En Venezuela no se produce nada. Solo petróleo. Los venezolanos
nadamos en oro negro. Vivimos de la renta petrolera. Ni siquiera
producimos los alimentos que comemos. Los importamos.
Entre medias verdades y medias mentiras, estos son los relatos más narrados. Le sigue el viejo cuento que de vez en cuando y desde hace décadas se hace tendencia: el de la “sustitución de importaciones”, otros los conocen como “hacia la superación del modelo rentista petrolero”.
Cuento 1: Venezuela país monoproductor
Desde que se nacionalizó la industria petrolera, en la década de los 70´, la producción de hidrocarburos ha representado solo el 15% del total del producto interno bruto anual, mientras que la producción no petrolera, ha sido en promedio 85%. No es verdad que solo producimos petróleo.
Producen quienes trabajan la tierra, siembran y cosechan en nuestros campos, los obreros en las fábricas, los médicos, enfermeras y terapistas en los hospitales, las maestras en las escuelas, los constructores de edificios y carreteras, los jueces, mecánicos, policías, pescadores, científicos, comerciantes, transportistas, panaderos, costureros. Y aunque no se contabilice en las cuentas nacionales, las mujeres amas de casa también aportan y mucho, a la producción.
Según datos del BCV, del total de la producción no petrolera, el 6,4% corresponde a la agricultura, ganadería y pesca; el 21% a la actividad manufacturera; el 4,6% al sector transporte y almacenamiento; el 8,9% a la construcción; 12,6% al comercio y servicios de reparación; 15,6% son servicios del gobierno general, entre otras actividades.
Históricamente, según el Instituto Nacional de Nutrición, el 88% de los alimentos que consumimos se producen en Venezuela. La producción nacional de huevos es 99%, de raíces y tubérculos 99%, de hortalizas 97%, frutas 98%, leche y quesos 98%, carnes 92%, pescados y mariscos 70%, cereales 63%. Lo que importamos es el trigo, la soja y parte del maíz, también buena parte de las leguminosas: el 91%. Le invitamos a que chequee su lista de mercado. ¿Dónde cree que se produjeron los plátanos, cilantro, yuca, auyama, cambures, naranjas, tomates, pimentón, huevos, carnes, leche, pollo, queso, jamón, cebolla, arroz, pasta, harina de maíz y el pan que come?
Cuento 2: Venezuela, economía de puertos
Es el caso que las importaciones per cápita en Venezuela, desde la década de los 70´ y hasta el año 2014 han disminuido 55%. En 1977, con un precio promedio del petróleo de 12,34 US$/barril llegamos a importar 977 kilogramos por persona (Kgs/hab). En 2014, cuando el precio del petróleo era 88,42 US$/barril, la importación fue 443 Kgs/hab. La disminución de las importaciones en más de la mitad, sin dudas, fue sustituida por producción nacional.
Con respecto al PIB, las importaciones pasaron de ser el 36% en 1977 al 7% en 2011 y 9% en 2014. Como dato curioso las importaciones en EEUU representan en promedio 11% de su PIB. Para quienes les gusta echar cuentos de carretera, podrían concluir, entonces, que EEUU también es, y con más razón, una economía de “puertos”.
Quienes relatan la leyenda de la supuesta economía de puertos en Venezuela, nunca dicen, por ejemplo, que en 1977, el sector privado para importar 977 Kgs/hab recibió del Estado US$9.262 millones, mientras que en 2008, para importar tan solo 641 Kgs/hab recibió US$ 47.083 millones, o en 2014, que importó 443 Kgs/hab, recibió US$ 25.002 millones.
No cuentan los del sector privado importador, muchos de ellos los verdaderos vividores de la renta petrolera venezolana y autores de los cuentos de carretera en cuanto le sirven para chantajear al Estado y seguir recibiendo divisas baratas, que con no más de US$323.509 millones hubiesen realizado todas las importaciones desde 1970 hasta 2014. Tampoco cuentan que, por el contrario, recibieron US$695.026. No echan el cuento de dónde está la diferencia que suma US$371.517 millones.
