Ángela Castellanos Aranguren
La sífilis es una enfermedad cuya cura se conoce desde principios del siglo XX, pero debido a la falta de conciencia de las gestantes sobre la importancia del control prenatal y al machismo de sus compañeros sexuales, aún es causa de muertes en este país.
"Los hombres no son conscientes de que la sífilis de la futura madre de un hijo suyo es también su problema", afirmó a esta corresponsal el ginecólogo y obstetra Héctor González, asesor de la Secretaría de Salud del Distrito de Bogotá, la autoridad sanitaria de la capital colombiana.
Así, "resulta frecuente que los compañeros de las gestantes con sífilis se nieguen a que les practiquen la prueba y a seguir el tratamiento porque dicen que no sienten nada; simplemente por no presentar síntomas", explica el especialista.
Como consecuencia, en muchas ocasiones el hombre vuelve a infectar a la mujer gestante después de que esta ha seguido el tratamiento contra la sífilis. "No es posible que muera un bebé más de sífilis", advirtió González.
En 2009, la tasa de sífilis congénita —es decir de bebés con sífilis— registró 2,0 por cada 1.000 nacidos vivos, y de sífilis gestacional —o sea mujeres gestantes con la enfermedad— ascendió a 3,4 por cada 1.000 nacidos vivos.
"Los hombres no son conscientes de que la sífilis de la futura madre de un hijo suyo es también su problema", afirmó a esta corresponsal el ginecólogo y obstetra Héctor González, asesor de la Secretaría de Salud del Distrito de Bogotá, la autoridad sanitaria de la capital colombiana.
Así, "resulta frecuente que los compañeros de las gestantes con sífilis se nieguen a que les practiquen la prueba y a seguir el tratamiento porque dicen que no sienten nada; simplemente por no presentar síntomas", explica el especialista.
Como consecuencia, en muchas ocasiones el hombre vuelve a infectar a la mujer gestante después de que esta ha seguido el tratamiento contra la sífilis. "No es posible que muera un bebé más de sífilis", advirtió González.
En 2009, la tasa de sífilis congénita —es decir de bebés con sífilis— registró 2,0 por cada 1.000 nacidos vivos, y de sífilis gestacional —o sea mujeres gestantes con la enfermedad— ascendió a 3,4 por cada 1.000 nacidos vivos.
En cuanto a las gestantes con la enfermedad que no están cubiertas por la seguridad social —población que es responsabilidad directa de la Secretaría de Salud—, hay una tendencia a la baja. De hecho, en 2007 se registraron 53 casos mientras que en 2009 llegaron a 40.
La Secretaría de Salud de Bogotá creó en 2004 un grupo de choque llamado Bogotá sin Sífilis, conformado por profesionales de la salud que están cerrándole el paso a esta enfermedad mediante la detección oportuna, la notificación eficaz, la aplicación correcta de los protocolos, el acceso oportuno al tratamiento, y el mejoramiento de la calidad de atención.
"Todas las intervenciones de diagnóstico y tratamiento de la sífilis congénita son costo efectivas, para toda la morbilidad asociada", agregó Clemencia Téllez, integrante de Bogotá sin Sífilis; es decir, que el costo de las pruebas de laboratorio y las ampolletas de penicilina del tratamiento es muy bajo, y su eficacia es muy alta.
Las pruebas consisten en una inicial, luego una confirmatoria y, durante el embarazo, una cada trimestre. Estos exámenes —tipo serologías o tamizajes—, así como el tratamiento contra la sífilis, están incluidos en el plan obligatorio de salud del sistema sanitario colombiano, y también se brindan de manera gratuita a todas las mujeres que no están cubiertas por dicho sistema.
Adicionalmente, el tratamiento también se imparte gratuitamente a los compañeros sexuales de la mujer con sífilis.
"Como médico, cito a la gestante y a su compañero, les explico el tratamiento que ella debe seguir y al hombre le recomiendo que debe ser fiel a su mujer para evitar reinfectarla, pero no siempre lo hace. Esa cultura machista es una barrera. Hemos hecho intervención con trabajo social, con psicología, con visita domiciliaria a esos hombres, sin resultado", agrega León, con vehemencia.
El contagio de la madre al bebé se puede producir o no durante el embarazo o en el parto, y eventualmente en la lactancia sólo cuando hay laceraciones del pezón, pero no a través de la leche materna.
La pobreza: caldo de cultivo
Entre las bogotanas, las más vulnerables a adquirir la sífilis son aquellas que viven en condiciones socioeconómicas muy bajas, entre las que sobresalen las que viven en la calle y la población desplazada por el conflicto armado interno.
Respecto a los nacidos con sífilis la tendencia es también a la baja entre la misma población. La meta colombiana, planteada en concordancia con los Objetivos del Milenio, es bajar la tasa a 0,5 por 1.000 nacidos vivos, pero el grupo Bogotá sin Sífilis apuesta a eliminar los casos de sífilis congénita.
