Elena Duque
Las mujeres españolas y europeas acceden en menos ocasiones y por tiempos más cortos a Internet y casi siempre lo hacen como usuarias y no como profesionales. Además, no parecen muy interesadas en el uso de Internet a través de la telefonía móvil, nueva brecha digital y una de las más marcadas.
El Ministerio de Igualdad ha acogido esta mañana unas jornadas para analizar el papel de las mujeres en las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) bajo el título “Una Realidad en Pleno Cambio”.
El acto ha sido inaugurado por la directora del Instituto de la Mujer, Laura Seara, quien ha destacado que las mujeres españolas, pero también las mujeres de los demás países europeos, se mantienen como viene siendo lo habitual en un segundo plano en el uso y conocimiento de la tecnología e Internet.
“Las europeas están diez puntos por debajo que los hombres en el acceso a las nuevas tecnologías”, ha destacado de esa primera brecha digital, determinada por la precariedad laboral a la que se somete a las mujeres. Peores empleos, sumado a la doble jornada laboral que han de continuar en el hogar, hace que las mujeres no puedan disponer del mismo tiempo libre que los hombres para interesarse en esta materia.
La segunda brecha, la capacitación de las mujeres en el uso de dichas tecnologías, preocupa seriamente por la pérdida de interés de las jóvenes a la hora de elegir una profesión. A pesar de que el 60% de las personas matriculadas en las universidades españolas son mujeres, sólo son el 25% en Ingeniería de Telecomunicaciones y el 16% en Informática.
“La participación en las TIC es una herramienta imprescindible para el cambio social”, ha destacado Seara, “porque la red transmite opiniones, conforma conciencias y por tanto cambia mentalidades”.
Cecilia Castaño, catedrática de Economía Aplicada de la UCM y directora del Observatorio e-Igualdad, ha coincidido con la directora del Instituto de la Mujer en que “la innovación es la principal fuerza de cambio social, y además confiere poder sobre el fututo”.
Para la catedrática, “si lo que buscamos es talento y diversidad, no debería haber una diferencia de género”. Ha explicado que la UE toma conciencia de que, mientras entre adolescentes no existe una brecha tecnológica de género, ésta aparece con la edad y se va reforzando a lo largo de la vida de la mujer.
Según ella, la tendencia en el desuso de las nuevas tecnologías se incrementa con la intensidad y complejidad de uso de las TIC, llegando las mujeres a prácticamente no hacer uso de Internet a través de la telefonía móvil.
Esta tercera brecha, la más reciente, ha sido discutida por Eva Fabry, directora del European Center for Women and Technology. “Vivimos en la sociedad de consumo, todos nos movemos detrás del consumo”, ha explicado para justificar el auge social en torno a los últimos descubrimientos, y a continuación ha diferenciado el papel femenino en esta nueva sociedad. “Las mujeres sólo usan las nuevas tecnologías cuando comprueban su utilidad”.
A pesar de las diferencias entre hombres y mujeres, Fabry ha destacado que España se coloca a la cabeza en cuanto a la participación de las mujeres en la creación e innovación tecnológica.
Además, según los estudios del organismo que dirige, las compañías que cuentan con mujeres en puestos de decisión obtienen más beneficios en Europa y en EEUU.
Asimismo ha rescatado la importancia de las personas usuarias de Internet y nuevas tecnologías en este proceso creativo, ejemplificándolo con el recurso que de ellas se hace por grandes marcas como Ericsson, que organiza encuentros para conocer los intereses y las ideas de las y los clientes.
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