María Alejandra Díaz
La renta petrolera, producto de un acto soberano político/jurídico -Ley
Bolívar de 1829-, nos hace propietarios de los recursos naturales
yacentes en y bajo el suelo, y de su explotación. Históricamente ha
alimentado la burguesía parasitaria y el saqueo programado de las
riquezas de todos los venezolanos.
El petróleo venezolano es un don, su renta impulsó el “milagro”
económico durante el período de Chávez. La tesis de que debe ser libre
para los Trusts y consumidores internacionales, agenda liberal de PDVSA,
es una antítesis de lo logrado por el nacionalismo petrolero: creación
de la OPEP y plena soberanía petrolera.
Satanizar la renta y conformarnos con impuestos y regalías es tirar por
la borda más de cien años de cultura petrolera y miles de puestos de
trabajo. Es una estupidez renunciar a enormes ingresos y a los más altos
volúmenes certificados del planeta, listos para extraer, con
condiciones climáticas favorables, menores costos de extracción y altos
volúmenes.
Esa es nuestra ventaja estratégica y mayor disuasivo: mientras otros
países deben adquirirlo al valor del mercado internacional, sujeto a
turbulencias mundiales, nosotros lo tenemos prácticamente gratuito,
convirtiéndonos en una República propietaria recaudadora de renta
internacional, condición incómoda a la ley del valor capitalista.
Resulta miope asegurar que es un producto para la compra-venta, toda
actividad comercial y económica gira en torno a él. Por eso EEUU crea el
“Petro Dólar”, herramienta de dominación. Llegó la hora de convertir
nuestro moneda en “Petro Bolívar”, mediante una Ley Constitucional
respaldarla con diferentes “patrones”, tenemos recursos naturales
suficientes, pero ninguno como el petróleo.
Generar la estructura jurídica/técnica/económica para respaldar nuestro
sistema monetario con nuestras inmensas reservas certificadas y mantener
siempre una economía saludable, vigorosa, próspera y alto poder
adquisitivo para los venezolanos.
Usemos el petróleo en la guerra que nos aplican, medida fundamentada en
nuestra condición de dueños de la renta: recuperar liquidez monetaria en
gran escala y mejorar las condiciones de vida del pueblo venezolano.
Decidamos de una vez qué somos ¿actores o fichas? en este juego
geopolítico.
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