Para lograrlo, se está reforzando la prevención, la detección temprana y el tratamiento oportuno. El grupo de choque aconseja que las mujeres se hagan la prueba antes de concebir y también durante el embarazo para que en caso de que adquieran la sífilis durante la gestación sean atendidas oportunamente, evitando que nazca un bebé con la enfermedad.
"Los derechos sexuales y reproductivos son individuales; por lo tanto, no se exige que las mujeres se hagan la prueba como condición para quedar embarazadas. Se debe respetar la autonomía de ellas sobre su decisión de cuándo embarazarse", aclaró el gineco-obstetra León.
Desinformación e información sesgada
La Secretaría de Salud tiene contratado un paquete de promoción y prevención con todos los hospitales de primer y segundo nivel de la capital colombiana. No obstante, la sífilis congénita sigue siendo una enfermedad muy poco conocida, al punto que puede asegurarse que se sabe de ella sólo cuando una gestante va a control prenatal.
"Otro problema es la falta de conciencia de las mujeres sobre la importancia del control prenatal desde el inicio del embarazo", afirmó el ginecólogo y obstetra Héctor González, integrante de Bogotá sin Sífilis.
A través de talleres con el personal administrativo y asistencial de los centros hospitalarios de Bogotá, el grupo de choque buscó identificar fallas para la detección temprana y el tratamiento oportuno.
Las más evidentes son las débiles estrategias de comunicación, tanto masiva como individual. Además, la información va dirigida sólo a la mujer, como si por tratarse de la sífilis congénita se olvidase de que se trata de una enfermedad de transmisión sexual y que, por tanto, los hombres también son responsables de que bebés y futuros nacidos hereden ese mal o sus consecuencias.
En cuanto a la demanda inducida, Bogotá sin Sífilis comprobó que hay deficiente promoción del servicio de diagnóstico y tratamiento de sífilis congénita. Esto se debe, según concluyó este grupo, a que el asegurador (empresas proveedora de salud a la que se afilian los colombianos), que es el garante de la provisión de la salud, delega la demanda inducida en los hospitales; es decir, subcontrata los servicios de promoción y de prevención, así como los de toma de pruebas.
"El sistema de salud debe tener una actitud más propositiva y proactiva para ofertar el servicio", puntualizó el doctor León.
Lucha contra el tiempo para salvar vidas
También detectaron que hay debilidad en el sistema de información nacional.
"Es excelente para la vigilancia epidemiológica, pero no permite la intervención oportuna respecto a la sífilis congénita, dado que es el médico quien reporta los casos al sistema y no el laboratorio bacteriológico. Se pierden varios días entre que se conoce el resultado de la prueba y el momento en que se reporta", explicó León.
Cada día que pasa implica el avance de la sífilis y el aumento de probabilidades de que el feto se contagie. Una mujer gestante con sífilis puede recibir tratamiento y tener a un bebé sano. Pero ello depende de la oportunidad en el inicio del tratamiento. Así mismo, en caso de contagio congénito, la mujer y su futuro bebé pueden ser tratados y curados antes de dar a luz, siempre que la enfermedad no esté muy avanzada. De ahí la importancia del diagnóstico oportuno.
"Pensamos que los laboratorios pueden ser apoyos para la captación rápida de los casos y, una vez que se conozca el resultado, el médico pueda notificarlo inmediatamente y hacer el diagnóstico", afirmó la doctora Blanca Lilia Méndez, integrante de Bogotá sin Sífilis.
"Cuando se detecta un caso, el médico notifica y se configura 'evento de eliminación'; quiere decir que hay que eliminar el factor de riesgo y tenemos 48 horas —por protocolo internacional— para hacer la investigación que nos conduzca a la persona. Ésta la hace un equipo multidisciplinario de epidemiología, a fin de que se pueda brindar tratamiento oportuno y frenar la cadena de transmisión", esclareció la doctora Méndez.
Adicionalmente, el grupo de choque identificó barreras administrativas, tales como exigencias de autorizaciones por parte del hospital a la empresa aseguradora para acceder al tratamiento, lo cual retarda su inicio.
Para superar estas barreras, Bogotá sin Sífilis ha estado realizando jornadas de capacitación dirigidas al personal asistencial y administrativo de los diferentes actores del sistema de salud; al tiempo que hace seguimiento a las pacientes mediante visitas domiciliarias para confirmar que se está aplicando el tratamiento.
Para asegurar la erradicación de la sífilis congénita hay que eliminar las demoras en la atención. Por ello, el grupo busca las causas de los retrasos en cualquiera de sus fases y entrega un reporte a la entidad pertinente, la cual debe elaborar un plan de mejoramiento.
Además de cooperar en la formulación de dicho plan, el grupo hace un seguimiento para comprobar que esté poniéndose en marcha y se haga realidad el precepto de "Sífilis detectada, sífilis tratada, sífilis eliminada".
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