Roberto Hernández Montoya.-
No todo el daño nos lo causa el Imperio.
Este ha creado un termitero para carcomer la Revolución, a cargo de una parte de la militancia.
Son gremlins que taladran el corazón.
Andan con un revolucionómetro.
Hay fariseos desde antiguo y viven de las doctrinas ético-salvadoras que se proponen redimir a la humanidad.
Saben mejor que tú lo que te conviene y pretenden rescatarte de ti.
Acabaron con la Iglesia y con más de un partido revolucionario.
Lo están haciendo con la Revolución Bolivariana, porque se apoderan de los aparatos ideológicos del Estado y acusan a todo el mundo de contrarrevolución para abrirse paso.
Son difíciles de combatir porque tienen más pureza y santidad que todo el mundo y generalmente es tarde cuando detectas su presencia.
No tienen escrúpulos.
Como saben quienes han padecido termitas, Tartufo es difícil de erradicar, generalmente hay que cortar por lo sano y sacrificar estructuras completas para evitar mayor propagación.
Peor: se apoderan del proceso de exterminio para extirpar a quienes son fieles.
Afortunadamente las termitas se delatan solas.
Hay síntomas: el aspaviento ultrarrevolucionario, la acusación permanente a quien atribuyen déficit revolucionario, visten ropa roja rojita todo el tiempo.
En la novela 1984 de George Orwell hay una farisea que lo define de modo luminoso: “Obedece la reglas pequeñas para infringir las grandes”.
Cuando acuerda se apoderan de Pdvsa y aún están pendientes de acabarla, porque detectamos los grandes pero dejamos el termitero operando.
Acabaron la fábrica iraní de harina de maíz, con los centrales azucareros, espumaron y desaparecieron el cemento, desviaron y se repartieron los autos del programa Venezuela automotriz, mutilaron,robaron, y acabaron con todos los tractores, maquinarias, y equipos de la empresa de mecanización agrícola Pedro Camejo, pudrieron Pdval, y acabaron con Mercal, están cargándose y robándose los Bicentenarios, impiden o dificultan el acceso popular a las cajas Clap, a la línea blanca de Venezuela productiva, bachaquean, trafican, arruinan, desolan, pervierten, desplazan y mal ponen a quien verdaderamente sí trabaja.
Asaltan y toman el poder y muchas veces te gobiernan.
Solo una Rebelión Popular Liderada por Nicolás Maduro podrá erradicar el termitero por alto, por bajo.
Chávez decía que la Revolución iba demoliendo a esa gente, pero es una carrera a ver quién demuele a quién primero.
La primera rebelión popular en 2017 fue la Constituyente, la más reciente el triunfo heroico del 20M.
Demos un paso, sin miedo camaradas compatriotas, no será demasiado difícil y será hasta divertido porque el pueblo tiene la madurez suficiente y es sabroso derrotar el ladronaje y el malandraje, que ha minado y calcomido a la Revolución Bolivariana, y está incrustada en los partidos, y en todos los organismos e instituciones del estado.
Roberto Hernández Montoya
@RHM1947
No todo el daño nos lo causa el Imperio.
Este ha creado un termitero para carcomer la Revolución, a cargo de una parte de la militancia.
Son gremlins que taladran el corazón.
Andan con un revolucionómetro.
Hay fariseos desde antiguo y viven de las doctrinas ético-salvadoras que se proponen redimir a la humanidad.
Saben mejor que tú lo que te conviene y pretenden rescatarte de ti.
Acabaron con la Iglesia y con más de un partido revolucionario.
Lo están haciendo con la Revolución Bolivariana, porque se apoderan de los aparatos ideológicos del Estado y acusan a todo el mundo de contrarrevolución para abrirse paso.
Son difíciles de combatir porque tienen más pureza y santidad que todo el mundo y generalmente es tarde cuando detectas su presencia.
No tienen escrúpulos.
Como saben quienes han padecido termitas, Tartufo es difícil de erradicar, generalmente hay que cortar por lo sano y sacrificar estructuras completas para evitar mayor propagación.
Peor: se apoderan del proceso de exterminio para extirpar a quienes son fieles.
Afortunadamente las termitas se delatan solas.
Hay síntomas: el aspaviento ultrarrevolucionario, la acusación permanente a quien atribuyen déficit revolucionario, visten ropa roja rojita todo el tiempo.
En la novela 1984 de George Orwell hay una farisea que lo define de modo luminoso: “Obedece la reglas pequeñas para infringir las grandes”.
Cuando acuerda se apoderan de Pdvsa y aún están pendientes de acabarla, porque detectamos los grandes pero dejamos el termitero operando.
Acabaron la fábrica iraní de harina de maíz, con los centrales azucareros, espumaron y desaparecieron el cemento, desviaron y se repartieron los autos del programa Venezuela automotriz, mutilaron,robaron, y acabaron con todos los tractores, maquinarias, y equipos de la empresa de mecanización agrícola Pedro Camejo, pudrieron Pdval, y acabaron con Mercal, están cargándose y robándose los Bicentenarios, impiden o dificultan el acceso popular a las cajas Clap, a la línea blanca de Venezuela productiva, bachaquean, trafican, arruinan, desolan, pervierten, desplazan y mal ponen a quien verdaderamente sí trabaja.
Asaltan y toman el poder y muchas veces te gobiernan.
Solo una Rebelión Popular Liderada por Nicolás Maduro podrá erradicar el termitero por alto, por bajo.
Chávez decía que la Revolución iba demoliendo a esa gente, pero es una carrera a ver quién demuele a quién primero.
La primera rebelión popular en 2017 fue la Constituyente, la más reciente el triunfo heroico del 20M.
Demos un paso, sin miedo camaradas compatriotas, no será demasiado difícil y será hasta divertido porque el pueblo tiene la madurez suficiente y es sabroso derrotar el ladronaje y el malandraje, que ha minado y calcomido a la Revolución Bolivariana, y está incrustada en los partidos, y en todos los organismos e instituciones del estado.
Roberto Hernández Montoya
@RHM1947
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