sábado, 10 de abril de 2010

INTRINGULIS CATÓLICOS.


*Eileen Padrón.

Semana Santa, cada año la fe y la devoción para la mayoría de los religiosos se desborda, obispos, cardenales, sacerdotes, seminaristas, se entrelazan con los creyentes y derraman su sabiduría teológica para profundizar la fe cristiana. En la teoría, debería ser una semana para reflexión y el arrepentimiento pero, producto del desprestigio por los escándalos clérigos, la intromisión en asuntos políticos y la defensa a ultranza de los sectores mas reaccionarios del país en contra de un gobierno progresista, la iglesia católica ha perdido mucha de su feligresía empujándola hacia otras religiones o creencias foráneas que distan mucho de lo que es la fe cristiana. Los jerarcas eclesiásticos han ocultado por años, toda clase de corrupción y desviaciones sexuales como: homosexualismo, violaciones y pederastia, siendo esta última lo mas aberrante que ha sucedido dentro de su personal religioso. Es inaudito que callen los escándalos de sacerdotes pederastas a nivel mundial, son miles los casos en casi todos los países donde abunda el catolicismo y solo se castiguen a pocos. El Papa Benedicto XVI reconoce los hechos pero pocos son los castigados y Juan Pablo II lo supo y nunca actuó como se esperaba. En Venezuela se sabe de estos escándalos, hay centenas de casos denunciados en escuelas y recintos religiosos y los jerarcas solo se pronuncian y toman medidas menores. Ellos que tanto defienden los derechos humanos de dizque “presos políticos”, dueños de medios privados y pseudo- estudiantes derechistas ¿Qué pasa con los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes víctimas de los abusos sexuales de sus educadores y orientadores religiosos? ¿Quién se responsabiliza por los daños psicológicos ocasionados? ¿Por qué los medios privados no le hacen seguimientos exhaustivos a estas denuncias así como lo hicieron con las denuncias contra el gobierno? Simplemente porque hay convenios de no agresión entre los sectores contrarrevolucionarios y la jerarquía eclesiástica no escapa a ello. Como no suelo ir a misa y menos en Semana Santa ya que converso de “tu a tu” con Jesús, sin intermediarios, no pude saber si este año, en las diferentes homilías de la semana mayor, Monseñor Urosa Sabino o cualquiera de sus fieles súbditos, se hayan puesto menos intensos que los últimos años y en sus sermones hayan hablado de este problema tan sucio y que les compete totalmente. Los casos del Padre Alberto y su romance y el del Presidente Lugo de Paraguay “ex-sacerdote”, como dieron la cara y reconocieron “su falta” no pudieron descocerlos. Espero que los disociados de oposición con los actos lascivos y cochambrosos de los curitas pederastas, se pronuncien exigiendo justicia y no terminen echándole la culpa al Jefe de ésto también…

eilpadron@yahoo.com

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