Cuento 3: Hacia el modelo post rentista petrolero
Según los cuenta cuentos, el principal problema de la economía venezolana es el petróleo y los ingresos por exportación que éste genera. De no tenerlos, nos veríamos obligados a “diversificar la producción” que según ellos es solo petrolera, a “sustituir las importaciones” y a trabajar, es decir, a no seguir “viviendo de la renta”.
El problema no es el petróleo ni los ingresos que éste genera. El problema es el uso que se ha dado a dichos ingresos. Por lo menos US 370.000 millones engordan las cuentas bancarias en paraísos fiscales. Cuentas que no son precisamente de los millones de venezolanos que día a día trabajamos y producimos en escuelas, hospitales, fábricas, comercios, campos y mares. Son de los grandes capitalistas “importadores”. No más del 1% de la población.
La clave para transitar del modelo rentista capitalista al socialista bolivariano del siglo XXI es el uso soberano de los ingresos petroleros. No es un asunto de “sustituir importaciones”, es un asunto de cortar la transferencia de los recursos públicos a un sector privado monopolizado que se los ha apropiado y sacado de nuestro territorio.
La clave es usar los ingresos petroleros desde y por el Estado para aumentar aún más la producción nacional en sectores que garanticen la justa distribución de lo que se produce; para garantizar la independencia tecnológica y con ella la soberanía nacional; para diversificar las exportaciones; para avanzar hacia un modelo en el que la relación salario, ganancia y precios esté siempre a favor del trabajador y en el que se consoliden modos de producción públicos, colectivos y comunales.
Imaginemos la calidad de nuestros hospitales, escuelas y universidades, pensemos en el sistema ferroviario, el desarrollo científico y tecnológico, la potente industria farmacéutica y nuestros campos repletos de siembra si los US$ 371.517millones no estuviesen acumulando intereses en las cuentas privadas de los verdaderos vividores de la renta petrolera.
Entre medias verdades y medias mentiras, estos son los relatos más narrados. Le sigue el viejo cuento que de vez en cuando y desde hace décadas se hace tendencia: el de la “sustitución de importaciones”, otros los conocen como “hacia la superación del modelo rentista petrolero”.
Cuento 1: Venezuela país monoproductor
Desde que se nacionalizó la industria petrolera, en la década de los 70´, la producción de hidrocarburos ha representado solo el 15% del total del producto interno bruto anual, mientras que la producción no petrolera, ha sido en promedio 85%. No es verdad que solo producimos petróleo.
Producen quienes trabajan la tierra, siembran y cosechan en nuestros campos, los obreros en las fábricas, los médicos, enfermeras y terapistas en los hospitales, las maestras en las escuelas, los constructores de edificios y carreteras, los jueces, mecánicos, policías, pescadores, científicos, comerciantes, transportistas, panaderos, costureros. Y aunque no se contabilice en las cuentas nacionales, las mujeres amas de casa también aportan y mucho, a la producción.
Según datos del BCV, del total de la producción no petrolera, el 6,4% corresponde a la agricultura, ganadería y pesca; el 21% a la actividad manufacturera; el 4,6% al sector transporte y almacenamiento; el 8,9% a la construcción; 12,6% al comercio y servicios de reparación; 15,6% son servicios del gobierno general, entre otras actividades.
Históricamente, según el Instituto Nacional de Nutrición, el 88% de los alimentos que consumimos se producen en Venezuela. La producción nacional de huevos es 99%, de raíces y tubérculos 99%, de hortalizas 97%, frutas 98%, leche y quesos 98%, carnes 92%, pescados y mariscos 70%, cereales 63%. Lo que importamos es el trigo, la soja y parte del maíz, también buena parte de las leguminosas: el 91%. Le invitamos a que chequee su lista de mercado. ¿Dónde cree que se produjeron los plátanos, cilantro, yuca, auyama, cambures, naranjas, tomates, pimentón, huevos, carnes, leche, pollo, queso, jamón, cebolla, arroz, pasta, harina de maíz y el pan que come?
