Maryclen Stelling
Los acontecimientos que actualmente tienen lugar en Chile echan por
tierra una serie de mitos sobre el modelo de desarrollo económico, la
estabilidad política y la mejor democracia de la región, entre otros.
Al igual que en Ecuador, éste ha sido un caso emblemático en cuanto a dinámicas de participación social; una rica circulación y alimentación mediática de informaciones y contenidos; la construcción colectiva de una narrativa transmedia sobre la verdadera situación chilena. La navegabilidad interactiva y la circulación por redes sociales -mediante dispositivos móviles- de relatos e informaciones sobre lo que acontecía en tiempo real.
Una crisis supuestamente provocada por el alza de la tarifa del transporte público, se torna en un potente movimiento social de denuncia y reivindicativo. Las narrativas transmedias desnudan la situación chilena y, en especial, a los responsables de “la fractura social”, económica y humana que disparó el estallido. Narrativas que cuentan un Piñera “en guerra”, intentando construir un relato ganador y mantener intocables las estructuras económicas y de poder de un “capitalismo oligárquico” a la chilena. Una primera dama, expresando el temor a perder sus “privilegios” de clase. Muy especialmente, convivimos transmediáticamente con un pueblo al límite de su capacidad de tolerancia, gritando al mundo la verdad del modelo chileno y denunciando ese pinochetismo profundamente enquistado en sectores dominantes. Vivimos y sufrimos el relato de una brutal represión militar.
Participamos a través de lo racional y lo afectivo en dolorosas construcciones narrativas de contenidos audiovisuales y documentales. Fungimos de interlocutores y productores de una narrativa compleja en torno a la represión del pueblo chileno. Compartimos activamente relatos de persecuciones, disparos, golpes y porrazos; heridos y muertes; violaciones y abusos de todo tipo. Conocimos de los desmanes, excesos y tropelías de las fuerzas del orden, quienes, además de reprimir violentamente, incendiaban y saqueaban. Conectamos mediante los afectos y las emociones con historias y vivencias de ese pueblo valiente devenido en protagonista de su propia historia.
Participamos en tanto productores y consumidores de contenido en el desmontaje del mito chileno
@maryclens
Al igual que en Ecuador, éste ha sido un caso emblemático en cuanto a dinámicas de participación social; una rica circulación y alimentación mediática de informaciones y contenidos; la construcción colectiva de una narrativa transmedia sobre la verdadera situación chilena. La navegabilidad interactiva y la circulación por redes sociales -mediante dispositivos móviles- de relatos e informaciones sobre lo que acontecía en tiempo real.
Una crisis supuestamente provocada por el alza de la tarifa del transporte público, se torna en un potente movimiento social de denuncia y reivindicativo. Las narrativas transmedias desnudan la situación chilena y, en especial, a los responsables de “la fractura social”, económica y humana que disparó el estallido. Narrativas que cuentan un Piñera “en guerra”, intentando construir un relato ganador y mantener intocables las estructuras económicas y de poder de un “capitalismo oligárquico” a la chilena. Una primera dama, expresando el temor a perder sus “privilegios” de clase. Muy especialmente, convivimos transmediáticamente con un pueblo al límite de su capacidad de tolerancia, gritando al mundo la verdad del modelo chileno y denunciando ese pinochetismo profundamente enquistado en sectores dominantes. Vivimos y sufrimos el relato de una brutal represión militar.
Participamos a través de lo racional y lo afectivo en dolorosas construcciones narrativas de contenidos audiovisuales y documentales. Fungimos de interlocutores y productores de una narrativa compleja en torno a la represión del pueblo chileno. Compartimos activamente relatos de persecuciones, disparos, golpes y porrazos; heridos y muertes; violaciones y abusos de todo tipo. Conocimos de los desmanes, excesos y tropelías de las fuerzas del orden, quienes, además de reprimir violentamente, incendiaban y saqueaban. Conectamos mediante los afectos y las emociones con historias y vivencias de ese pueblo valiente devenido en protagonista de su propia historia.
Participamos en tanto productores y consumidores de contenido en el desmontaje del mito chileno
@maryclens
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