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1) Exceptuando el aumento nominal en bolívares (el paso de 40 mil VES a
150 mil), en realidad lo que se hizo fue un ajuste con el cual se llevó
el salario integral en US$ a un nivel equivalente al del aumento de
mayo. Al tipo de cambio oficial actual el salario integral (salario
mínimo más cesta tickets) del 11 de octubre equivale a 15 US$, mientras
que el de abril pasado equivalía a 12 US$, al tipo de cambio oficial de
entonces.
2) Pero cuando pasamos del integral al mínimo la cosa cambia sustancialmente. Y aunque es verdad que a la hora de comprar plata es plata independientemente del origen, la distinción entre salario mínimo e integral es importante cuando de considerar prestaciones, pensiones, aguinaldos, etc., se trata.
3) Así las cosas, si tomamos en cuenta el aumento de mayo al tipo de cambio entonces, el salario mínimo equivalía a 7,6 US$ y el bono de alimentación a 4,8 US$. En el recientemente decretado tanto uno como otro equivalen a 7,8 US$. Decimas décimas menos lo que esto significa es que quedamos exactamente iguales a hace 5 meses atrás. Pero se trata de un espejismo. No solo porque son US$ que al igual que los VES tienen menos poder adquisitivo. Sino además porque estamos hablando de un salario mínimo que equivale a un cuarto de aquel con el cual arrancó el plan de recuperación económica en agosto 2018: 30 US$.
4) En cuanto al tema específico del poder adquisitivo debemos considerar que la canasta básica familiar tenía para agosto 2018 un costo de 7.362 VES, según el CENDA, unas 4 veces el salario mínimo en VES y en US$. Según esta misma institución al primero de octubre de este año la misma canasta tiene un costo en VES 3.595.488 VES, equivalente a unos 179 US$. Visto así, lo que esto significa es que mientras de agosto 2018 a octubre 2019 el salario integral en VES aumentó nominalmente en un 15.051%, la canasta básica familiar hizo lo mismo en un 48.738%, es decir, tres veces más. Y mientras ese mismo salario perdió la mitad de su equivalencia en dólares, la canasta medida en la misma divisa subió unos 50 US$ en su equivalencia.
5) Tras el “aumento” las variables monetarias quedaron básicamente iguales por lo que no es de esperarse mayores noticias al respecto. Si lo es el aumento de los precios dada la inercia inflacionaria, las expectativas y la puja distributiva, pero también porque existe unos niveles bastante bajos de disponibilidad de bienes, que no se nota tanto por la caída paralela del consumo. De reactivarse este último sin mayor producción o importación los espirales de precios se harán sentir y es posible que se observe escasez en algunos,
6) En el frente cambiario pasa lo mismo y es de esperarse que si bien el “aumento” salarial puede impulsar el tipo de cambio oficial y los paralelos al alza, no lo haga en gran medida. De todos modos, hay que recordar que ya estamos entrando en el lapso de fin de año, por lo que la inercia al alza de los precios y el tipo de cambio propio de estas fechas se hará presente.
7) Como ha pasado en otras ocasiones, el problema con el aumento salarial, además de ser una ilusión monetaria, pasa por la soledad de su aplicación. No obstante en este momento no solo tampoco hay medidas compensatorias en materia de precios, sino que, volviendo al punto 5, en términos reales dada la caída de la producción y las importaciones, suponiendo fuese el caso que el aumento sirviera para recomponer la capacidad de compra de los salarios, dicho poder de compra mayor inmediatamente se encontrará con la restricción de una menor disponibilidad de bienes para consumir.
8) Algunos de los críticos de éste nuevo “aumento” afirman que el mismo es pírrico y que dado el nivel de precios actual debería ser al menos el doble. Otros han propuesto incluso su anclaje al petro fluctuante, etc. Sin dejar de ser válida la preocupación de fondo con respecto a la urgencia de recomponer el poder adquisitivo, no deja de ser cierto que esas soluciones acarrearían más problemas sin mejorar necesariamente los existentes.
9) Lo que no significa que tenga razón el gobierno en su política de contraer los salarios y limitar el poder adquisitivo junto a la liquidez monetaria para estabilizar la economía. Está visto que esta no solo no funciona, sino que contrae aún más a la economía en general sin ayudar a estabilizarla. Hay que mejorar la disponibilidad de bienes. Y esto solo se puede hacer importando y produciendo más, para todo lo cual hacen falta recursos que en el caso nuestro solo puede proveer una industria petrolera recuperada, so pena caigamos en nuevos endeudamientos internacionales. Incluso si fuese el caso que se apueste a la sustitución de importaciones, haría falta en lo inmediato importar más por el simple hecho de que históricamente al menos dos tercios de nuestras importaciones no son bienes finales sino de consumo intermedio, es decir, insumos necesarios para producir. Y cambiar esta matriz pasa por un proceso que se lleva largos años incluso si se hace eficientemente.