Cuento 2: Venezuela, economía de puertos
Es el caso que las importaciones per cápita en Venezuela, desde la década de los 70´ y hasta el año 2014 han disminuido 55%. En 1977, con un precio promedio del petróleo de 12,34 US$/barril llegamos a importar 977 kilogramos por persona (Kgs/hab). En 2014, cuando el precio del petróleo era 88,42 US$/barril, la importación fue 443 Kgs/hab. La disminución de las importaciones en más de la mitad, sin dudas, fue sustituida por producción nacional.
Con respecto al PIB, las importaciones pasaron de ser el 36% en 1977 al 7% en 2011 y 9% en 2014. Como dato curioso las importaciones en EEUU representan en promedio 11% de su PIB. Para quienes les gusta echar cuentos de carretera, podrían concluir, entonces, que EEUU también es, y con más razón, una economía de “puertos”.
Quienes relatan la leyenda de la supuesta economía de puertos en Venezuela, nunca dicen, por ejemplo, que en 1977, el sector privado para importar 977 Kgs/hab recibió del Estado US$9.262 millones, mientras que en 2008, para importar tan solo 641 Kgs/hab recibió US$ 47.083 millones, o en 2014, que importó 443 Kgs/hab, recibió US$ 25.002 millones.
No cuentan los del sector privado importador, muchos de ellos los verdaderos vividores de la renta petrolera venezolana y autores de los cuentos de carretera en cuanto le sirven para chantajear al Estado y seguir recibiendo divisas baratas, que con no más de US$323.509 millones hubiesen realizado todas las importaciones desde 1970 hasta 2014. Tampoco cuentan que, por el contrario, recibieron US$695.026. No echan el cuento de dónde está la diferencia que suma US$371.517 millones.
Cuento 3: Hacia el modelo post rentista petrolero
Según los cuenta cuentos, el principal problema de la economía venezolana es el petróleo y los ingresos por exportación que éste genera. De no tenerlos, nos veríamos obligados a “diversificar la producción” que según ellos es solo petrolera, a “sustituir las importaciones” y a trabajar, es decir, a no seguir “viviendo de la renta”.
El problema no es el petróleo ni los ingresos que éste genera. El problema es el uso que se ha dado a dichos ingresos. Por lo menos US 370.000 millones engordan las cuentas bancarias en paraísos fiscales. Cuentas que no son precisamente de los millones de venezolanos que día a día trabajamos y producimos en escuelas, hospitales, fábricas, comercios, campos y mares. Son de los grandes capitalistas “importadores”. No más del 1% de la población.
La clave para transitar del modelo rentista capitalista al socialista bolivariano del siglo XXI es el uso soberano de los ingresos petroleros. No es un asunto de “sustituir importaciones”, es un asunto de cortar la transferencia de los recursos públicos a un sector privado monopolizado que se los ha apropiado y sacado de nuestro territorio.
La clave es usar los ingresos petroleros desde y por el Estado para aumentar aún más la producción nacional en sectores que garanticen la justa distribución de lo que se produce; para garantizar la independencia tecnológica y con ella la soberanía nacional; para diversificar las exportaciones; para avanzar hacia un modelo en el que la relación salario, ganancia y precios esté siempre a favor del trabajador y en el que se consoliden modos de producción públicos, colectivos y comunales.
Imaginemos la calidad de nuestros hospitales, escuelas y universidades, pensemos en el sistema ferroviario, el desarrollo científico y tecnológico, la potente industria farmacéutica y nuestros campos repletos de siembra si los US$ 371.517millones no estuviesen acumulando intereses en las cuentas privadas de los verdaderos vividores de la renta petrolera.
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