cual los países quedan a merced de los capitalistas, ya que expolian todos sus recursos naturales, llevándoselo a sus naciones de origen, incentivando su desarrollo y dejando un gran pasivo ambiental y ocupacional en el país de origen, y por si fuera poco, luego te envían todos los productos terminados, derivados de la materia prima que se llevaron con sobreprecios de hasta 2.000%, así los países donde se aplican estas medidas sus economías se convierten en lo que se llama “economía de puertos”, es decir exportamos toda nuestra materia prima e importamos todos sus derivados, otra versión de lo que en la colonia se llamaba “cambiar perlas por espejitos”.

También -en el neoliberalismo- crean un marco jurídico atractivo para el capital como lo es la eliminación del pago de impuestos por regalías, como pasó en Venezuela cuando la apertura petrolera -II gobierno de Caldera- en la Faja Petrolífera del Orinoco, las regalías llegaban al 1% de las ganancias y con la nueva Ley de Hidrocarburos del 2001 se llevó a 33%, además de conservar la mayoría accionaria -51% de las acciones- en las diferentes asociaciones estratégicas que existen con más de 30 países.

Otra “atracción” que el neoliberalismo le da a la inversión extranjera es la reducción de sus impuestos a las ganancias brutas (ISLR), además para que lo poco que queda de Estado sobreviva debe aumentar los impuestos -IVA, ISLR e IDB- a sus propios nacionales y de esa manera el más perjudicado por el empobrecimiento al que es sometido es la clase trabajadora y no podemos dejar de mencionar que el “inversionista” repatria todo su capital sin dejar un dólar siquiera para compensar el desastre social que se genera, sin dejar de mencionar que se privatiza la educación, la salud, los servicios públicos, etc.

Toda esta receta neoliberal fue implementada en Latinoamérica en los años 80 y 90 y derivaron el 27 de febrero de 1989 en nuestro país. En Europa las están aplicando ahora y lo propio ocurre en Grecia, España y Portugal.

De esta manera vemos cómo un país como el Perú crece con su PIB, pero con esto también la pobreza de su pueblo.

(*) Economista, presidenta de la Comisión de Política Interior del Consejo Legislativo del Estado Bolívar (CLEB).

morefelizzola@gmail.com

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