10) En fin, para concluir, recuperar el poder adquisitivo no solo pasa por mejores salarios, sino por mayor disponibilidad de bienes, lo que entre otras cosas significa mayor productividad y capacidad para importar. Lo que a su vez supone recursos financieros para hacerlo, que solo PDVSA puede proveer a la república. Sobre este marco puede organizarse una política de indexación salario-precios que sea efectiva, que incluya entre otras cosas nuevas políticas crediticias, etc. No obstante, estamos hablando en este caso de otra política económica, muy distinta a la cual el gobierno asumió como suya en esta etapa.
http://www.albatv.org/Notas-sobre-el-aumento-salarial.html2) Pero cuando pasamos del integral al mínimo la cosa cambia sustancialmente. Y aunque es verdad que a la hora de comprar plata es plata independientemente del origen, la distinción entre salario mínimo e integral es importante cuando de considerar prestaciones, pensiones, aguinaldos, etc., se trata.
3) Así las cosas, si tomamos en cuenta el aumento de mayo al tipo de cambio entonces, el salario mínimo equivalía a 7,6 US$ y el bono de alimentación a 4,8 US$. En el recientemente decretado tanto uno como otro equivalen a 7,8 US$. Decimas décimas menos lo que esto significa es que quedamos exactamente iguales a hace 5 meses atrás. Pero se trata de un espejismo. No solo porque son US$ que al igual que los VES tienen menos poder adquisitivo. Sino además porque estamos hablando de un salario mínimo que equivale a un cuarto de aquel con el cual arrancó el plan de recuperación económica en agosto 2018: 30 US$.
4) En cuanto al tema específico del poder adquisitivo debemos considerar que la canasta básica familiar tenía para agosto 2018 un costo de 7.362 VES, según el CENDA, unas 4 veces el salario mínimo en VES y en US$. Según esta misma institución al primero de octubre de este año la misma canasta tiene un costo en VES 3.595.488 VES, equivalente a unos 179 US$. Visto así, lo que esto significa es que mientras de agosto 2018 a octubre 2019 el salario integral en VES aumentó nominalmente en un 15.051%, la canasta básica familiar hizo lo mismo en un 48.738%, es decir, tres veces más. Y mientras ese mismo salario perdió la mitad de su equivalencia en dólares, la canasta medida en la misma divisa subió unos 50 US$ en su equivalencia.
5) Tras el “aumento” las variables monetarias quedaron básicamente iguales por lo que no es de esperarse mayores noticias al respecto. Si lo es el aumento de los precios dada la inercia inflacionaria, las expectativas y la puja distributiva, pero también porque existe unos niveles bastante bajos de disponibilidad de bienes, que no se nota tanto por la caída paralela del consumo. De reactivarse este último sin mayor producción o importación los espirales de precios se harán sentir y es posible que se observe escasez en algunos,
6) En el frente cambiario pasa lo mismo y es de esperarse que si bien el “aumento” salarial puede impulsar el tipo de cambio oficial y los paralelos al alza, no lo haga en gran medida. De todos modos, hay que recordar que ya estamos entrando en el lapso de fin de año, por lo que la inercia al alza de los precios y el tipo de cambio propio de estas fechas se hará presente.
7) Como ha pasado en otras ocasiones, el problema con el aumento salarial, además de ser una ilusión monetaria, pasa por la soledad de su aplicación. No obstante en este momento no solo tampoco hay medidas compensatorias en materia de precios, sino que, volviendo al punto 5, en términos reales dada la caída de la producción y las importaciones, suponiendo fuese el caso que el aumento sirviera para recomponer la capacidad de compra de los salarios, dicho poder de compra mayor inmediatamente se encontrará con la restricción de una menor disponibilidad de bienes para consumir.
8) Algunos de los críticos de éste nuevo “aumento” afirman que el mismo es pírrico y que dado el nivel de precios actual debería ser al menos el doble. Otros han propuesto incluso su anclaje al petro fluctuante, etc. Sin dejar de ser válida la preocupación de fondo con respecto a la urgencia de recomponer el poder adquisitivo, no deja de ser cierto que esas soluciones acarrearían más problemas sin mejorar necesariamente los existentes.
9) Lo que no significa que tenga razón el gobierno en su política de contraer los salarios y limitar el poder adquisitivo junto a la liquidez monetaria para estabilizar la economía. Está visto que esta no solo no funciona, sino que contrae aún más a la economía en general sin ayudar a estabilizarla. Hay que mejorar la disponibilidad de bienes. Y esto solo se puede hacer importando y produciendo más, para todo lo cual hacen falta recursos que en el caso nuestro solo puede proveer una industria petrolera recuperada, so pena caigamos en nuevos endeudamientos internacionales. Incluso si fuese el caso que se apueste a la sustitución de importaciones, haría falta en lo inmediato importar más por el simple hecho de que históricamente al menos dos tercios de nuestras importaciones no son bienes finales sino de consumo intermedio, es decir, insumos necesarios para producir. Y cambiar esta matriz pasa por un proceso que se lleva largos años incluso si se hace eficientemente.
10) En fin, para concluir, recuperar el poder adquisitivo no solo pasa por mejores salarios, sino por mayor disponibilidad de bienes, lo que entre otras cosas significa mayor productividad y capacidad para importar. Lo que a su vez supone recursos financieros para hacerlo, que solo PDVSA puede proveer a la república. Sobre este marco puede organizarse una política de indexación salario-precios que sea efectiva, que incluya entre otras cosas nuevas políticas crediticias, etc. No obstante, estamos hablando en este caso de otra política económica, muy distinta a la cual el gobierno asumió como suya en esta etapa.
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